"Love In Vain"
"Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias".
Alejandro Leibowich
Cuelga el cigarrillo del labio inferior del tipo, y despierto, fue un trance. Mi estudio está saturado de pedidos y de una mañana que se va cargando de ruido. En cualquier momento llega una banda local para grabar un tema viejo. Viejo como esta foto que me observa sin ver, que se va desdibujando, perdiendo color, ¿se desvanece? Keith está tocando el timbre, el portero no lo atiende, y esto es un primer piso acustizado. Los sonidos se acortan. Sin embargo se escuchaba el diálogo entre Cooder, Wyman y Richards como una especie de intercambio de palabras mudas. Tendré que bajar a abrirles yo, no sé qué habrá pasado, los sesenta me resultan muy cargados de sensaciones, demasiadas para mis sentidos. Además recién empiezo en este trabajo, pero sé que lo de estos ingleses va a ser un cover que hará historia, y no es la primera vez que los escucho. Todavía puedo ver a Brian Jones tocando guitarra slide en un pub de Londres, debe haber sido el primero en toda Inglaterra en tocar guitarra slide, y si no lo digo yo, que lo digan sus biógrafos, algo que me dice que tendrá muchos.
Bianca - Remastered
La estructura verbal de la melodía
Satisfaction (but I can't get no) Jagger - Richards
Si prestamos atención a las alturas, las tomamos como eje y vértice de control estaremos estudiando intervalos, que se basan en la diferencia de alturas entre sonidos, y tiene nombre y valor jerárquico determinado por lo que se conoce como "aparato armónico". Una creación artificial, que derivó en lo que hoy entendemos como sistema tonal modal, es la que hace que "comprendamos" de niños cuando nos cantan una canción de cuna o algún tipo de música con la que empaticemos ya de adultos. El mismo se internalizó de tal manera que parece algo que está en nuestro ADN. Pero no resulta así, fuimos aceptandolo y él a nosotros. Hoy casi todo lo que se conoce como música popular trabaja dentro de sus esquemas.
Hungría: atentado a la consonancia
Pero la historia del sonido, partiendo de la melodía, tuvo insurrectos, rebeliones internas, y cambios que no siempre resultaron aceptados. Incluso los húngaros Bela Bartok (1881-1945) y Zoltan Kodaly (1882-1967), que se cuentan entre los pioneros de lo que se conoce como etnomúsica y sientan las bases de la musicología moderna para muchos suenan extraño. Incluso pueden resultar "chocantes" para un auditor lego e inadvertido en estas cuestiones. Sin embargo hoy, uno puede ver un video que registra una charla que antecede a "Shine A Light" de Scorsese, (documental sobre The Rolling Stones), en que mesa mediante y tomando té Mick Jagger dialoga con el realizador. De fondo suena un piano tocando música de Bartok. "¿Lo entenderán o están adoptando una actitud snob?"
Alemania-Austria: elimina la jerarquía de valor en las alturas
Si el parámetro de la altura fuese dejado de tomarse en cuenta como valor jerárquico podríamos estar hablando de atonalismo libre. En primer lugar, la ausencia de direccionalidad implica una ausencia de distinción entre consonancias y disonancias, resultando que a cualquier sonido se le puede agregar cualquier otro ya que implican igual valor y condición funcional. Aunque hay antecedentes en composiciones de esta ruptura o cambio conceptual en Richard Wagner, la hiperromántica "Noche Transfigurada" (Verklärte Nacht, 1899) de Arnold Schoenberg está considerada como la "hora 0" fundacional del atonalismo libre. El mismo autor, desde lo que se conoce como la Segunda Escuela de Viena junto a Alban Berg y Anton Webern sistematizaría el sistema (1923), generando lo que se denomina dodecafonismo (serialismo dodecafónico). Allí las doce notas podrían tocarse, siguiendo una línea de igualdad jerárquica, pero ateniéndose a ciertos parámetros relacionados con su reiteración. Dada esta técnica compositiva, las doce notas de la escala cromática adquieren la misma igualdad jerárquica, y no puede repetirse una sin que las otras once hayan sido tocadas previamente.
Francia: medievalismo surrealista
Erik Satie (1866-1925) también desde una particular interpretación de la armonía tradicional y tal vez más desde la intuición que desde esquemas teóricos "reinventa" planteos estructurales anteriores al establecimiento de la tonomodalidad en la práctica común (ésta se podría puntualizar históricamente desde "El clave bien temperado" de J.S.Bach). Haciendo uso de recursos que retrotraían a la Edad Media y por cierto tipo de uso estilístico a la Antigua Grecia y a Oriente. Satie desafía el uso de los compases incluso anulándolos, Cuando por ejemplo, se lo acusa de que sus obras no tienen una "forma definida" el díscolo autor responde con sus famosas "Tres piezas en forma de pera" (Trois pièces en forme de poire). También con trabajos titulados "Embriones disecados" (Embryons desséchés), o su conocida "Sonatina burocrática" (Sonatine bureaucratique), que resulta de una sátira a Clementi. En él se mezcla también una suerte de surrealismo socialista (adhirió al Partido Radical), fue amigo de todo el grupo surrealista de las huestes del Luis Buñuel del "Perro andaluz" (Un chien andalou), el famoso grupo de los seis (Groupe de Six), que incluía al escritor Jean Cocteau.
Francia: el discreto encanto de la burguesía, Debussy
A diferencia de la estilística germana y con una formación teórica muy sólida, Claude Debussy (1862-1918) prefiere crear y disponer de zonas donde primen ciertos sonidos, y otras donde prevalezcan otros, valorándose la inmediatez de cada acontecimientos en sí, y no la abstracción de las relaciones internas.Si cada acontecimiento sonoro tiene un valor por sí mismo, el timbre musical ya no será simplemente la fuente sonora a cargo de una determinada línea del discurso, sino que éste deviene por primera vez elemento constructivo.
Entonces, si cada acontecimiento tiene un valor en sí mismo, su distribución en la totalidad resultaría crucial. Y las relaciones entre sonido y silencio, las pausas repentinas y los cambios de tempo darían cuenta de que el ritmo también se vuelve estructurante, por lo tanto no sólo determina la duración relativa de los sonidos sino la propia disposición formal de la obra.
Estamos entonces frente a una música que es ni más ni menos que el resultado de apariciones que se suceden unas a otras en continuo, sin un hilo conductor predeterminado. Si en su búsqueda de continuidad histórica Schoenberg sustituyó una abstracción (el sistema tonomodal) por otra (el intervalo) como organizador y prioridad de discurso, Debussy introduce un tipo de composición en el que no se toman condicionamientos históricos previos. Lo intrínseco y convencional entonces devendrá en que cada obra será el resultado de la disposición de lo heterogéneo de sus elementos en el transcurso del tiempo (pero resultaría un tiempo que tendría pauta estática), en función de una búsqueda poética.Por cierto se ha hecho una analogía con la pintura impresionista que resulta muy frecuente en ciertas bibliografías: si las propiedades del color y la luz fueron el objeto de la pintura impresionista, las propiedades de los sonidos serían las premisas del arte en Debussy. Pero al decir impresionismo musical se omite la crucial importancia de las relaciones de Debussy con la estética simbolista y el decadentismo propias de su tiempo. Tenía predilección por poetas como Stepháne Mallarmé, Maurice Maeterlinck, con quién trabajó, y Paul Verlaine. Esto no resultaba casual para nada casual. Había una búsqueda de imágenes y acontecimientos que se sucediecen unos a otros sin puntos de giro conductores, donde la alusión se impone por sobre la mención y donde el signo, sea este palabra o acorde, opera más como resonancia interior que como elemento de sintaxis. Son búsquedas que se vuelven moneda común entre los simbolistas y Debussy.La relación es aún más evidente si tenemos en cuenta que textos simbolistas fueron el punto de partida de algunas de las obras más importantes de Debussy: el poema sinfónico "Prélude à l'aprés-midi d'un faune" atañe a Mallarmé, pasando por su única ópera concluida: "Pelléas et Mélisande" con libro de Maeterlinck. El texto del autor nobel belga, está cargado de alusiones y símbolos decadentistas: por citar ejemplos, el cabello largo y suelto de Mélisande, la juventud lánguida y enfermiza, cierta ausencia de "sangre" que repercute en efecto etéreo, la fuente sin fondo, etc. Además carece de la característica unidad de espacio y tiempo propia de una dramaturgia más tradicional. No se tiene mucha más noción que vagas alusiones acerca de las circunstancias de los personajes. El sitiamiento logístico y temporal de los hechos no se conoce e incluso parecen acusar de inconexos al carecer de relaciones de causalidad entre sí. Pelléas resultó un texto ideal para un compositor que no se preocupaba demasiado por la historia, la evolución y el devenir de lo tonomodal. Echando de por tierra toda la concepción que esto puede retrotraer y subyacer. Además de resultar imperfectamente wagneriano.
"Se queda oyendo como un ciego frente al mar"*
Adentrándonos más en el siglo XX, todo se complejiza hasta un nivel de paroxismo que toma todo tipo de forma, recelo y actitud, llámense esta Pärt, Xenaxis, Ligeti, Boulez, Berio o Stockhausen.Como dijimos la línea dinámica de la melodía, y las variación de alturas ya existen en el habla misma, (no es necesario cantar). Cuando hablamos también "cantamos", el rasgo conocido como "tonada", resulta una rápida prueba de esta evidencia. Por lo tanto desde lo más interno de nosotros mismos, lo más "orgánico", desprendido de efectos pero dueño de nuestra poderosa intimidad, el ser, el yo, nos tenemos a nosotros. Y dado que el inconsciente está verbalmente estructurado, nos queda el sonido y la palabra a los que siempre podemos volver y recuperar energías. Se que no resulta poco.
*Cita de "Los libros de la buena memoria" de Luis Alberto Spinetta
Alejandro Leibowich es un músico y escritor nacido en La Plata, Provincia de Buenos Aires. Argentina.
Carlo, el granjero de Poe
Un viaje hipnótico al fondo de la noche de la pura identidad.
Alejandro Leibowich
À Madeleine Clair qui est super, avec affection.
"Puedo comprender tu padecer, e intentaré ayudarte bajo hipnosis. No te preocupes, la casa está tranquila y alguna vez fui tú".
Edgar Cayce
-¿Por qué llegás tan tarde? Después de las 7.15 la zona se vuelve peligrosa e inestable. Los ladrones, rateros, y afines salen a faenar. Mi esposo ya estaba por salir a buscarte.-Ah, disculpas, es que no conozco bien las cuestiones de transportes por acá. Digamos que me perdí por unas tres horas.
Ella frunce el ceño y se cruza de brazos. Pero mi pretexto no es pretexto, es lo que pasó.-Te estuvo llamando una tal Lorena. No paraba de hablar, y no paraba de hablar…-Sí, es una chica que…-Sí, ya me di cuenta que es una chica, por la voz parece una adolescente. Deberías tomarte las cosas más en serio. Entrá que va a anochecer.-Bueno, y ¿dónde está Al Laine?-Mi esposo está arreglando unas cosas en el fondo. Lograste ponerlo nervioso y ya no tiene edad para darse esos lujos. Está atrás en la parte del jardín, seguramente mirando el molino. Siempre hace eso cuando no sabe qué otra cosa puede hacer.
Me reí sin reírme. Imaginé a Carlo en el fondo en su pequeña granja, mirando el molino, sus astas. Las ideas giraban, giran en su mente. Nunca lo escuché hablar más de tres oraciones seguidas. Y debía estar ahí en un banquito bajo sentado ante una nada que a veces se vuelve su todo.Ann se escabulló en la cocina, entre ruido de platos y vajillas. Me di cuenta que eso era un buen pretexto para no mostrar lo que realmente pensaba. Ann pensaba con el corazón, pero peor aún Carlo que pensaba con los recuerdos. Y se contagiaban. Una semiótica simbiosis de cadenas: corazón, recuerdos, recordare. Me aburre el latín y quiero evitar las etimologías. Además si habla de afectos puede volverse una lengua viva y hasta masticarte y engullir tu mente.
La noche no tenía ruidos. Suele tenerlos aunque sean mínimos, golpes de puertas, ventanas, cristales. Tal vez toses, fondo de calle. Sabía que era algo último, pero no tenía por qué mostrarse tan solemne. Tampoco era un velorio. ¿O sí?
-Wake Up, Rumano, ¡al menos necesitás desayunar! Breakfast, breakfast, eat!
Ella hablaba así, repetía las palabras que quería subrayar. Como me había explicado un amigo que estaba haciendo un curso de oratoria. Es lo mismo, un discurso, su discurso. La ventana dejaba ver destellos de sol que se filtraban en el cristal. Y saben, o sé, resultaba extraño, porque había una pared muy alta. Y todo se volvía muy reducido. Si bien la casa no era pequeña, sentía que me estaba comprimiendo. Convirtiéndose en una especie de prisión "amable" de fauces invisibles. ¿Eso existe? Podría existir, si existimos nosotros…
Apareció Carlo. Se sentó frente a mí en una mesa que daba a dos lugares y en ese momento tenía dos sillas que ocupabamos. Me miraba, después sonreía y más tarde se quedaba detenido contemplando una ventana, una de las dos de la cocina. No había mucho para ver, pero él se quedaba viéndola durante mucho tiempo. Me sonreía, con una sonrisa franca y cargada de todas las palabras que no decía. Iluminaba. Quería mucho a Carlo, y lo puedo decir más ahora, que tengo la casi certeza de que está muerto. Nunca se lo hubiese dicho a él de manera frontal.En la alacena siempre había snacks. Que parecían reproducirse ahí dentro. Él iba y me traía algo, papafritas, paprika. Sabía que me gustaba mucho ese tipo de picante. Pero para el breakfast eso resultaba junkfood.
-¿Carlo, por qué la gente sufre? -podía pensarlo, total no me escuchaba. Podía pensarlo. Pensar algo no es una solución de nada. Pero al menos a veces puede resultar un placebo para la consciencia.
-El chico es tranquilo y no hizo ruido en toda la noche. Se quedó quieto, como una estatua y sé que no dormía.
Eso le dijo Carlo a Elena que llamaba ni sé por qué.
-Si no fuera por esa Lorena, sería un chico más estable. -sentenció Ann
-El cinturón de seguridad va a la izquierda, ahí, ahí. Sino no puedo cerrar el auto. ¿En qué estás pensando, prestá atención?
Carlo, salió de la casa, se acercó con paso estudiado al auto. Su sonrisa parecía impresa en su rostro. Algo me decía que debía necesitar afeitarse al menos dos veces al día. Miró hacía nosotros ya en el auto. Se inclinó con su momentánea superioridad de estatura e hizo un gesto de reverencia dirigiéndose hacia mí. Llevaba un sombrero con visera. Se lo quitó y como en una actuación de teatro se despidió. Era una despedida pero estaba tan cargada de intensidad que la hacía parecer la última.
-Why are you crying, Ann? We was who we are, but we are no longer who we will are.
Se persignó, y bajó la cabeza. Nunca pude entender del todo esa actitud.
-Agarrate bien, voy a ir un poco rápido, no quiero ser responsable de que se te rompa algún hueso. Voy a acelerar, la estación de trenes queda a no menos de veinte minutos y a esta hora de la mañana no hay mucho gente.
La miré a los ojos, que resultaban totalmente permeables, retinas de verdad e intactas. Ojos inocentes, como los de un chico. Había tal vez un poco más de lágrima de la que debía haber. Nunca conocí, nunca conocí, nada.
La estación estaba gris, gris por cielo, por reflejo, por estados de ánimo de la gente, por estática de niebla. Pero no por letargo o abulia. Me hubiese gustado incinerar el asfalto, que tomase el color del fuego. Y que todo se vuelva más vivo aunque durase un instante.Me dolía una muela, y ahí no podía conseguir un dentista. Siempre creí que el dolor podía resultar a veces una forma de olvido somático. Una forma de defensa que no queríamos, pero que se imponía para avisar algo, como cuando tenés fiebre.
Bastante después de ese viaje que fue un tren, el saludo de Carlo y la persignación de Ann estoy acá en mi escritorio revisando algunos de mis apuntes en el notebook. Ann ya tampoco debe estar.Ayer había estado hablado con Marcos. Es un nadador de alta competencia. Por una amistad en común nos empezamos a hacer amigos, aunque lo veía en medio mundo, en una superficie intermedia. La realidad para él estaba sobre y debajo del agua. Vivía dos mundos. Y todo empezó porque Lucrecia me dio la idea. Fuera de la civitas vita, y sus amistades pasaba horas tocando, el sonido era un mundo, en sobre mundo. Ella le sacaba luminosidad al Petrof. Lo ideal y la convención. Me gustaba ese sonido abstracto y etéreo. Lucrecia era la profanación de lo vulgar, era un poco Annabel Lee.
"Hace muchos, muchos añosen un reino junto al marvivió una doncella que tal vez conozcasllamada Annabel Lee.Y esta doncella vivía sin otro pensamientoque amarme y ser amada por mí".
Siempre supe que todo eso que llamaban amor, resultaba una farsa rellena de espectros de ilusiones. Para peor de todo duraba poco. La felicidad que parece amor, también es una farsa. Pero es agradable cuando está presente. ¿Acaso alguien puede negar eso? Si bien nadie lo puede negar, nadie se anima a explicarlo, tienen miedo de perderla. Ese es el motivo.
-Cuando toco Rach, nadie sabe lo que pienso. Estudio durante horas. Aunque tal vez el sonido no está bien, y a veces se escuchan las preparaciones.
Lucrecia era una perfeccionista, por lo tanto era un poco no humana. Sin embargo engañaba bien, al menos a mí u otras personas.
Y como decía con ella empezó el tema que me asfixiaba. Esa gente que vivía en dos mundos. Lucrecia era también los dos mundos. El mundo de su lenguaje abstracto y a la vez Annabel Lee. Todo el tiempo escucho la marea. Y no hay mar, y menos islas. Aunque sí una extraña aislación recurrente.
Marcos me dijo que el otro día estuvo en un asado por las afueras. Que comió mucho. Que eso no era bueno para entrenar, y que tome el café.
-¡Se enfría, Rumano!
No, realmente no sé. En lo que son las capas de consciencia hay niveles. Yo estaba obsesionado con eso. No sabía que había algo colgando en el cielo, que llaman sol. También nubes.
-¡Es un día espléndido, hay gente que no sabe aprovechar su vida! -dijo en voz alta y parecía escrutar el cielo
A los dos minutos me quedé mirándolo. ¿Se referiría a sí mismo? A veces el inconsciente nos juega trampas. Y las trampas nos hacen inconscientes. El sujeto estaba muy entrenado, se veía que podía cruzar el Canal de la Mancha en estilo pecho. En la esquina de la pileta de profundidad variable, construida en material importado había un set de entrenamiento. Más que todo máquinas. "Si entreno con pesas quedo muy duro, eso no me sirve a mí. Vos podrías hacerlo, creo que mi hermana podría ganarte una pulseada". Se reía. Su hermana jugaba al hockey en Universitario, y tal vez tenía razón. Había trabajado como ayudante con las famosas Leonas. Tuve alguna que otra charla sobre el seleccionado de hockey femenino local. "No seremos las holandesas pero jugamos mejor". "Ah, che, se me hace tarde. ¿No sabés si hay un cajero por acá cerca? Esto es todo ruta y debería hacer un retiro".
-Cuando nado, recuerdo conversaciones con mi viejo, fragmentos de canciones de Los Redondos o Soda. Me explotan palabras, y de pronto todo se vuelve inconexo, pero sin serlo. Como que todo "rebota en mi cráneo". Vos sólo estás acá para que te diga eso, ¿no?
Lamentablemente él tenía razón. O al menos bastante de ella.
-Cuando nado igual nadie sabe lo que pienso. Pero amo este deporte, claro que requiere sus sacrificios. Sus costos.
Mi cabeza asintió.
"Ambos éramos niñosen este reino junto al marpero amábamos con un amor que era más que amoryo y mi Annabel Leecon amor que los alados serafines del cielonos envidiaban a ella y a mí.Y por esta razón, hace mucho tiempo,en este reino junto al marde una nube sopló un vientoque heló a mi amada Annabel Lee".
Lucrecia tocaba Poe en el Petrof de cola de su sala de estudio, a veces un poco oscura.
Decía que por las noches escuchaba cosas e ignoraba estrellas (falsos soles porque no eran para ella). Sin luz, sin luna, ya en la oscuridad se desparrama y expande todo como pintura negra que invade de improviso. Aunque ella también era tranquila. Había según ella alaridos, gritos y gente que peleaba y cosas que desaparecían con el romper del alba.
-¡Despertate, Rumano, no vas a quedarte todo el día ahí tirado! Además deberías cambiar esos jeans, ya parecen caminar solos.
Ese comentario no me gustó. Me parecía más gráfico lo que decía Marcos. Resultaba que Lucrecia al ser tan abstracta en uso de lenguajes me resultaba casi inasible en ese mundo. Cuenta una anécdota de que Heidegger, poco después de escribir su incompleto "Ser y tiempo" estaba de invitado en una casa en Leipzig. Ahí en Sajonia y en ese momento nadie iba a tratar mal a un rector afiliado a las S.S.. De todos modos él lo que quería era escalar a nivel de jerarquías académicas. Un sujeto así no sabe de otras políticas. Se sentó un rato a escuchar a una pianista que se debatía tal vez entre Beethoven y transcripciones de Wagner. Pensó, "con filosofía nosotros no podemos hacer eso".El lenguaje sería "la casa del Ser", pero antes de la Selva Negra supongo que él tenía razón.
-¿Qué estás leyendo, Rumano, a Edgar Cayce? ¿Y ese quién es?-Fue Marcos, todos seremos. Está muerto. Decían que podía curar a la gente. Claro está a la gente que sufría, y lo hacía haciéndolas caer en trance.-¿Vos crees en eso?-La verdad no sé, pero me gusta al menos su intención. Se supondría que cuando las personas "bajaban" su nivel (superficie) de consciencia de la realidad, se volvían más cercanos a sus problemas. Se dice que en nuestros sueños duermen nuestras soluciones en forma de símbolos. Pero no nos enteramos dado que vivimos despiertos, incluso durmiendo.-... Ja. Tengo que entrenar. ¿Cómo está Lucrecia?-¿Conocés a Lucrecia?
"Y sus parientes de alta cuna vinierony se la llevaron lejos de mípara encerrarla en un sepulcroen este reino junto al mar".
Debía resolver esto. Tenía problemas, además tocar el bajo eléctrico en bares suburbanos no deja buenas ganancias aunque sí decepción y abrojos en los pantalones. Y por cierto el baterista pegaba tan fuerte que a veces después de las presentaciones sentía que iba a perder el equilibrio y caería al suelo. Los parches estaban demasiado tensos y "afinaba" con "La cucaracha". Amén de su letra original y esos platos de marca desconocida... Como sea no quiero problemas pero ellos parecen quererme a mí.
Esa noche no tenía ruidos. Suelen tenerlos aunque sean mínimos, golpes de puertas, ventanas, cristales. Tal vez toses, fondo de calle, por más lejos de la ciudad que estemos. Sabía que era algo último, pero no tenía por qué mostrarse tan solemne. Tampoco era un velorio. ¿O sí? Los nativos de Cremona se la llevaron. No me di por enterado. Pero no podía tolerar la idea de que ella quedase encerrada en ese lugar. Todo el tiempo escucho la marea. Y no hay mar, y menos islas. Aunque sí una extraña aislación recurrente.
Marcos me llamó, lo cual resultaba inusual. Me decía que tenía que hablar conmigo. En lo posible en persona y en unas horas. Que estaba teniendo extraños sueños. Que a mí me gustaba el tema y tal vez podría ayudarlo. No sabía a quién más recurrir.
Llegar a lo de Marcos en esa situación no resultó complejo. El tránsito inesperadamente resultaba poco congestionado.
-Y la cosa verde de abajo del agua me atrapaba, como si fuese una rabia toda y llena de animales ciegos. Y no podía salir a la superficie, me estaba quedando sin aire. Las voces fuera del agua, fuera de mi medio en ese momento, no se escuchan claramente, pero se capta cuando están dialogando. Es como una conversación en un idioma de extraterrestres. Y yo estaba ahí atrapado.-Sí, la fauna abisal. ¿Te estás preparando para competir en algún lugar abierto, no?-Sí, ¿cómo sabías?, no le dije ni a mi entrenador todavía. Me lo sugirió un colega. Es una competencia en una parte al sur de USA.-Sí, entiendo, el futuro a veces se equivoca al golpear la puerta. ¿Cuándo sería?-A principios de Enero, el 19.
Me empecé a sentir mal, realmente mal. Aunque supongo que no se notaba. "I'm feeling a bit dizzy".
Mi padre cumplía cerca de esa fecha, no recuerdo más. Se me vuelve todo un fundido negro. Resulta un maldito fade out.
"Los ángeles, descontentos en el cielo,nos envidiaron a ella y a mí.¡Sí! Por esta razón (como todos sabenen este reino junto al mar)el viento salió de la nube por la nochepara helar y matar a mi Annabel Lee".
No sé bien cómo llegué ahí. El televisor me hacía compañía. Había unas dos o tres personas caminando alrededor, sonaban sus pasos, se captaban sus gestos. Pero todo parecía desierto, se daba esa semántica de sensación. Una rubia que parecía sacada de una serie de los setenta me preguntaba: "¿Estás bien, estás bien?" Asentí, sí, claro. (Mentía por caridad). Sonrió y me sirvió un jugo de naranjas recién exprimidas. Después de mirarme se retiró. Estaba en una cama. "Es mi habitación, podés quedarte el tiempo que sea necesario".Al rato volvió y se sentó en una silla cercana, se cruzó de piernas y ahí se quedó. Supongo que le gustaba jugar a ser enfermera. Describir cómo vestía podría parecer un poco un anacronismo. Pero no contaría con el detalle de que yo detestaba ser un paciente.-Al masturbarse uno recuerda en ese breve lapso, todos los momentos más excitantes que vivió. Lo que más le gustó.-¿Dónde leíste eso?-El otro día, en una revista Vogue.-No estoy de acuerdo, no existe recuerdo fijo. Ni siquiera en esas cuestiones. Lo que nos gusta hoy podemos desecharlo mañana, y tal vez volver, para no volver.-No entiendo, podés ser más claro.-No sé, son cosas propias de la naturaleza humana. Todo cambia constantemente. Después de cada parpadeo me vas a ver de otro modo.-...
Recordé un viejo artículo de Fogwill hablando de Onán y que me llevó a ciertas consultas con el personaje bíblico. Y no sé por qué también lo recordé hablando de Alfonsín. "No había más triste destino que el de Onán". Fog tenía razón y esa chica necesitaba un novio urgente.
A la tarde en un descuido me escapé. La rubia me había dejado ropa nueva, ignoro cómo la consiguió, pero me resultó muy útil. Reconozco haber sido ingrato, no soy un samaritano. No sé, sólo quiero resolver la cuestión de los dos niveles. El costo del transporte de larga distancia aumentó. Me senté junto a una ventana, a veces me gusta lo individual. Y me quedé dormido.
"Pero nuestro amor era mucho más fuerteque el de aquellos mayoreso más sabios que nosotros.Y ni los ángeles arriba en el cieloni los demonios debajo del marjamás podrán separar mi alma del almade la hermosa Annabel Lee".
Desperté y bajé en la última estación. El bolso era nuevo, también cortesía de la blonda desconocida. Recordé que tenía zapatillas, pies y piernas y sabía caminar.Encontré un bar o pulpería de "avanzada" a la vera del último asfaltado de ruta. Entré y el gesto adusto, y la desconfianza eran la primera bienvenida. Un poco de clima del "El sur" de Borges, todavía sobrevive en muchos lugares. Me fijé en el mostrador, (para variar ahí había rejas entre el expendedor y los clientes). Veía los peores licores que ni podía imaginar ahí.
-Un licor de mandarina, gracias. -pagué
Vigilar tiene un costado ontológico no siempre probado en desconfiar. Pero hay una prueba muy clara de que sí resulta así: un simple policía de servicio. Tenía todavía el libro de Cayce que había extrañado a Marcos. Supongo más versado en manuales de crol y flotación. Lo abrí donde había quedado: "En 1900, Cayce empezó a vender seguros de la compañía Woodman of the World, aunque sin embargo perdió completamente la voz por una severa laringitis. Con sus ahorros abrió un estudio fotográfico al volver a Hopkinsville, pues en tal profesión no necesitaba hablar. Para 1901 un hipnotista viajero conocido sólo como Hart "The Laugh Man" llegó a Hopkinsville asegurando curar enfermedades con sólo hipnosis, Cayce se sometió al tratamiento frente a una audiencia pero siguió sin recuperar la voz: Otro hipnotista Al Layne, se ofreció a ayudarlo. Durante el trance, Cayce finalmente habló, pero refiriéndose a sí mismo como "Nosotros".
"Pues la luna nunca resplandece sin traerme sueñosde la hermosa Annabel Leey las estrellas nunca brillan sin que yo sienta los ojos radiantesde la hermosa Annabel Leey cuando llega la marea nocturna, me acuesto justo al ladode mi amada -mi amada- mi vida y mi prometidaen su sepulcro allí junto al maren su tumba junto al ruidoso mar"
Siempre recordaré con afecto a Carlo Al Laine estando ahora acá en Cremona junto al imaginario y ruidoso mar. Recostado bajo tierra para mí ya tampoco resplandece la luna y las estrellas me son ajenas. Pero somos nosotros con Lucrecia.En cuanto a los problemas de dos mundos, y a Martín, nunca quise resolver la ecuación. Creo así resultó mejor.
La dinámica de fluídos y el teorema de Torricelli
Alejandro Leibowich
Ni que le hubiesen recetado gotas para dilatar las pupilas. Le iba a hacer mal la noche, por las luces artificiales. No la esperaba un fondo de ojos. La arena era ilusoria, eran algunas de sus ideas con bruscos cambios anímicos. Me estaba mirando, como solía mirar a la gente, con franqueza y claridad. Pero algo se interponía. Empezó a parpadear y cerraba los ojos de manera violenta, apretando los párpados. Si alguien no la conociese hubiera pensado que tenía algún tipo de "tic" nervioso. Una reacción no siempre resiste a tolerancia, incluso a la mejor de ellas. Pero ahí estábamos, y ahí estaba ella. Cathe rechazaba la verdad, su verdad, la que le brindaban sus ojos, o al menos eso demostraba. Como que se quería despegar de todo, de la imagen, también de las palabras. Eso no pasó, pero pasaba. La casa parecía un barco clásico por diseño. La escalera era de madera, en combinación con el techo. No la habían barnizado. "Que el barniz no es práctico, señora o señorita, revise usted misma el catálogo y las casas nuevas. Al menos es amplia y se puede respirar bien".
Desde una escalera, estando sentada en su caso y parado en el mío, la noción de suelo no era clara. Dos escalones nos distanciaban en una forma de jerarquía absurda e imposible. Los diálogos se perdían, se perdieron. Tal vez debía resultar así. En la razón de la sinrazón: "Qui giace il furfante sotto questa lastra, che nella sua vita ha detto cose che erano solo sciocchezze".Reacción.
No conseguir su jugo preferido de naranja en la ciudad, y a esa hora de la tarde podía ser muy grave para ella, podía ser grave para mí e incluso para el universo todo. Había un potencial peligro de desequilibrio. De todos modos, estuvimos, estábamos. Y de todos modos yo era el hombre sin rostro para muchos.
Podía imaginar a Florencia viendo ahora mismo "The Man with Bogart's Face". Sobre todo la primera escena, el opening. La debe haber visto muchas veces. El médico quitando las vendas, los títulos en naranja (tan cítrico todo) corriendo sobre las imágenes. "Your face, your money". Recitaba cosas que Sacchi puso ahí. Podía escuchar que se reía sola, no sé cómo, pero podía. También sabía de algún modo que salvo la luz proyectada por la pantalla, todo debía estar a oscuras. Y la mano del médico hacía girar y girar las vendas en movimiento circular. En remolinos para la forma de pensar de Florencia. Tan rápido va todo. Todo… Pero la realidad no puede ser editada. Ya lo dijimos muchas veces. Aunque "The Man…" era un buen ejemplo de edición en cine.
De alguna forma se cumplía eso que ella decía: "Abre el ataúd que yo me encierro sola". Bogdanovich, que es un enfermo cinéfilo opinaba dirigiéndose a un anciano Boris Karloff que todas las mejores películas ya habían sido hechas. Un poco desde acá era el "museo de la silverscreen, y tanta ectopía en las instituciones" que mencionaba Fogwill. Para después tratar de amenizar hablando de Pasolini. De todos modos resultaba un poco así. Todo era una re revisión, un remake de realidades pasadas. Y nunca sabríamos que esas realidades pasadas también eran retazos de otras realidades pasadas. Lo que sucedía es que las fuentes se perdían. Todo se pierde.
-No todo está perdido, Cathe. O vos crees que…
-No, no. Yo no dije eso. Yo no digo eso. Sólo a veces me siento mal, pero no me hagas tanto caso. A vos siempre te ayudó la música gitana. Ése que tocaba con dos dedos.
-Ja, Django. Sí, a veces las limitaciones sobresalen la virtud. De todos modos él era un gentleman de época, yo estoy lejos de eso.
-¿Vamos a salir? Me asfixio.
-Dale.
-¿Los llamo a Eileen y Matías?
-Hacé lo que te parezca, podés juntar lo primero que se te ocurra y salimos. Qué poco que habla la rubia últimamente.
-Matías se toma todo lo que encuentra en las reuniones, y como que la anula un poco. Eso creo yo.
-Yo no.
Supongamos que todo está servido. Todo está listo. Pero yo, para muchos el hombre sin rostro te digo: todo está en primera persona, como en un juego en red. Estamos enredados. En todo, por todos, y para todo. Y si yo en realidad soy yo, pero no lo soy. En el sentido de que también puedo tener los gestos de Bogart. Puedo adoptar el estilo adusto. Ser algo pensado por Hammett o Chandler. Depende el mood, depende el contrato, depende el guión y el director. No tengo mucho más para decirte, salvo que todo lo exagerado puede resultar insignificante al fin.
Un lugar.
-Yo odio a esos tipos que tocan mil notas y no dicen nada. Sobre todo los guitarristas. Tanto virtuosismo "vacío".
-Sí, Cathe, se suele hablar de una forma de onanismo, más que todo pentatónico. Aunque también se daba y se da bastante por ejemplo en el flamenco. Y en alguna música asiática.
-Es todo como una gran paja y ¿tenemos que pagar por esto?
-No, bueno. Cambiando las cosas muchos pagan por ver recitales de Jarrett, y aunque vos le pondrías un "censored" a su forma de tocar el piano. Eso no lo disminuye en absoluto ni como compositor, ni como intérprete.
-Cierto, Gandini bromeaba con eso. Hay un video de su hija creo, que lo toma riendo y tocando al imitar su estilo.
-Sale caro esto de los homenajes a Reinhardt, por favor no hagamos papelones.
-Ahí llegó Eileen, tan bella ella, y… tu amigo.Microlimbo.
Entre el humo, los posters en las paredes de Charlie Parker, Gillespie y Christian y Monk. Se mezclaba todo. "Y estuvo una buena banda que tocó hace unas horas. Aunque no figuraba en los anuncios."
Las paredes eran oscuras, las sombra huidizas. Las mesas tenían una cierta disposición geométrica. Eileen cuando sonreía siempre dejaba ver sus dientes. Sin embargo su psicología angloitaliana como que se imponía últimamente en muchas cosas. La podía más lo sajón últimamente. Matías tenía dos entregas para el lunes, más un trabajo que había conseguido en una revista local. A él lo entendía como un periodista partime, y abogado desganado. Fanático del Barca y con una desbordada muestra de afecto cuando el etil se apoderaba de su mente.
-Que no te dije Robert, me salieron dos nuevas posibilidades y si puedo me hago un viajecito por Curitiba. Tengo amistades ahí. -hacía un movimiento excesivo al gesticular con los brazos. Tuve cuidado de que no tire un vaso que recién habían servido.
Florencia estaba sonriendo, lo sé. Entre Shakespeare y Babasónicos, se autodictaba un monólogo. Era espectadora única, egoísta en privilegio. Pero bueno, así era ella. Los monólogos de Hamlet le quedaban bien. ¿Qué más se podía decir?
Eileen no miraba a nadie, a nada. Parecía absorta en el sonido del saxo tenor del intérprete que recién había subido a escena. Escalas a lo Coltrane. Interesantes "Giant Steps". Pero todos esperaban el sonido de Django.
-Y entonces ¿cómo va el negocio, Eileen? -Cathe la estaba forzando a hablar, con su mejor cara de buenos amigos.
-Bien.
-Y si querés,… si quieren nos vamos después a casa. A charlar, tipo Afterhours.
-Te agradezco.
Eileen había pedido un vacío que especialmente encargó semicrudo. Cortaba la carne con ganas pero sin fuerza sobre el plato de madera. Había que verla para entender eso.
-Robert quisiera hablar con vos. -dijo Eileen.
-Con vos -dijo Florencia dos segundos más tarde. Un delay o sombra de palabras que no quedaba muy claro.
Matías hablaba y poco decía, era grandilocuente en todo. Abrazos, amenazas de besos. Estaba exultante, y saturaba cierta tolerancia, incluso la mejor de las tolerancias. Pero es un buen tipo, todo bien con él. "Si quieren, ¿vinieron con su auto? ¿no se lo remataron? Es una broma. No seas tan así Robert. Qué tipo amargo".
-No que la verdad no sé qué más decir Matías. Esperá que tengo un llamado. -no tenía ningún llamado. A veces mentir es una buena forma de ser amable y comprensivo.
Eileen me empezó a mirar, yo no sabía bien dónde meterme. Me mostró el celular. "Me dicen que una amiga llegó. No la esperaba, está si no me equivoco con dos socios tuyos. ¿Me acompañarías a la puerta, Robert?"
Te lo reitero, se los reitero. Supongamos que todo está servido. Todo está listo. Pero yo, para muchos el hombre sin rostro te digo: todo está en primera persona, como en un juego en red. Estamos enredados. En todo, por todos, y para todo. Y si yo en realidad soy yo, pero no lo soy. En el sentido de que también puedo tener los gestos de Bogart. Puedo adoptar el estilo adusto. Ser algo pensado por Hammett o Chandler. Depende el mood, depende el contrato, depende el guión y el director. No tengo mucho más para decirte, salvo que todo lo exagerado puede resultar insignificante al fin. Eileen pidió un taxi. En quince minutos estábamos en un lugar que no podía decir exactamente qué zona era aunque conocía muy bien la ciudad. El orden de los factores siempre altera el producto. Y así resultaba en cierto vértigo. Eileen tomó un atajo, nunca pude entender por qué yo le interesaba ahora. Nunca lo había demostrado de ningún modo. Matías se había quedado en un soliloquear en esa mesa para cuatro, en la que ahora sólo había dos. ¿Qué estaría haciendo Cathe? No quería pensar en eso. Y estaba ahí con Eileen que tampoco por cierto hablaba mucho. Estábamos tirados en ese lugar, que no sé de dónde sacó ni cómo llegamos. Reconozco no haberme opuesto. Pero, Eileen siempre dejaba ver sus dientes cuando sonreía. Pidió un jugo de naranja. "Y justo te llamás Robert".
La ubicuidad de Torricelli.
Florencia conocía todo el trabajo sobre "The Man…" incluso las escenas desechadas que parecían producto de una posesión de Sacchi a manos del espíritu de Buñuel. Como que tenía cierta expectativa de que algo estaba por pasar. Aunque, ya lo conocía. ¿Cómo se llama a lo que ya se conoce pero que se espera como algo nuevo? Todo sonrisas. Las palabras tan cítricas sobre las imágenes. Eileen y dos hilitos de sangre. Florencia se quitó las zapatillas, se sentía divertida. Se acostó, apagó el televisor, la reproductora y pronto se quedó dormida.
El espectáculo de jazz homenaje a Django terminó. Eileen y Robert, para los cuales Reinhardt nunca sonó, no aparecieron por ninguna parte. Aunque él salió al día siguiente en los diarios de la mañana. Se habló mucho al respecto. Eileen estaría por alguna parte en Colonia (ya no se llamaría Eileen). Habla poco y siempre que sonríe enseña los dientes, dicen los que la conocen. Siempre le gustó la física, agregan.
It is about an idiot god who seems to lose control and a sphere where live of people who may be too susceptible. So who is more idiotic and who is more susceptible. It remains for your free interpretation. The additions to the final mix in addition to the voice of Dylan Thomas, who quotes some things, and "mixes" with the god, are taken from a story that actually happened. It was somewhere in what is known as Greater Buenos Aires, where people believed that the apocalypse had arrived, with the trumpets and the four horsemen included.
Cuando Ligia lee a Galland
Music is your own experience, your own thoughts, your wisdom. If you don't live it, it won't come out your horn. They teach you there's a boundary line to music. But, man, there's no boundary line to art."
Charlie Parker
Alejandro Leibowich
En esa mañana había más niebla que de costumbre, y no por costumbre ni por niebla. Tampoco por asfalto, y se hablaba de un "estado de sitio". Pero no por lo difuso del aire en sí es que lo digo. Realmente la vista era lo que parecía nublarse, y delante de las retinas, no lo que nos rodeaba. ¿O sería al revés? De todos modos había que cruzar la calle 1. Los Rollers Krauser estaban hablando en la esquina. Se me ocurrió contar los pasos sobre el asfalto, el semáforo había cambiado la luz. Estaba seguro, y la alemana y su amiga con nombre de cine derruido bajaban de un auto demasiado transigido, vencido por el tiempo. Verónica miró y se atrevió a gritar, cosa muy rara en ella. Siempre tan recatada, simuladamente apagada y con las mejores notas. Bueno, de todos modos yo debía ser el peor alumno. Pero en algo hay que destacar. Arcos, su amiga, recorría caminos que no existían perdiéndose en el verde del Colegio Nacional de La Plata. -Te noto muy agitado, seguro venís de las clases de lengua allá por 7.La miré. Mirar a Verónica era Verónica a mirar. Realmente las pecas la habían invadido, y le quedaban cada vez mejor, sobretodo si se sonrojaba. El contraste le quedaba bien. El ventrílocuo con nombre de gaseosa importada se la pasaba hablando de técnicas de Kung Fu. En eso me agarró pasando la primer puerta de entrada. Me ofrecía dos shuriken y unos nunchakus que él mismo fabricaba en un taller informal que había montado en su casa. El perro andaba suelto y la señora de la limpieza no encontraba con qué barrer o secar. Yo ya había hablado con Nosppia y Rivadavia que estaban involucrados en una especie de clan que practicaba ninjutsu. Cual pitagóricos, se guardaban todas las fórmulas, saludaban de una manera que sólo ellos entendían. Y la verdad me parecía que el misterio era en realidad un cúmulo de nadas, una especie ego de vanguardia humeante. Pero tenía una función, se auto justifican. Incluso se auto justifican hasta el respirar, que no es poco. Ya su vida tenía sentido. Nunca entendí la palabra sentido. Al pasto lo cortaban todas las mañanas, la bandera estaba a media asta, como en un duelo indeciso y desconocido. Había una bandera argentina, que parecía un trapo sucio y descolorido. Lo cual en cierta forma me irritaba al comienzo. Luego me acostumbré a la mediocridad que circulaba con los volantes proselitistas de la zona. Es lo que hay… Y yo detesto lo que se dice para no pensar, como reflejo automático "y la vida continúa". Auto Justificar lo injustificable, es una forma de lamento a media asta, a media risa, a medio país. A medias, estábamos.
Ligia estaba leyendo por segunda vez unos apartados de Las mil y una noches. Los había podido conseguir casi regalados en la última feria del libro. La editorial no la conocía nadie, pero no resultaban apócrifos. Se estiraba en un sofá de ese departamento alquilado. Bostezaba y decía que la fórmula de Cortázar usada en "Queremos tanto a Glenda" alguna vez la iban a aplicar con ella. Incluso yo, que tal vez iba a ser el primero. Un organizador internacional que por medio de una aplicada memoria infinita la volvería mito. "De todos modos ya no voy a ser yo, voy a ser mito, y un mito es nadie". A la gente le gusta alimentarse de nadies. Suele ser una dieta social muy aplicada.-Y vas a buscar a los coleccionistas, ahora digitales, pero vas a hacer desaparecer toda prueba de mi decadencia. Vas a hacer que me vuelva eterna. No como la Amada Eterna de Macedonio, no vas a derretir cucharitas. Vas a inmolarte por mí, de todos modos ¿a mí qué me importa?
Habría que ver si ya se hicieron las 8.15 hs. A esa hora por lo más intraterreno del edificio, pasaba otras personas, por ejemplo la profesora de inglés. Oriel Briant tenía un séquito de fans. Y nadie se quería perder sus clases. En realidad parecía una alumna más. Las edades se confundían. Bueno, con el tiempo todo se confunde, se vuelve plano y gira, como un viejo disco de vinilo diría Lopérfido. Su hijo para reyes había pedido de común acuerdo un camión a control remoto que venía de Hong Kong. Había enloquecido a Lopérfido, porque lo quería sí o sí. Él ya se imaginaba los golpes en la casa, la esposa en la cocina, que se escuchaba, pero no se veía. "Decime si lo vas a cambiar, porque después los reyes se enojan". Su hijo imaginaba a los reyes como una gran burocracia expendedora de regalos internacionales. Y en cierta forma no estaba imaginando.
-Lo que pasa es que vos idealizás a todas las mujeres, hasta parecés Richard Wagner. Todas sus heroínas parecen su madre.
Ligia había tenido un pasado con algo de tenis e inconstancia en la Facultad de Derecho de Rosario. La UNR en esa época era un fantasma de hormigón. Los Roller Krauser se habían dispersado, pintaban graffitis en la pared de día. Usaban varios colores para que nos distingan. Nadie les decía nada, y encima azoraba un clima de "estado de sitio". Uno empezó a romper botellas y por diversión gritaba, "aquí estoy yo" pero no decía eso, aunque decía eso, recitaba algún manifiesto punk y daba lástima. "Porque somos como las flores que crecen en los tachos de basura". Uno intentó acercarse a Nosppia. Lo miró mal, desafiante, "te voy a matar" decía y no decía. Nosppia pensaba en que le debía plata a Arcos. Y estaba en otra cosa, hasta que recibió un codazo "accidental".-¿Cuál es el problema, amigo?-Me gusta tu campera, ¿es importada?-No, las hace la madre de un amigo mío, y las vende al por mayor…-Me gusta, sacátela y dámela.
El rey Sahrayar, resultaba un rey justo al que sus súbditos apreciaban. Tenía un hermano que era rey en un pequeño país y un día regresó en improviso a su casa y descubrió a su esposa con un esclavo teniendo relaciones. Su decisión fue usar un arma blanca de manera limpia y rápida. Ambos quedaron ya sin vida sobre un charco compartido de sangre. "¿A qué recuerda la sangre? A lo trágico pero repetido. Es siempre igual aunque intente domesticar diferencias. La sangre tiene sabor a Tchaikovski". -La tercera de la guitarra está baja y después del quinto casillero "miente".-Pero a mí qué me importa, yo soy sorda. Me da igual.-Entonces al menos sacála de mi vista.-No te entiendo, está muda, tanto como yo sorda.-Sí, vos. Pero yo no estoy ciego.Se volvió a sumergir en la discordia de las letras. Entonces fue a ver a su hermano, el rey Sahrayar, y estando ya en el salitre palaciego, desde la ventana con persiana, ve a la esposa de su hermano con otras veinte muchachas mientras son poseídas por veinte esclavos. Ahí comprendió que lo que le había ocurrido a él resultaba mucho menos grave que lo que le pasaba a su hermano. Recuperó la alegría, y finalmente se lo contó todo al rey Sahrayar.-¡El mundo es muy estúpido, Obadiah de Galilea, bajate del monte Tabor, ya!-¿De qué hablás, Ligia?-Todo el mundo se conforma, porque siempre encuentran algo peor que los justifique. Peor esto, peor el otro. Y yo estoy contenta, estamos contentos. Hasta vos… Pero, por favor. -se palmeó los muslos y puso su mejor cara de tensión nerviosa y desafío en cóctel. -No deberías beber del vino de los sueños en la mañana. Largá lo bíblico, es mala uva.
Y como final abierto seremos nada.
-Te dije que me des la campera. Te voy a tener que romper la cara si no lo hacés. Pero sabés, me cansa pegar, así que apurate.Nosppia tenía un lazo secreto con Arcos. Nada que ver con el dinero y su deuda. Ella se perdía en caminos que desconocía por ahí, por el Colegio. Lo que se desconoce claro que no existe. Pero se perdía.-Yo la verdad me canso de ser bueno. Ser bueno, cansa.-...
Sahrayar ordenó matar a todos los esclavos, las doncellas, y a su esposa. Los ojos de Ligia recorrían las palabras. Palabras las recorrían Ligia de ojos Los. Sus pupilas eran fuego y también hielo. Los dos hermanos partieron de viaje y en el camino encontraron un genio que se elevaba embebido en una columna de humo. Éste depositó un baúl, y dentro del mismo había una mujer que hizo que el genio se hunda en un profundo sueño. A continuación les pidió a los dos hermanos que tengan relaciones con ella. En caso de negarse, amenazaba con despertar al genio. Los hermanos se miraron. "¿un genio sería tan grave, Encontraría a Ligia?". Los dos tuvieron sexo con ella, cada uno llevaba un anillo. Ella se los roba a ambos, y les dice que tiene uno por cada amante y ya van como quinientos anillos. Ella les recomienda que no le crean jamás a las mujeres. Y explica que esto lo hace sólo para vengarse del genio que la raptó.Ligia tiró el libro.
En la cocina estaría la madre Lopérfido.Hablaba sola, y miraba por la pequeña ventana que daba a la calle. Desde la altura que estaba ella, claro, su pequeña realidad secreta.Tengo sombras, habito sombras, ni el té de las tres con mi amiga. El agua corría, la corriente es algo directo, continuo, sea líquida o eléctrica. El hijo de Lopérfido control remoto mediante hacía que su camión eléctrico circule por el piso de la sala. Los reyes, cualesquiera que fuesen se lo habían traído.
El ventrílocuo con nombre de gaseosa importada ahora pensaba que tal vez los camiones tenían pilotos verdaderos. Por venido el caso me explicaba, si bien parecen juguetes nuevos pueden tratarse de un auto demasiado transigido, vencido por el tiempo. Claro, claro, ¿a cuánto vendés esos dos shuriken?
Nosppia estaba inconsciente, tirado en el suelo. Ni idea de qué pasaba por su mente. Pero un Roller Krauser se estaba probando su campera y se alejaba silbando una canción de los Ramones.
Pasado el mediodía haraganear la tarde. Seguía habiendo más niebla que de costumbre, y no por costumbre ni por niebla. Tampoco por asfalto, y se hablaba de un "estado de sitio". Pero no por lo difuso del aire en sí es que lo digo. Realmente la perspectiva era la que parecía nublarse, y detrás de las retinas, no lo nuestro interior. ¿O sería al revés?
Pero hay también textos en los que es la hermana de Sahrazad la que cuenta y ésta le apoya en el relato. Todo relato que se vuelve canónico pasa por un proceso anterior de transformaciones constantes. Debía entender eso. Al menos lo tendría que entender Ligia.
-Viste que es como con los locos. Está todo bien, hasta que decís una palabra y se salen de sus casillas. ¿Me entendés? Rivadavia fumaba 43/70 y tosía. Daba cátedra seis en elocuencia nicotínica y resultaba insuperable. -¿Ahora me toca hablar a mí? -dije y pregunté
En todo relato oral, el tono puede cambiar el efecto de lo que se dice. Lo escrito está un poco muerto. Lo oral, si bien es imperfecto, todavía vive. Y te lo digo de nuevo, como diría Lopérfido, el tiempo se vuelve plano, y gira, prensado como disco de vinilo. Con el tiempo todo se confunde.
El rey Sahrayar ordena que le traigan una virgen cada día, la desflora y la mata a continuación. Esto lo convierte de pronto en un asesino en serie. También hace entender que un monstruo puede nacer de lo justo. Nunca entendí realmente la palabra entender. Al principio del relato era un rey de equidad admirado por sus súbditos. Pero llega un momento en el que el visir ya no encuentra más vírgenes, y ahí aparece su hija Sahrazad que había leído mil libros en los que se contaban las historias de los reyes antiguos, de pueblos extinguidos, resultaba una mujer de cultura vastísima. Ella misma, termina ofreciéndose para ir con el rey. Pide únicamente que le acompañe su hermana para ayudarla. Después de tener relaciones con él le dice y a la vez sugiere: "¿No quiere que le cuente una historia extraordinaria y maravillosa?". El rey acepta y así empieza Las mil y una noches.
Nosppia vuelve en sí. Es increíble, pero estuvo todo ese tiempo tirado en la calle y nadie se acercó siquiera para ver si estaba vivo. Ligia empezó a abarquillar el labio inferior, como cuando se enojaba y mucho. Se quedó dormida.Rivadavia está fumando.Recordé la idea de un editor, que apropósito de las nuevas ediciones de ciertas obras de Faulkner, había sugerido que cada línea de pensamiento sea impresa con diferente color, con distinta tinta.
El alfil pudo ser también torre. Podía coactuar. Como sea, la reina, estaba a salvo ya sin peones. Y sí, hubo que hacer desaparecer algunas cosas ahora digitales. No resulta fácil un "estado de sitio".
The exercise of existence begins when I met you. There is no past, since it is unknown to me. It is not my past, and even if you told me about it, I would not know for sure if it is truly yours. I don't know about future, but we can look for it. Somebody must know him. And don't try to find ego, because he don't know you too. Because the percentage of your material world am I, your present. I can't give you more and I hate fairy tales.
Alejandro Leibowich
La errante
"Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia; por eso la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por tanto, nunca preguntes por quién doblan las campanas, porque están doblando por ti".
John Donne
"una mirada desde la alcantarillapuede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosahasta pulverizarse los ojos"
Alejandra Pizarnik
"Jaja, sí. Ahora ustedes hablan mucho de amebas y animales unicelulares, todo simple, pero contar tu historia nada simple es, es intentar justificarte, nene".
La Errante
Alejandro Leibowich
Alejandra en algún cuarto que no quedaba en Rosario se abrazaba a su guitarra. "Y no quiero tocar, no voy a tocar. Tocá vos, te voy a mirar, mirar hasta pulverizarte. Como dice la Pizarnik con eso de la rosa. Me voy a apoderar de todos los ritmos, de todos los acordes, de todas las melodías, además de todos tus recuerdos y de toda tu vida. ¿Querés ver fotos de gatos muertos? Las tomé ayer, no pasa nada, es arte... ¿Qué tiene de malo? Después que te quedes sin vida, vamos al bar más cercano y te las paso una a una, las tengo impresas. No confío en lo virtual. Va a ser como cuando te sacan sangre, después con un des ayuno te recuperás (aunque en este caso algunas cosas resultarían distintas). María también va a ser mía, todos lo serán. Al fin y al cabo yo soy el aire. Aunque me preocupa Alina, me hace frente. Abelito me da lástima, debés ser muy bueno para aguantarlo, de todos modos no te perdono". Además el aire no tenía pupilas. Todo es Iris. Todo. "Me gusta el color azul… aunque de noche, claro, debe ser más oscuro".
Jackie, primera bocanada (1). Diarios
Alejandro Leibowich
-¿Podés apagar eso, Laura?
-Hahaha. ¿Acaso te molesta? ¿Qué estoy haciendo mal, Ivo?
-En realidad, vos nada, no, tranquila, no te preocupes. Aunque me molesta el humo para respirar. Tengo necesidad de hacerlo. No tengo branquias, como vos.
-¿Y entonces, quién está haciendo mal las cosas, vos?
-No, Laura, es una cuestión de energía, de distribución de energía y de todo el "sistema nervioso". Por cierto, hace frío... Pero sí, él está haciendo las cosas mal…
-¿Quién es él?
-El tipo de la energía.
-Pero esto es sólo una habitación con pocos muebles, la cama, la tele y la notebook -Laura hace un gesto abarcativo con los brazos y caen algunas cenizas en el suelo.
-De energía, de distribución de energía y de todo el "sistema nervioso".
-Pero, no te entiendo, podés ser un poco más claro…
-Al menos trato, de verdad, creeme. Es que somos parte de su "sistema nervioso". Igual, si vamos al caso, él dice todo el tiempo que no entiende, así que si vos, que sos algo, de todo, de él, no entendés, no pasa nada.
-A ver, dejámelo pensar, Ivo.
-A nivel fisiología del pensamiento, podés tomarte todo el tiempo que quieras.
-¿Qué? Señor Hipócrates, aclaráme esto.
-Bueno, también un poco de culpa tiene tu amiga la griega.
-¿Qué tiene que ver en esto, Anthea? ¡Explicáme ya!
-Ella se parece a las estatuas antiguas, con ese perfil, esa nariz, ese corte de cara. La misma actitud, los mismos gestos, y ¿no te dije que tengo frío?
-Sí, me lo dijiste, ¡prendé la estufa! -Laura busca la estufa eléctrica, por algún lado, como sea, mueve la cabeza y al final la encuentra. la enciende.
-Es que a nivel anatómico somos todo él, por eso te hablaba de un planteo fisiológico.
-¿Qué? Ah, ya te entiendo, soy toda oídos a nivel fisiológico, te escucho.
-Ja. Claro, Laura. El tema es que a nivel anatómico como te decía, somos todo él. El tipo de la energía, de distribución de energía y de todo el "sistema nervioso". Por ejemplo, ¿te dije que tenía frío, no?
-Me tenés podrida, Ivo, ¡por eso busqué la estufa!
-Sí, todo bien, pero pensá tu descripción de la habitación, antes de que empezaras a buscar la estufa eléctrica…
-Vos siempre tuviste buena memoria, aunque, yo, esperá... dije: Pero esto es sólo una habitación con pocos muebles, la cama, la tele y la notebook.
-Y ahora la estufa… sonrío, más mucho no puedo hacer al respecto, Laura.
-No estaba... Entonces… ¿si yo pienso en algo aparece?
-Algo así, el "sistema nervioso" es todo, y encima dice que está haciendo las cosas mal. Pero yo estoy en grandes problemas, no quiero pensar en el tipo de la energía, ¿Igual, qué puedo hacer? ¿Qué podemos hacer?
-Y... no sé, Ivo. ¿Vos qué decís? ¿Y cuales son tus grandes problemas aparte de estos? Que por cierto creo que estamos en un aprieto…
-Ni hablar, pero es que yo tengo que resucitar a una muerta…
-¿A qué muerta?
-Una muerta ilustre, que en cierta forma encima sos vos…
-Pero yo estoy viva, no entiendo lo de las cosas que se nombran y aparecen, pero explicáme por favor.
-Sí, estás (estuviste), viva, igual, si vamos al caso, el tipo de la energía es el que se supone que tiene todo claro. Pero la verdad, no sé.
-Hay una cosa que no entiendo, de todo esto que menos entiendo, ¿por qué me llamás Laura?
-Es que necesito usar tu nombre real, para traer los recuerdos, para hacerlos más vividos, el problema es que junto con los recuerdos que yo busco, vienen otros, que no quería traer. Sabé disculparme por favor, así funciona la memoria, cuestión de impresiones e ideas…
-Ah, tu amigo el escocés…
-Laura, los músicos son personas con pocas huellas en la mente…
-¿Quién dijo o dice eso?
-Jimmy Hendrix, que por cierto debía fumar las mismas cosas que vos, por favor, yo no tengo branquias. Pará con ese humo.
-Pero esto es para los momentos filosóficos, para reflexionar, para…
-¿Vos decís que fumar esa porquería, te aclara más las cosas que leer "El tratado de la naturaleza humana"? La cuestión tuya, lo de eso que estás fumando, no es filosófica, como me manifestás, es una cuestión perceptiva. Es una cuestión sensorial…
-¿No tenías muchos problemas con tener que resucitar a una muerta? A una muerta ilustre…
-Claro, Laura, ¿te puedo llamar Laura, "pecas"?
-Bueno, igual, sólamente vos sabés que soy "pecas", hahaha.
-No creo, Laura, el tipo de la energía también lo sabe, cuestión del "sistema nervioso".
-¿Pero entonces no tenemos ni intimidad?
-¿Intimidad? ¿Qué es eso? Estamos en el siglo XXI... Es peor la cuestión, y me cuesta tratar de explicarlo, porque el mismo "sistema nervioso" como te dije, dice que se está equivocando todo el tiempo.
-Sos parte, somos parte de todo el tema energético que sería a su vez la habitación, todo... Estamos en problemas, Laura, ¿me entendés? Encima a cada rato te tengo que llamar por tu nombre. Aunque tengo que resucitar a una muerta. Una muerta ilustre y ese es mi gran problema entre todos los problemas que ya son bastantes. Por cierto, y no quiero ser molesto al hacértelo notar. Te reís en inglés…
-¿Cómo es eso que me río en inglés, Ivo? Cada vez entiendo menos…
-No te preocupes, yo tampoco entiendo mucho, ni el tipo de la energía, ni tampoco el mismo Hume. En la sección "Del conocimiento" de ese libro que te mencioné, creo que se olvidó o se perdió o algo pasó…
-¿Qué se olvidó? ¿Acaso vamos a masticar ideas sin dientes?
-Muy bueno, Laura. Parece que eso de tener branquias, y ser un poco acuática, ayuda al menos algo. Como una ilusión de atmósfera, y a la vez otra forma de gravedad. Pero está bien que asocies, que traigas un poco a Anthea, porque ella dice siempre eso. Pero igual, está todo en la cuestión del tipo de la energía. Aunque. la misma actitud, los mismos gestos, y ¿no te dije que tengo frío?
-Creo que te estás repitiendo... o estás subrayando tus palabras, como sea la estufa, que antes no estaba está encendida.
-Sí, y me hiciste acordar, pobre Anthea, si vamos al caso. Aunque con este frío, su problema la ayuda.
-Ah, ¿vos decís por lo de la tiroides?
-De cierta forma ella no siente el frío, aunque como los locos, que tienen alterado el termostato, si se pescan un fuerte resfriado o una pulmonía... o hasta cierta forma de parálisis. -Ella se parece a las estatuas antiguas, con ese perfil, esa nariz, ese corte de cara.
-¿Vos dijíste eso, Ivo? Me das miedo…
-¿Qué cosa, Laura? No te entiendo, ¿podés ser más clara?
-Eso de ella se parece a las estatuas griegas, lo dijiste o no sé si lo dijiste distinto, tenía otro tono, como que no era tu voz...
-Tranquila, y dejá de fumar porquerías, es el tipo de la energía tal vez. Como sea, y te estás copiando mis giros de palabras, Laura.
-La simbiosis es inevitable, Ivo. Es el precio de las convivencias. ¿De qué te reís?
-Nada, nada, a veces la admiración se manifiesta de formas extrañas. Me hiciste acordar a un viejo relato de Sartre en que volaban estatuas, y estaban todos un poco "fuera de la realidad". Sobre todo él, ella era un poco una "medium". Aunque no sé si lo habrán notado, un personaje, el padre de la chica, era un poco el tipo de la energía. Venía desde afuera, estaba preocupado. Después creo que se quedaba sentado en una silla, junto a la mesa, esperándola…
-¿A quién?
-A su hija, Laura, ella como te dije era un poco un nexo, pero de todos modos, era parte del "sistema nervioso"... Estás temblando…
-Ivo, me das miedo, o ese que llamás el tipo de la energía, todos o todo me dan miedo. ¿Qué pasó con el padre?
-Creo que nunca entró en la habitación, ahí estaba él. Las estatuas que volaban, etc. Igual, ¿qué importa?, era una ficción. Aunque ya que lo mencionás el tipo de la energía, creo que encima que se equivoca todo el tiempo, está yuxtaponiendo planos.
-¿Cómo?
-Realidades, o ficciones, como que se imbrican. se superponen y hasta son espejo, son un contrapunto, Laura. Y ni siquiera sé si respetan un eje tonal…
-¿Vos te referís a la realidad? ¿A la gravedad? ¿A Anthea? Por cierto, ¿te gusta ella?
-Si me gusta en, ¿qué sentido?
-No sé, físicamente, tanto que la describís...
-Anthea, es Anthea. Como una estatua... Pero yo estoy en grandes problemas como te dije, y vos te reís en inglés. Y tengo que resucitar a una muerta, a una muerta ilustre... -Una muerta ilustre, que en cierta forma encima sos vos…
-Otra vez, Ivo, otra vez… lo dijiste o no sé si lo dijiste distinto, tenía otro tono, como que no era tu voz…
-Cosas del tipo de la energía seguramente. Por cierto, ¿por qué usás siempre el anillo en tu anular derecho, cuando todas lo usan en el izquierdo?
-Nunca nadie me había preguntado eso, cosas mías. Obsesiva, la digitación, quiero mi mano izquierda libre…
-Claro, pero te entiendo perfectamente (entendí), Laura. Además, como te dije tengo que resucitar a una muerta… ¿Seguís hablándole a los electrodomésticos y al aparato de audio? ¿Poniéndole nombre a las puertas?
-No sé qué pasa, pero creo que no estás hablando de mí o a mi persona. No me puedo explicar. Además me seguís llamando, Laura…
-Obviamente, aunque…
-¿Qué?
-Te decía antes algo de Hume… -En la sección "Del conocimiento" de ese libro que te mencioné, creo que se olvidó o se perdió o algo pasó… En un monoambiente, los electrodomésticos y el aparato de audio, ahí los tenés… las puertas...
-Es que me hiciste pensar en ellos y...encima otra vez, lo dijiste o no sé si lo dijiste distinto, tenía otro tono, como que no era tu voz…
-Es una cuestión del "sistema nervioso" y del tipo de la energía. Tranquila, todo va a estar bien. Por cierto, no estás temblando ahora. Pero nada de Anthea, bueno, de que tengo que resucitar a una muerta, una muerta ilustre. No... Laura.
-¿Qué te pasa? hay tantos problemas no sé por dónde empezar a entender, o a qué asirme.
-Creo que a veces las soluciones son tan primarias que no las captamos, incluso, te lo digo siendo parte del "sistema nervioso". No sé qué opinará el tipo de la energía. Pero, podés empezar riéndote en inglés, a mi me sirve.
-Hahaha-Ahora el que tiene mucho frío y tiembla soy yo. En cierta forma, la misma subjetividad es subjetiva, es otro tipo de frío y temblor, (será tu pasado de cuidada cuna inglesa), ¿Laura? Pero... soy muy cabeza dura, y tengo que hacer lo que me propuse.
Sayat Nova Eshxemed (Zeppelina C. in Everan)
El ronquido
"Mi voz ya tiene vida propia. Volando desde mi corazón a través de mi garganta llega hasta el cielo. Y mientras, yo... Hay mil pequeños instantes en los que no sólo siento que toco la bóveda celeste, sino que ya soy parte de ella".
Michal Elia Kamal
Alejandro Leibowich
-Tenemos que hablar.-Bueno.
-¿Y cómo hablamos?
-Ni idea, ¿con palabras?Se alargó un poco, pero no estaba tan lejos. Y al fin y al cabo, ¿qué es estar lejos? Levantó la cabeza y agradecía que le había prestado el reloj. "De nada…" ¿Y qué se dice por convención? La vida es una convención. La ventana no deja entrar luz, por cierto una sombra me ahoga. Sonreía desde lejos. Era bueno verlo así. Había pasado por dos episodios de fiebre aguda, y tener muchos años no lo ayudaba. "Hay una nena llorando en la puerta". El porche parecía vacío salvo el llanto y la reverberación. Al costado en la mesa de luz tenía "La cigarra y otros cuentos" de Chejov. Un médico lee a otro médico, ¿cuál sería el diagnóstico? Pero la cosa es con vos. Conmigo. "Cuántos libros, no se te va a ocurrir estudiar cosas con las que te van a comer los piojos". El techo está muy alto, y la televisión subió sola el volumen. Tal vez sea yo, tal vez seas vos. Usted calmese. "Haría falta un abogado en esta familia, y ya que te gusta leer. Cosas serias...". Me olvidé algo en la cocina, y en estas casas de inmigrantes hechas como durante la marcha todo queda lejos. "Ahora vuelvo". Hace frío, las estufas nunca alcanzan, aunque hay dos. "Ayer estuvo el gasista, es un tipo muy lento para hacer las cosas". Habían dejado un grabador mono en la mesa. Había cosas muy viejas ahí. Ni idea de que tenían esas grabaciones. Salvo un cassette con el Requiem en re menor de Mozart. Me guardé algo en el bolsillo. Hay licencias para sonreírse. Incluso de la muerte, ya que aunque se diga en latín "hay una llama que está encendida por siempre, y nunca se extingue". Las misas de muertos tenían una letra prefijada. Cruda, imbatible y con "verdades". Limitada. Como si fueran máscaras mortuorias hechas de palabras. Eran un molde. Capturando los gestos en yeso, para siempre. Para que sus hijos vean a sus hijos y posteriori. Tenía unas secretas ganas de matar a alguien, no tengo la menor idea de por qué. Sólo eran ganas. Sonrisa muda. La carcajada implica otras cosas, como un batido interno, viene de las entrañas. Los monos sonríen, puede que yo sea uno de ellos. No quiero ser superficie. Las ventanas tienen muchos vidrios. Un cristal trasluce y también es superficie.
Se levantó solo, sabía que los músculos de sus piernas estaban atrofiados. Había un catabolismo incipiente, e inevitable. Nos pasa a todos a cierta edad, si llegamos. Caminaba como Chaplin.
-¿Qué pasa, nena? ¿Por qué estás llorando?
-Yo no lloro señor, por favor no le cuente a mi padre que me va a golpear. -Las palabras a veces no son necesarias, las lágrimas pueden ser testigos mudos. Y a la vez gritar muy fuerte. Sus ojos brillaban piedad.
-Vendo cosas para costurería. ¿Le interesa?
-¿Cuánta plata necesitás?, digo, ¿cuánto cuestan… esas… esos?
-Dos con cincuenta.
Le alcanzó un billete de diez. La pobreza había carcomido su alma en Santa Fé. Fuera de supuestos estereotipos de nobleza en la miseria, si puede existir algo más ruín y falso. Se había sensibilizado porque entendía el dolor, lo había vivido. Comprendía cuando por ejemplo ya no se puede pensar, porque con el estómago no se piensa. Uno se suspende. Todo se suspende.
-Señor, yo no estoy pidiendo dinero. Le estoy vendiendo… - Estaba terriblemente seria, el ceño fruncido no era sólo enojo, era una forma extraña de autoridad
-Dame lo que salga eso, lo que te parezca.
Había un semi enrrejado. La nena alargó el brazo y se raspó un poco alcanzándole algo que mi abuelo nunca usaría. Nadie me lo puede contar, porque yo estaba ahí. Al lado del piano alemán. Había pasado dos guerras mundiales y fue habitado por tortugas.
Por esa época el tiempo era más haragán, corría más lento en toda hora. Como un perpetuo domingo, pero para mí. No para todos. Supongo que todos vivían una especie de viernes en ese lugar. Notó que tenía los labios resecos. "Traeme agua de la heladera, tengo sed". Traeme, claro, es traele. Toda esa decodificación la conocía.
En la sala estaba el samovar. Nadie lo usaba, era un adorno moscovita. Los recuerdos a veces también lo son. Había un pequeño bar, con vodka, whisky, y creo que licor de menta…
La abuela se había quedado dormida. Soplaba una pluma oniria que iba y venía. Sonó un motor, muy fuerte y como ahogado a la vez. ¿Tendría que decirte que era Anís?No, no es que se nos haya pasado la hora. Estaba su señora haciendo no sé qué desayuno, tenía frutas secas, chocolate amargo y halvá. Anís miraba por la ventana. Estaba sentado junto a una mesa. Había un mantel cuadriculado, con blancos y negros cual tablero de ajedrez. Caracteres en árabe que no comprendía. ¿Por qué nunca estamos listos para entender en el momento indicado?, ¿y por qué los momentos se desenfocan? Tomaba un cuchillo y agarraba el queso. Lo cortaba en fetas. Y no dejaba de mirar la ventana. Ese sol era sólo para él. Sólo él lo entendía, había como un diálogo invisible ahí.
-Anís, ¿puedo usar el teléfono? -marcaba números en el aire
-Ahora te acompaño, está en la otra pieza, ya lo sabés. Es complicado esto de adoptar hijos.
Anís había perdido todo el apéndice nasal en una explosión. Su voz salía desde la garganta pero se apagaba a la altura de la cara. Eso no le impedía comer su queso. Ni ser amable con una persona tan insoportable como yo.
-¿Y con el otro qué hacemos? A ver, mujer, dale algo de comer. -Anís se frotaba las manos, y lo hacía demasiado frecuentemente. Se arrancaba capas de piel. No quería pensar en una neurosis de ansiedad, aunque en esa época ni conocía la palabra. Rashida se acomodaba su hiyab."Dale, llamá, ¿te marco yo?"¿Viste los dibujos en las paredes?
-¿Dónde?
-Es que son esos ángeles. Y son ángeles que… fijate bien, ése está llorando.
Ella acercó la mano, inevitablemente tocó la humedad, el agua mojada, ¿no? Porque lo que no tiene sentido también puede tener todo el sentido. Por abuso toda obviedad se vuelve absurda.A Daniel no lo aguantaba nadie. Estaba mirando solo la televisión. Si no me equivoco debía ser una serie de dibujos japonesa. La hermana, era unos años más grande que yo. Muchos años, era adolescente. La clase había terminado. "Vení que quiero que te quedes con mi hermano". Por esa época lo que ella decía era siempre un ejercicio a completar, también en las actitudes formales. El trato. Y Daniel estaba conectado de cierta forma a la televisión. Tenía pegada su mirada ahí. "Daniel, vino un amigo para acompañarte". La miré. No me devolvió la mirada. ¿Dios es mi juez? Dani-el inclinó la cabeza, se hizo a destiempo y me miró. Sonreía. Una sonrisa franca, de esas sin maldad. Pero ahí no sólo no había maldad por potencial intencionalidad, no había maldad porque no sabía lo que era. Debe ser la gente más felíz del mundo, ¿pensé?
Volvió a conectarse a su companía eléctrica. ¿Qué pasaría por la cabeza de Daniel? Me quedé ahí. Su hermana como que me tiró cerca de él. Nos quedamos juntos, bajo la tutela de esa manifestación lumínica.
Ahora que lo pienso, si es que sé pensar, Daniel es una de las mejores personas que conocí. Ahí desde ese mundo mínimo. Esa casi nada de rutina que tenía. "¿Vos no me vas a pegar, no?" Todavía no me había despegado de la voz de la hermana, ni de sus manos corrigiendo. Pero tenía que escuchar lo que me decía. Debía haber algo, un mensaje entre lo más sencillo, escondido debajo de sus palabras, para poder comprenderlo. "Te vi con los otros planeado tirarme por una escalera".-¿De qué hablás, Daniel?
-Dicen que vos sos el más peligroso, pero no lo creo. Aunque me ibas a tirar por la escalera.
-¿Qué escalera? Yo nunca tiré a nadie por una escalera.Tengo que llamar a mi casa, Anís. Igual, nadie va a contestar. Pero tengo que llamar. Y el retrato de Kahlil Gibran me está mirando. Es una foto en blanco y negro. Las fotos en contraste básico dicen tanto que las otras ni dicen. "Este chico me preocupa, piensa demasiado". El otro día le dijo "dormí, pero dormí rápido" a mi sobrino.El abuelo Iván tenía una gomería cerca de la plaza Italia, en La Plata. Le vendía gomas más que todo a los taxis. Y si uno pensase en lo que eran los autos por esa época. Con su hermano jugaban pulseadas en una mesa de madera. "Te voy a romper el brazo". "A veces rompían la mesa". Era muy extraño, pero todo ahí se mezclaba. Y yo no lo conocí. Pero en cierta forma sí lo conocí. Compraban yerba más barata por cuestiones de economía. En la pieza, tenía una balalaika a la que le faltaban cuerdas. Por cierto, faltaban casas de repuestos musicales por esa zona, por esa época, por ese pasado. El almacén casero estaba repleto de bolsas de papas. El depósito estaba cargado de eso. Marañón aconsejaba su consumo. "La papa salvó más vidas que la penicilina". Sin embargo, no lo creo tan cierto. Había de provocar un desbalance alimenticio en muchas partes. Una cosa es un período de conflicto otra una vida. En no mucho tiempo, Don Iván perdió una pierna. Le diagnosticaron diabetes. "Si a mí me cortan una pierna me muero". Al poco tiempo murió. "Si mi marido se muere, me voy a quedar ciega de tanto llorarlo". Al poco tiempo su esposa Katya quedó ciega. No por llorar, supongo que los médicos pueden equivocarse. Una enfermedad si llega no se equivoca. La diabetes por ejemplo, es más exacta. Otra vez.
Tenían dos hijas, una quería ser dentista. Ambas tocaban el piano, por imposición de época y salas de visitas. No hubo hijo para el violín. La que escucharía a Gardel. Ésa era mejor alumna. La primera, la mayor.¿Viste los dibujos en las paredes?
-¿Dónde?
-Es que son esas personas. Y son personas que… fijate bien, esa está llorando.
Ella acercó la mano, inevitablemente tocó la humedad, el agua mojada, ¿no? Porque lo que no tiene sentido también puede tener todo el sentido. Putrefacción de obviedad que llega al absurdo.
La abuela despertó, me había soñado, nos había soñado. Incluso a ella misma soñando. Sin embargo no pude tolerarlo. Después que me contó todo apagué su vida. "Dormí rápido".Acá en las paredes hay mucha humedad. Se me filtra en los huesos, me duelen y no puedo dormir bien. Realmente al guardia tampoco le importa mucho. Creo que cuando me tira la comida suele escupirla. Por divertirse. Bueno, no es que sea mal sujeto, me entretengo escuchando sus pasos, o cuando trae prostitutas y se los escucha discutir. Él entiende una forma de justicia, yo no tengo por qué estar en su acuerdo de razón. Se queja porque dice que ronco fuerte. Creo que mi abuela también roncaba, sí… pero poco, de forma muy tenue.
Recuerdo incluso cuando era la sombra embebida de un recuerdo. A esta hora ya no hay luz, la de afuera, la externa. Yo ya no tengo luz. Mi abuela descansa en un cementerio de la capital. Yo imagino, yo escucho a los ratones caminando.
Ella es tan fría
Alejandro Leibowich
No acostumbrar ir a ciertos eventos, tampoco implica desentonar. Pero qué sería en realidad desentonar, si ser incluso una sombra, tampoco obliga a eclipsar la luz. Pero era un sábado gris ahí por Laprida. Había llamado tres veces.
-Ah, sí… ahora te paso. Julieta te buscan acá.Varios minutos, estática, y no tenía celular. El tipo de la cabina de al lado no paraba de hacer ruido. O tal vez, sólo me parecía.-¿Quién es, Pá?-Ah, tu amigo el guitarrero ese de Bahía.Unos minutos, y pude darme cuenta que estaba conteniendo el aire.-Hola, ¿quién habla?-Soy yo... soy Borges... No, digo... Darío.-Siempre diciendo pavadas. ¿Qué estuviste haciendo?-No, Beatriz, digo, Julieta... Yo nada, pero pará, me quedo ciego, me quedé ciego, no veo nada…-¿Qué te pasa?-No, creo que el alcohol barato que compra Keith tiene metil.-No. No, que ese amigo tuyo está reloco. Seguro lo fabrica en la bañadera como en las pelis de mafiosos.-Puede ser, pero no es mi amigo. Digamos que es un proveedor de tiempo. Además vende ilusiones.-¿Vos acaso no?-Depende, ¿qué sería para vos una ilusión?-Ay, no me hables más, creo que tengo fiebre y me duele la cabeza…-Entiendo, entonces, no vas…-Dejámelo pensar.-Pero… pero… pero… Te llamo, te lamo, te amo, te mo, te o.-Basta, jajaja.
El tipo de al lado, el que antes hacía ruido o me parecía que lo hacía, empezó a golpear una delgada madera, la que nos dividía. Se ve que yo estaba gritando. Pagué, aunque casi me echaron. De todos modos debo haber roto algo en su monótono día. La gente es muy desagradecida en estas fechas.
Keith estaba tirado en el piso. Había sillas, había mesa, un billar, un televisor encendido en NatGeo. Había muebles, había una casa. Pero él tenía que estar en el piso. La mano derecha sostenía una cerveza como si fuese una extensión de su anatomía hecha de cebada, burbujas y vidrio.
-Hablaste con la Julieta-Ja... -me quedé congelado, me quedé sin palabras, me abdujo el pensamiento, era un maldito imán. No sé por qué no podía emitir sonido alguno. Aunque...-¿Por qué te quedás ahí parado?-Eh, no... nada. She, so cold. She, so cold. -yo no dije eso. La última parte es la que no dije. ¿El suelo se mueve?-No, es el vinilo que gira y gira.
Varias vueltas después y dos días de aviso justificaban algunas cosas. Julieta mejoró de la fiebre, al padre no tengo idea cuál era el motivo, pero le caía bien. Me habían contado de su ex, al que le había fracturado un brazo…Las mesas estaban reservadas, pero yo tenía una pariente lejana que nunca había visto, y nos tocaba en la misma mesa, la 9.El famoso abogado al que todos llamaban Petrocelli, estaba bailando, no paraba de fulminar el piso, las chispas invisibles se veían. Parece que había terminado con un juicio importante. La verdad no sé, nunca me cayeron bien los abogados.Juli estaba vestida de negro, aunque creo que le quedaba mejor el rojo. Pero el rojo sólo quedaba bien en Juli los sábados, el resto del tiempo era informal, ropa incluída. Escote, sin escote.
-¿Qué te pasa, pelotudo, parecés un pastor protestante? ¿Me vas a controlar todo?-No, Juli, no soy la aduana.-Ok. Sus enojos duraban según una seguidilla de inercias y velocímetros. Keith debía estar vomitando en su jardín. No sé por qué lo recordé. Incluso con afecto. "Es un fertilizante natural". "Sí, claro, claro… Me tengo que ir, salgo por la puerta, porque la ventana está trabada".Después del segundo plato, todos se distendían, las fiestas están para eso. Para hacer amigos, para quererse entre todos. Ser confiados, ser como hermanos. Todos menos yo. Recién aparecía Romina con su novio apodado Kairos. "Soy tu primita lejana, ¿no me vas a saludar?" De pronto sonó un ruido en la parte del patio, como que caía algo realmente pesado. Hasta ese momento el patio no existía, porque nadie pensaba en él. ¿Una estantería? Todo el mundo giró sus cabezas, salvo Petrocelli, que no paraba de bailar, y creo que bailaba solo, porque su pareja la de vestido verde estaba sentada y le reclamaba cosas a un mozo. "Tengo lo último de Elsa Serrano". Estaba alterandose, todo se alteraba, salvo Petrocelli y su aparente sangre fría. Después de muchos pasos, y espuelas que hacían cicatrices en el suelo se acercó a mí.
-¿Vos sos de Bahía, no? Tuve varios amigos y socios que eran de allá. -me mostró su más blanca sonrisa y un candor falsificado-Sí, acá Julieta que deja todo tirado, sabé disculpar (regla de culpar al otro cuando no se sabe qué decir). -No, claro... sí, ¿de qué parte?-Vivía cerca de una avenida, una de las más nombradas…-¿Alem?-Algo así. Che, una pregunta que nada que ver pero, ¿conocés a Geniol?-¿La aspirina?, no sé de qué me hablás.
Algo en mí relacionaba el ruido en el patio, con Geniol. Sonreí sin sonreír. Pero fue una gran sonrisa, más que todo porque iluminaba."Mi madre había ido a un manicomio a visitar a no se quién y se conocieron. Mi vieja quedó embarazada de este señor, Héctor y ahí me pusieron el nombre. Murió el tipo en el manicomio y me llamaron para decirme que tenía que pagar como $ 2500 por el entierro. Lo había visto dos veces en mi vida, una fue para manosearme y otra para masturbarse delante mio". Pobre tipo, tan sufrido, y tan original, y tan amigo de Luca. Lo recordaba muy bien, en una foto que salían juntos. Un recuerdo a veces es más emoción que cuestiones concretas. Los locos, los locos no existen… menos en su caso.Petrocelli estaba sentado, se había hecho su espacio propio. Pedía whisky importado y paella. Me pareció que me hacía una sonrisa oblicua y me guiñaba un ojo con actitud de ganador. Ahí desde lejos, pero al lado."No encuentro la cartera, la dejé por acá, te digo que la dejé en esa silla". "Hay un vestidor, o algo así, ¿no sirve para esas cosas?"-Mirá bien a tu primita, mirala a los ojos. Tiene las "pupilas tristes", la gente así sufre de asma…-¡Eh? Mirá, ahí viene el mozo, pedile algunas espinas, suelen venir con pescado.-Tarado.
¿Cómo será un día en la vida de Petrocelli? Levantarse "temprano", cambiar de mujer cada tres días (aprox.). No pagar algunos impuestos, tener varios civil servants. Tengo algo de sueño, eso es culpa de Keith, no paraba de hablar del capitán América, su "obra magna". Ahora debe estar bosquejandola. A mí siempre me gustó Batman, era el mejor superheroe, porque no tenía superpoderes. Y menos simbología que remita a países con superpoder, el verdadero superpoder.Keith, le daba aliento a una bic. Su cuaderno Gloria del Pleistoceno todavía tenía espacio. "Uno escribe con los nervios, no sólo con la tinta que precede a las ideas, es eso que ves ahí en el papel. El idioma nace en la persona seis micronésimas antes de que respire por primera vez y no lo sabe". Eso lo tenía grabado a fuego en mi soul tape, por siempre. Iba a ser lo único no biodegradable en mí cuando muriese.El día que mataron al capitán América no era un día como los otros. El cielo era gris, era plomizo. Las nubes se desmembraban sobre el horizonte y caía sobre mí un niebla invisible.Atormentado, juguete de la vida puerca, me dejé atrapar por dos o más recuerdos.
-Dejame que hable con él… -¿con quién, Juli? -¿Dónde estamos, dónde estamos? -dijo el mimo. Los mimos sin embargo no hablan, pero... sin embargo lo hacen.
El ruido del patio se había suspendido. Geniol y un fantasma recorrían el salón. El espectro tenía mucha presencia y acento de Parma (igual no importa). No fue muy bienvenido para los burgos que recorría, la monarquía no siempre languidece y ciertos anacronismos son relativos. A Geniol tampoco le importaba parecer Marcel Marceau. Él sólo era Geniol y sus aspirinetas. Él era, el mejor de su barrio, era él. Capicúa y todo.
-Romina, es tranquilo por Roma, aunque el temperamento de esa gente... Y esos cielos, peninsulares, mediterráneos. Me dijo mi querida amiga Valeria que últimamente está todo muy cambiado. No le voy a preguntar al volado de Darío, siempre está en otro lado, como lejos.-No parece malo Darío, conozco gente que me habló muy bien de él. Estar como ausente no es no estar necesariamente."No la tolero... Hablan parecido, deben pensar igual".
-¿Pedimos un lemon? No sea cosa de la parolacchia. -pone cara de ángel pensando en Boticcelli antes de un apocalipsis- Creo que lo leí entre las cosas que sirven. Aunque todo está muy caro eso no lo pagás, aunque hay extras como el vino importado.
La brutta parola no existía, y la ragazza no podía más de no ser ella misma.-Sí, el otro día en cable pasaban cosas viejas de Eastwood. ¿Te gusta, "Dirty Harry"? -dijo él -Do you feel lucky, punk? -no nada, nada me acordé… "Hablo en voz alta, con 'vos' de cuello, porque él es el más punk".-Porque antes su vida era cualquier cosa, decí que yo le puse los "puntos sobre las íes". Ahora al menos sabe ponerse los zapatos solo. -decía en ese momento una reveladora y maternal Julieta.Romina, hablaba bajo, incluso inclinaba un poco la cabeza. En realidad no hablaba del todo porque se callaba las consonantes. Su paladar estaba apagado. Era todo como una mezcla de cinco sonidos, todo vocales. Miró a su plato, miró su reloj, lo miró a Darío, miró un perchero. Dejó de mirar, y ahí todo el salón de cierta forma la miró a ella. Se resignó."Conocí a Luca en el Einstein, le decía Lucas, para molestarlo. Él me decía Geniolo, nos queríamos mucho en realidad. 'Me llamo Luca, me llamo Luca', se ponía loco. Sonríe. ¿Me das un poquito de Ginebra?, lo increpaba. Entre hablar de muertes, drogas, un afinador que alquilaba habitaciones, la "araña negra", Pappo, García, Silvita y una tal Caperucita, le pidió unos pesos prestados a alguien". -Dicen que la necesidad "tiene cara de hereje".
La blasfemia no tiene rostros y Keith seguía escribiendo.Perdido en el espiral de humo que es el tiempo, me afianzaba en una especie de angustia lejana... Tuvo nuevas ganas de vomitar… Sin embargo seguía escribiendo... Era tal vez un tiempo que quería contar (porque podía entender como feliz). Pensó… Darío no conoce la palabra feliz… pobre tipo. Siguió y justo entró una polilla que se pegaba sola contra la luz... Pero se ahogan en esas cataratas que nos ahogan desde el pasado (pasado en que somos peces con pulmones). Se detuvo. "En 'la rubia tarada', el verso de 'el pseudo punkito con el acento finito', lo hicimos con Luca. Hicimos los dos el tema y cuando Mollo entra a Sumo, ya hacía dos años que estaba la banda. Cuando se va Sokol y entra Superman… pero yo ya estaba. Tenía muchos años en el grupo y ellos llegaban con el grupo ya hecho".La gente suele ser desagradecida por comodidad, conformista por convención. Rebelde por moda y generosa por conveniencia. La noche se acababa, Juli tenía el pelo más largo y estaba tremendamente ensañada con Romina. Los antiguos egipcios contraían matrimonio entre parientes directos. Y desconocían los efectos físicos y mentales que estas cuestiones podrían conllevar. Nefertiti me miraba sin ver desde un cuadro, una copia de copia. Se me vencía el horario y el estacionamiento. También la paciencia. Petrocelli me dio la mano, hablamos bastante, un bastante que no debía tener gran significado, ya que no recuerdo palabra.
-Te llamo mañana, Darío.-Dale, hablamos. ¿Saludaste a la demás gente? Juli le sonrió. En realidad sé que le sonreía más a lo que él representaba y a su cotización en bolsa. Sin embargo, aunque la conozco bien, no puedo dejar de quererla.
El diario de unos meses después traía en su versión online a Petrocelli. Había habido un extraño ajuste de cuentas en Floresta. Apareció sin vida en su auto, detenido en medio de la calle. Se estaba investigando la situación. Hasta el momento no había pistas. Tampoco de la chica del vestido verde que alguna vez conocí. No aparecía su cara por ningún lado. A algunos muertos es mejor ignorarlos por seguridad, pensé.
Juli me miraba desde la cama.-Te veo doble, ¿Cómo es eso del ojo dominante? ¿Cuál es el mío el derecho o el izquierdo?-Ni idea, no soy oculista.Bueno, la rubia Julieta me pedía un helado (bañado en chocolate sólido), y tuve que sacar algunos fondos que ni sé cómo conseguí por un tema del Güemes. Los otorrino tampoco tenemos tantos recursos, incluso aunque lo parezcamos. Recordé que Güemes era hemofílico, y murió desangrado. Le estaba siguiendo los pasos en cierta forma. Un soldado puede padecer hemofilia, todo puede ser."Tuve muchos parientes aventureros, marineros, gente baja, pero los quería. Uno se adapta a lo peor si desea vivir". Geniol y Keith eran buenos amigos. Resultaban la mejor gota de agua, única, indivisible e individual. La que puede estar en muchos lados sin dejar de ser ella.
Me acordé del santacruceño ese que tocaba el bajo y probaba suerte. Vivía cerca de la avenida. No sabía ni escribir Bach, ponía Baj. No leía notas, veía tonalidades. "¡Más rojo, más rojo!", vociferaba alucinado. Se decía músico. A su habitación, subían chicas aventureras que se turnaban. Parecía un tipo que sin esfuerzo conseguía sexo muy fácil. Recordé que noté que una de ellas, que no miraba a ningún lado en particular, salvo una escalera por la que se subía a su departamento, tenía la cara sucia. Se notaba que que no llevaba gran cuidado de sí misma aunque no vestía mal. El cuarto estaba presidido por un póster que decía "Luca Vive".-¿Qué te pasa, loco? ¿Cuál es tu vuelta? -le decía-Ah, ¿viste la petisa brasilera? ¿La de intercambio? -contestaba-Sí, no creo que se fije en alguien como vos, sin ofender.-Ah, Ah, Ja. -tosía y se armaba un cigarrillo con salivaAl otro día los vi en una de las plazas cercanas a los dos. La estudiante mestiza y el bajista semianalfabeto.
Todo debía ser mejor en el hoy. Ahora que manejo, y llego tarde. Son 9.25 a.m. No desayuné bien. Julieta come helados, y duerme. Las primas se van, se vuelven etéreas. Y Petrocelli se está pudriendo en su tumba de la Recoleta. En ese momento tuve ganas de que alguien me contase un buen chiste. No sé contarlos, y en el auto viajaba solo. El asir el volante me recordaba que existía.
Anecdotario Urbano
Heliotropo
Alejandro Leibowich
Entonces viró sin retorno. Con esa conducta de adepta a las nutrias de fuego. Esas de las llamas. Con lo más yermo de sus palmas las apunto desnudas al cielo. Cuando estas estaban alineadas con las estrellas del cuenco de sus palmas bebía agua. La constelación mágica, la más secreta no tenía nombre, y tal vez no merecía ser pensada. Si es que alguien sabe pensar nacía de unas arterias invisibles sobre su piel. Sólo se podía culpar al merodeante ígneo. La puerta chirriaba cuando le expliqué que yo había escuchado la grabación. Estaba en un viejo mp4, de los que ya no se usan. Encontrada en algún bolsillo olvidado de alguna persona que ya no existe. En un lugar olvidable. Igual ¿esto acaso importa? De las tinieblas de la más luz correrán diademas.
Leía el castillo por vez número quien sabe. Son tantas habitaciones y la luz, que se escurre, nos funde o nos derrite. Y suenan blues y spirituals. Pero cuando algo le interesa no hay número de lecturas ni número de palabras. Menos número de deseos. Todos los fracasos es una palabra más breve que impotencia. Y las miserias puede ser la oración más larga sin tildes.
La esfinge dormía cual cornamusa de azufres velados. Las guerras ya no existen, entonces ¿qué avisar? "No podrás perder tu rostro, incluso aunque lo deseen me dijo la curandera. Tendré que aprender del nuevo mundo. De las fronteras que hicieron en mi mente. Las paredes, ¿y que no las vez? Siempre estás con lo tuyo. Yo también corro en esta carrera". Los espejos reptan por la muchedumbre. Reflejan los más osados silencios, los más fuertes y pesados. Los más verdades, ¿las sombras más cobardes?
La actriz estaba en un unipersonal en el escenario. Sólo llevaba una bata blanca. (No me agrada demasiado el tono de blanco, dado que me cuesta creerle, no creo en la pureza). Pude notar que había una copa, un cáliz vacío en un rincón. Detrás una cortina que tal vez llevaba siglos ahí colgada. Eso parecía. Extraño lo que es extrañar porque en cierta forma estoy sedado, arrastro palabras. Sobre todo las s. Y aunque no las diga. Y ella habló, (monologó mucho y no recuerdo palabra). El público éramos. En un momento decidió desvestirse. Tal vez harta de tanta vértebra social. Obviamente las cosas sin sostén, sin algo que las retenga, caen. La cadencia es inevitable. Las virtudes cardinales estaban en huelga. Las intensidades discutían los afectos, las tonalidades, y el carácter. Ella se acercó a la copa. O tal vez fue al revés. sèver la fue el espejo. ¿Te ves?
Nadie puede aseverar realmente si eso pasó, pero ella estaba convencida. Como espectador tampoco lo recuerdo bien. Para mí, ahí no había nada.
-Me pasó, me pasó, del cáliz empezó a brotar sangre.
La pureza representada por lo níveo de su vestimenta se tildó de rojo. Bien acento. Primero y tercero. Eligen muchos rojos cuando actúan (también me lo contó). Hay rojo herida leve, hay rojo se cuajó lo visceral, hay rojo profundo, cuchilla de la muerte. Si yo dijese que vi lo mismo que ella dice que vio estaría mintiendo. En realidad no importa cuál rojo fue. La culpa no me interesa, sólo sus hechos.
-Yo también te voy a responder. Uno de mis más allegados alguna vez hace mucho y que conste que detesto las bicicletas, tenía una para él y su novia. Necesitaba cuatro pedales. Ignoro la razón. Natalia se llamaba, era muy lista pero la quería lejos. Una vez como no tenía dinero me quise hacer una bicimoto. En realidad quería una moto, una económica. Vi un modelo antiguo en revistas que ya no existen. Fui a la casa de un inventor y todo. Trabajaba de matricero y estaba medio sordo. Pero a mí me oía…
-Yo lo vi, me pasó.
-íbamos en el auto. Casi un Dogde, verde hiedra. Yo era chico, el sujeto muy amable, con unos ojos muy claros miraba el asiento trasero, ahí estaba yo. Y decía: "No fue un bache, es que se me mueven los gusanitos", (se reía con voz de fuelle viejo). Pasabamos un lomo de burro o bache, en ese momento. La palanca de freno debería tener la cinta quemada, o anulada. Estaba puesta.
-... Nada está fijo.
-El coche andaba. La forma en que decía esa suerte de epitafio tuvo fecha a las dos semanas. Una de sus nietas iba conmigo al secundario. La misma aula. Me enteré que era compañera de estudios o vagancia en ese momento. "Porque ese tipo hizo mucho dinero vendiendo patentes, y nadie sabe dónde quedó. No era alcohólico, no frecuentaba prostíbulos, no se le conocían vicios. Su taller estaba lleno de latas de dulce de batata vacías. Ese parecía ser su único vicio. Me decía: ¿querés fabricarte unas pesas, llevate dos de esas latas, serán unos ocho... diez kilos? ¿No tenes donde guardar tus ahorros? Yo te presto las latas, nadie te va a tocar un centavo". Tenía un ayudante de oficio, que sí escuchaba bien, al menos por esa época. Al lado había una carnicería. Entre el carnicero y él alimentaban a los gatos de la calle. Le tiraban carne cruda. También tenía un perro preferido. Y escuchar eso me gustó más. No suelo llevarme bien con los gatos. Cuando el perro murió no salió de su habitación de su casa de las afueras de la ciudad por dos semanas. Ahí entendí lo que era querer a un perro o creí al menos entender.
Por la calle Valencia caminaba como zombie. Tenía un recuerdo cual sepulcro. Pero de la menos que cual querencia mundana sabemos bien cómo es la cosa. Pasé por un bar en que sonaba los dos Pedros y la orquesta de Francini - Pontier. Ya sé, vos ni idea. No importa. El lugar o yo estábamos mal.
-Que usted escribe poesía para deformar el sentido. Que bien conoce, pero lo evade. Para resquebrajar conciencias de nueces huecas mi viejo me perseguía por la casa con cadenas. Me escapé. En el fragor de la coherencia se puede perder cierto efecto. Entonces cambian de lugar las piezas del rompecabezas. Y siempre son las justas. No importa el ángulo, la raíz ni los hexámetros pluscuamperfectos. Usted percibe por eso, por una suerte de autoengaño que a la vez autoengaña a otros. Su buitre domesticado nunca comió hígado. Ni prometeos ni biyuya. No tiene noticias de carreras de tortugas. Ni de parrafadas de ebrios. Ebrios como yo. Mire mi jarra. - me dijo y te dijo, porque vos no estabas
Arrojó monedas, que bebía. La más cobre era la más oscura, se quemaba. El ácido salía de sus vísceras y le alertaba sobre el cobre (que es oro falso). Su diente tullido se colmaba de restos de comida.
El tres fue el número perfecto de este círculo cerrado, dicen que dijo Maffia alguna vez. Tan planchado de emoción, tan Buster Keaton en eso. Y sonaba. Era una bestia de talento como sonaba. Ni sonreía.
-... Borges una vez contó que se "curó" del insomnio escribiendo sobre él.
-Ojalá se pudiera uno curar de la muerte escribiendo sobre ella. Lindo sería, ¿no? Es por acá, y este es el jardín.
-El otro día leí algo de Lugones algunos cuentos suyos me gustan.
-Ah, bueno, pero en su caso no. Ese tiene la culpa de su muerte por la tinta que usaba para firmar los suicidios.
-Jajaja. Puede ser. Esos son heliotropos, allá por cerca de esa pared. Si no te da el sol los vas a ver.
Video experimental realizado por Carolina Diez. Nombre original "Poema Mudo" (2018). Rosario, Argentina. Reinterpretado en Madrid, España (2020). "No importa lo que hicieron de nosotros sino lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros. El ser auténtico se vuelve libre al volverse ser responsable de sus actos".
Jean Paul Sartre (El ser auténtico)
Es sol brilla desde la tierra
Alejandro Leibowich
Concretamente podría haber pasado en Haití, ¿y estar ya bajo tierra? Me quedé pensando en Puerto Príncipe. En la pobreza y la miseria, que por cierto si bien son tan reales que calcinan, en ciertos entramados de sueño se pierden. Lo oneroso a conciencias quiere desmaterializarse, para perder al menos peso. ¿Y qué te podría decir? Ser un zombie, no era la idea. Pero dado el hecho que los zombies no tienen ni siquiera ideas, ya que no pueden pensar, caminan. No es un caminar uniforme. De todos modos caminar resulta una reacción de alerta. Un automatismo, aunque no sea vital. Más ahí dejando huellas sobre polvo que invade los pulmones, tierra y podrido. Todo está podrido, incluso yo. Somos la podredumbre olvidada.
-¿Pero quién te dijo que los franceses no fueron buenos administradores en la época de las colonias?
-Hablé con Puerto Príncipe…
Hay una leyenda afroamericana que resistió los mil latigazos del olvido y mil desembarcos de malaria. Ni siquiera tiene dientes, dado el escorbuto. Pero dice que la ciudad tiene voz, y habla a quién quiere o sabe escucharla.
Un terremoto puede ser una cuestión de movimientos y tierras dispersándose, autofagocitándose, hundiéndose. Un retorcijón de la Madre Tierra, de donde venimos, y a dónde terminamos. En cierta forma nos está vomitando y cada uno tiene su papel. Pero un terremoto también puede ser otras cosas. Una costumbre social desmembrada. Una colisión de culturas. Uno no siempre tiene comprado su minuto, y ahí la moneda no es el dinero. Es otro tipo de pago.
-Me gusta mucho "La siciliana" tocada por Loussier…
-Ah, sí, el tipo que murió hace poco. Tocaba Bach pero con, ¿swing?
El movimiento, el balanceo, no alcanzaba a destripar conciencias, tampoco a erradicar hormigas. En esos lugares se duerme sin apoyar la cabeza en el suelo, se sostiene la misma con un brazo que pisa desde el codo el suelo. No sea cosa que las laboriosas que son enormes, mastiquen las hojas, los sueños, y coagulen la miseria del durmiente.
-¿Y qué te puedo decir? Tomás estaba acá, en la habitación. Tranquilo como siempre que era tranquilo. Sin embargo, salió caminando. Se fue…
-Pero ¿a dónde podría irse alguien que no piensa? Alguien que no tiene ideas. Que su bóveda craneana resulta una alcancía vacía.
La madre se dirigía a uno de los agentes de pueblo. De un pueblo que por cierto ni era pueblo. No era nada. Ellos no eran nada tampoco porque nadie los tenía en cuenta, nadie los pensaba. No eran siquiera un recuerdo. De nadie eran.
-Nasha fue una noviecita, - recordó súbitamente- una chica que lo animaba hace unos años. No sé qué se hizo de ella. Se me borra, el pasado, y este sol. Este calor realmente me lastima.
-El auto no me funciona. El modelo es viejo, y por acá no hay un taller. No es un tema de combustible solamente, aunque tengo muy poco. Pobrecito Tomás. ¿Pero dónde puede haber ido?
Nasha recorría por tercera vez una de las calles principales de Limón, en Costa Rica. Su vestido suelto era rojo, los breteles y la mala suerte le quedaban muy bien, e incluso parecían volverla más atractiva. La tarde abrigaba sin abrigar y el Caribe no era sólo para piratas. Realmente el clima portuario, la sal en el aire, cierta ambientación que ella sentía natural, el fumar cosas extrañas, la hacían sentir en casa. Casi en casa. No entendía del todo bien que era la palabra casa. Pero el aire se enrarecía y oscurecía. Había un rumano, tuvo una pelea fuerte con un tico, creo que fue por dinero. Tal vez por planes secretos de invadir Pérez Zeledón, la ciudad sólo habitada por mujeres. Como sea, el tener huesos pesados y los golpes bien dirigidos suele colicionar de la peor forma. El bar quedó hecho un desastre, con varias mesas y el pool cambiados de lugar. Los médicos locales, ganaron unos escasos billetes por dar puntadas, demasiadas. El vidrio hace cortes profundos, más el de las botellas y hay riesgo de infecciones. La sangre más profunda es más oscura. Era un tipo blanco que la pretendía con intermitencia. Recordó que en un sueño se le apareció Tomás. ¿Y qué te puedo decir a vos? Es como hablar con adobe, paredes sin reflejos. Alguna vez fuiste una persona. Ahora sos nada. De nadie, menos que nadie. Abrió los ojos.
-¿Y qué quería de la Nasha? Decía que de ella lo primero que le atrajo fueron sus pies. Nunca entendí eso.
Caminar sin ver es caminar pero no a ciegas. No acá, porque aunque no piensa, tiene un recodo de conducta, una miseria al menos de pasado. Los afiches en las paredes que se despegan por el tiempo, por el calor y por un olvido mancomunado son en cierta forma un complot. Sus oídos tampoco funcionan. Ninguno de sus sentidos. Pero puede caminar. No pierde el equilibro. No lo pierde nunca.
-Señora, el cerebro es muy complejo. Tiene zonas mudas, realmente no sabemos mucho de él. Piense usted que es la única cosa viva que se puede pensar a sí misma. ¿Me entiende?- dijo el doctor amigo
-Ah… tal vez.
-Acá en Puerto Príncipe una tomografía es un imposible. No hay nada, vea donde trabajo… Sin embargo, entre zonas blancas, zonas grises. Mire, me toco la nuca, por acá atrás está el cerebelo. Entre otras cuestiones tiene funciones relacionadas con el equilibrio.
-Veo, veo, doctor. ¿Y usted dónde va a cenar?
-No sabría decirle, ahora tengo una reunión con dos amigos en lo que queda de bar en este pueblo... ciudad…
Soñé que era una cámara, todo lo registraba, pero no podía retenerlo. En un continuo permanente. Como caminar a la deriva, a la vera mía había agua, mucha agua. Tengo sed pero ya no sé beber. Las mujeres llevaban poca ropa. En general blanca, pantalla del sol. reflejo de no sé cuántos. En países calurosos la gente suele relacionar todo más con el sexo.
En el hostel o hotel clase c, el rumano tenía sueño, se acostó porque algo tenía que hacer, aunque no pudiese dormir. Y encima había mosquitos, reales, no reales. Se dirigió al espejo. La cara era la misma, gris arenada con las ojeras, el gesto irónico. La tendencia a la violencia, lo acentuado de los años lo dictaban algunos surcos. Ahora Nasha tocaba a la puerta. Dos golpes secos, esas puertas de madera, y las paredes eran tan enclenques:
-Te traje un regalo, Andrei. Más que todo porque sos insoportable.
No tenía idea de que habría una cuestión por lo de Tomás. Tomás desapareció. Desaparecer en lo que ni siquiera se conoce es el sumun de lo sesgado a la existencia. Nasha usaba un perfume importado y una vida local. Aunque no sé que resultaría ahora como algo importado o algo local. Los sentimientos están anestesiados.
Después.
-Tocan a la puerta. Tres golpes es que se terminó el turno. Pero sin embargo yo quiero que te quedes.
-Pero, Nasha, no me gusta este lugar, me siento como una especie larva, algo que no tiene que ver con todo esto.
-No digas palabras asquerosas como larva.A Tomás podían esperarlo los gusanos. Los sensores, los radares en la piel no le funcionaban. Estaba anulado. Y por qué no decirlo:
-Encontraron al Tomás, señora. Estaba muerto, realmente muerto bajo tierra. Unos perros empezaron a remover las zona. Esos perros de todas las razas y ninguna a la vez son los mejores, los más efectivos. Encontraron pisadas, las siguieron, comenzaron a escarbar con las patas y no se sabe cómo, estaba ya a más de un metro y medio por debajo de nosotros.
-...
Nasha miraba el sol por la ventana. Era una de esas deportistas en lo que envuelve a la relación íntima. Una cuestión que a Andrei no necesariamente le interesaba tanto. Era más básico en eso... Y tenía otros problemas también. Las ventanas, tenían cortinas que alguna vez fueron más claras. El polvillo las oscurecía, se quedaba en ellas. Nasha de pronto se miró los pies, no era por nada en particular, sino para bajar de la cama y ponerse unas sandalias. Se acordó de Tomás. "Otra vez Tomás". Hasta la cocina eran sólo unos pasos. Andrei pagó todo. Al poco tiempo se hartó y se fue. Dicen, lo dijo incluso Delu, la mejor amiga de Nasha, "yo lo vi que anda por Pérez…"
"Servir a los sirvientes"
"En la fecha, Ernest Hemingway, murió de muerte natural".
Gabriel García Márquez
La angustia adolescente ha valido la pena. (...)Los jueces autodenominados juzgan más de lo que han vendido. Si ella flota, entonces no es una bruja como pensamos. Un pago inicial para otro en el lote de Salem. (...)Servir a los sirvientes, oh no (...) A medida que mis huesos crecían, me dolían. Me dolían mucho. Intenté mucho tener un padre. Pero, en cambio, tenía un padre. Solo quiero que sepas que ya no te odio. No hay nada que pueda decir que no tenga. Ya te he pensado antesServir a los sirvientes, oh no.
Kurt Cobain
Cuenta la leyenda que Franz Schubert en su lecho de muerte a la manera de Balzac desde un personaje que todo lo podía ver con un ojo, ya muerto, podía escuchar con su oído (derecho, izquierdo, ¡qué más da?). Era lo único que le respondía como sentido de percepción. Dicen que podía oír escritas en el aire, casi difusas, las palabras de sus amigos. Eran como una especie de humareda que invadía su mente y que se mezclaba entre voces de ángeles que le dictaban las canciones más elevadas y perfectas que escuchó jamás. Desesperado pedía papel para atrapar al menos algo de eso. Franz murió de tuberculosis y sífilis tirado en la cama de un prostíbulo. Cuidado por las meretrices, no había médicos. El más importante compositor romántico de las "formas breves", que pergeñó de cierta manera lo que ahora llamamos canción (el lied), murió a una edad muy temprana y no tenía un centavo. No se le conocieron reales enemigos aunque se le critica su desprolijidad.
Fragmentos R.S.
Alejandro Leibowich
I
Pensando en las profundidades, dado que los abismos no piensan en mí, te aplastaré hasta las mil sombras que se hunden en tintes negros progresivos. Recortaré con fuego helado tu perfil de horizonte y lo volveré incandescente. Al menos te nombraré persona. Seré la mejor mentira, la más muda, que es la que grita las mejores verdades.Sin embargo, todo sistema exige un método, y no necesariamente traen manuales. ¿Acaso alguien nació con un libro con instrucciones de conducta?Entramos a la zona de Yure, es la zona Ucrania, y no queda tan lejos. Más dado que los espacios actualmente son casi ilusorios, y lo que antes era rumor ahora se convirtió en sobreexposición o prueba y eso mata al rumor, además de ridiculizarlo. También era el Gran Buenos Aires, resultaba una misteriosa isla, había una aislación "no material". El agua en los alrededores parecía ser de central hidroeléctrica. Tocarla significaría dejar de vivir, cual Medusa, que en el espejo se volvió piedra. Sin embargo, ¿qué era una frontera hoy? ¿Qué significaba? Si tomamos en cuenta que los sistemas, los países, y los dogmas todos, son quimeras con "pruebas". ¿Qué es el hoy?, ¿a qué atenerse? Nos volveríamos como Tomás Moro pero sin un Dios claro. Esta Utopía pero… "Os percataréis, pues, de que a nadie le está permitido andar ocioso y que no hay pretexto que valga para la holgazanería: ni tabernas, ni cervecerías, ni rastro de burdeles, ni lugares de corrupción, ni garitos, ni escondrijos para reunirse (...) Un pueblo que observa tales costumbres, por fuerza tendrá abundancia de todo; y si esa abundancia se distribuye equitativamente entre todos el resultado es que no existirá un solo pobre o mendigo". Desde la contracara de Mind Games de Lennon, desde su Nutopia, se decían cosas muy parecidas, que parecían incluso antagónicas. Sin embargo "Ustedes los que escriben esos libros extensos y que están 'llenos' de ideas, se creen muy 'importantes', son los más inteligentes, los más intelectuales, pero… nadie los lee…". Cierto tipo de lucidez, sea intuitiva, o semi adquirida, acertada o equivocada, asusta. Lennon a veces asustaba. Asustar no necesariamente es infundir miedo, también puede ser un generar distancias que presta garantías. Como suele usarse el usted en español, en lugar del vos que permite volverse confidente.Pasando lo líquido, un terreno de peces muertos que sabe quién controlaría, se empezaban a divisar las primeras manzanas habitadas. Se veían garrafas, se veía angustia y también miedo y rencor. "¿Y a vos no te preocupa andar por acá siendo tan rubia?" Alguna vez le había preguntado. "Es difícil, pero, bueno, no son malos. Nosotros somos los villanos". Y era un poco cierto porque muchas veces se puede contar la historia al revés. No necesariamente la de los vencedores, sino la de la brújula de turno y el norte más conveniente. Porque seamos sinceros en que el nihilismo tampoco existe porque resulta un imposible, y cae también en la bolsa de dogmas e ilusiones teóricas. "¿Y a qué nos atenemos si está todo mal?". "Algo tenemos que enseñar, la gente tiene que saber que existe la gravedad, que pisa sobre la tierra, que respira, y cosas más puntuales". Cierto. El ágora o la plaza que antes era el debate de ideas, lo que se conocía como el amor al saber, o filosofía, actualmente se limita a ser la pileta del fondo en una gran casa. Al menos todavía existe, ¿su función cuál sería? Tal vez resultar una fe de espejo, siempre con riesgos de Perseo. En los mapas aéreos de Google que usan las empresas para recaudar, dice claramente "espejo de agua", foto adjuntada. Y bien, al fin y al cabo nadie tolera a Medusa.
II
-Yure se acerca, se sonríe, y comenta que "el mejor baterista" de la ciudad está internado. Porque toca tan bien que rompe los platillos.-¿De verdad? ¿Y eso sería tocar bien? A ese tipo, ¿de dónde lo conocés?-No que mi viejo vendía miel con el suyo, y me hice amigo del psiquiatra de la clínica. Es la de la zona.-... Ah, sí, ya sé a cuál te referís. ¿Y de qué hablan?-No que es un tipo muy copado y sabe de todo. Hablamos horas.-¿Sólo hablan? -Bueno, también me da cosas. Me presta libros, a vos te caería bien, se dejó la barba muy larga. Parece un profeta, y yo detesto todo lo religioso.-Sí, pero adivinar algo futuro no implica religiones, es casi una forma de actitud, de encare. Un impulso antes de la misma acción, sólo que nadie lo ve. Eso es profecía, no lo que dice el diccionario.-Puede ser, la verdad ahora no me importa. Me gustaría tocar acordes oscuros y leer sobre jazz. Al menos podemos armar algo II-V-I II-V-I.-Cierto, cadencias, caer. La verdad lo más oscuro que conozco son las teclas negras, podrías componer clusters sobre ellas. Pero creo que gente como Ives ya se te adelantó. Al menos, te podrían servir de pentatónicas.
III
La televisión estaba encendida y Yure sentado en una de las sillas que componían el magro cuadro mobiliario bañado por una tímida luz solar. Trataba de copiar los acordes de un comercial. Ni me miró cuando entré. Noté que tenía las alas nasales irritadas. Cuando uno no es observado y observa se cree dueño de cierto poder, es en cierta forma el que "maneja" la situación, o realidad. Eso dicen, pero no estaría tan seguro.-Esta es la oscuridad que andaba buscando. Bien oscura, bien vikinga. Cuando yo me muera invitaré a mis amigos a una ronda secreta con vodka. Vos estás invitado, León. Claro que sí, pero no me molestes ahora. -Gracias, Yure. Por cierto los vikingos se hacían algo así como el harakiri japonés ¿no?-Eso sólo cuando decidían suicidarse, pero antes organizaban fiestas con muchas mujeres y alcohol. A veces me parece buena idea. Pero no hoy, no molestes. Esos rojos bermejo o carmesí suena muy bien. ¡Más rojo, más rojo!(El honor), pensé.
IV
Había olvidado que Yure no leía bien las notas, aunque sí un poco los cifrados. Él veía todo en tonos, colores e intensidades. Que al fin y al cabo es lo que quieren transmitir las notas o cualquier lenguaje. Cuestión de posturas.En la esquina, en un estante había una pila de diarios. Yure hacía poco que había aprendido español. Lo hizo de una manera ultraveloz leyendo cosas, más que todo folletos y diarios. Por cierto también era dibujante y diseñador. Creo que uno de los mejores "no famosos" que conocí. De pronto, tiraba su guitarra acústica "made in Kiev" y notabas que te miraba de una forma extraña. Como que no comprendía qué decías. Te miraba los labios, como si estuviera sordo y quisiera adivinar palabras. P a l a b r a s. No decía nada. Cambiaba de lugar y se ponía a leer algo en esos diarios de fecha y noticias que sólo él parecía entender. A los quince minutos volvía hablando un español mucho mejor que él mío, si no fuera por cuestiones ínfimas como la p que sonaba como b, etcétera. Pero tenía razón, todos éramos unos bayasos. Y también la r y la articulación de las palabras graves y agudas sonaban en concordancia eslava.Además de saquear librerías de usados por la avenida 7, llevarse desde Wells a Graham Greene y tomar café irlandés/cuasimetílico, frente a la estación de trenes de la ciudad de La Plata, comprabamos todo tipo de copias piratas de discos de mil autores. Que iban de Art Tatum a Living Colors. Todas o casi todas sonaban con cargas eléctricas de fondo, más conocidas como "frituras". A un amigo, un tal Luis que a veces aparecía, se le daba por comprar audios hot con relatos eróticos. Eran de la época de Isabel Sarli y tal vez vestigios de cuando Mirtha Legrand actuaba como maestra rural. Los escuchaba una y otra vez en equipos prestados. Solía cambiar de pensión, y su situación económica no parecía nada buena. Su relación con su padre tampoco (tenía hermanastros), y sus conocimientos sobre historia de la música menos. Para él Mozart, Schumann y Alejandro Lerner podrían ser contemporáneos. De todos modos eso era lo de menos y resultaba buen tipo.No recuerdo bien si conocí primero a Yure o a Luis. La cuestión es que uno de los dos me hizo de puente, de intermedio para el otro. Yure era muy diestro (aunque era zurdo), y muy allegado a Luis. Sin que yo me muestre interesado, su trato un poco se desniveló, y al poco tiempo tenía casi permanentemente pegado a Yure. Aunque su ego vikingo te lo iba a negar contaba los mensajes. Pedía consejos, hacía bromas, me mostraba dibujos. Decía que las moscovitas eran más mucho más lindas que las argentinas. De todos modos se contradecía, y al poco tiempo estaba saliendo con una no tan eslava, y no tan rubia.El tipo resultaba tremendamente visceral, y si bien parecía un poco lunático, cuando se comprometía en algo realmente se comprometía. Eso incluía a Valeria, la chica de La Pampa. Lugares perdidos si no se conocen y nombres repetidos si no hay trato personal.
V
La noche del 21 apremiaba un poco según un amigo de Yure. Él llevaba tabaco y cigarrillos (con papel sin químicos para armar) comprados por Valeria en La Quinta, allá por Laferrere. Llegamos ahí con Luis, también participante, pero yo sólo quería escuchar a la banda. No me importaba pelear por cosas que no me interesaban, ni me representaban, y no me agradan los hospitales (menos en largas estadías). Desde el oscuro entrabamos en los más oscuro atravesando unas fauces cruzadas por luces que se cruzaban, y un tipo gritando Death metal. Román gustaba de esa música, Luis quería quedar bien. Yo detestaba todo eso, y no solía ser muy diplomático porque lo decía. De todos modos tanta carga en decibeles asesina cualquier discurso y opinión.Dos guitarras repetían las mismas armonías y posiciones y la voz funcionaba de filo quirúrgico para arrancar la última fibra de esa textura estriada que podría llegar a intentar parecer música. El cantante me parecía un gran cirujano y sus oyentes fieles cadáveres que lo vivaban. La máxima del Death Metal podría ser "un cirujano se hace sobre una pila de muertos".
VI
Algunas cosas más tarde no me quedaron bien claras. Yure tuvo una época errática antes de grabar sus dos primeros simples. Aparecía tirado tocando en su auto, y hundido en un olvido personal apestoso, según su novia. Al primero le fue muy bien, el segundo quedó a su sombra y ahora es olvido.Tendría suficientes razones y argumentos para decir que Yure resultaría lo que algunos llaman genio. Que yo entiendo como alguien que ve lo que a todos suele pasarsenos por delante de lo tan tremendamente obvio que resulta. Si existe una adjetivación aplicada para esa palabra, que no sea producto de la adulación simpática y/o vacía, creo que para Yure podría ser usada. El tipo no sabía prácticamente de técnicas y no entendía lo que era tocar un solo. Sin embargo su manejo armónico resultaba sumamente original desde sus rústicos esquemas. ¿Cuántos poetas anónimos son tremendamente mejores que tantos publicados en costosas ediciones? Por poner un caso la España de la época de oro y la post franquista estuvo llena de ellos. Nadie los conocerá, y no creo que a ellos les importe mucho. Somos lenguajes. En el sur de U.S.A. en zonas rurales, en lagos de fuego, pasaban cosas similares entre chops que rebasaban de cerveza y árboles que caían con estruendos cercenados por el ruido de sierras eléctricas.-¿Vos sabés León que mi hermana está en Capital? No se lleva bien con mi viejo. Pero sí, es un poco un bayaso, pero hay que poner control. Se fue sola de la casa hace tiempo.
VII
Yure odiaba a casi todo el establishment, sus comentarios eran corrosivos sobre todo lo que imponía el mismo: te hablaba de cuando le rompieron la cara en Rusia a Van Damme, de lo desagradable que resultaba Marilyn Manson. También de saqueos múltiples.
-Dostoievski, escribió sobre una vieja que prestaba plata y un tipo le partió un hacha en la cabeza. Me parece bien.-Pero, Rodión, ese es un libro bastante largo y creo que quiere decir más que eso.-Te hago un resumen, ¿acaso no se puede?Un empleado de la librería nos miraba con mala cara, hablábamos fuerte.-No, sí, claro, Raskolnivov. Sublimencias.-Ja, palabras que no entiendo. ¿Viste el nuevo comercio en el centro en que pusieron un samovar y algunas mamushkas en la vidriera de entrada?-Yure, estoy muy familiarizado con eso, desde muy chico. Tal vez desde antes de saber hablar.
VIII
-Vos tenías una prima que decidió matarse, ¿no? Se tiró de un sexto piso en una obra en construcción o algo parecido, creo.-Algo parecido, pero dejó una carta. ¿Eso te tranquiliza?-No sé, no sé si me tranquiliza pero yo entiendo a los suicidas y los siento un poco hermanos. Son buena gente. Como los drogones, hablo mal de ellos pero también son buena gente.-Si vos decís. Tuve un pariente muy cercano que fue muy amigo de uno de esos outsiders. Lo aprendí a querer por él. Eso que él resultaba tremendamente establishment, y no sé cómo se podían llevar bien. Creo que lo voraces por lo cultural los hacía cómplices en algunas cosas.
IX
-Mirá el dibujo que hice de la moza, ¿no es igual? No para de comerse las uñas, jaja.Había hecho un boceto en menos de 15 minutos, y era excelente, era ella, o todavía mejor que ella. No sé de dónde sacó el papel Romaní y los lápices, y la moza se comía las uñas desde el dibujo.-Te lo regalo León. ¿Sabías que estuve tocando en el teclado por 48 horas y no dormí? Busco nuevas ideas llegando al estado Alfa.
Sí, ahí me explicaba sus tremendas ojeras. Sus ausencias porque estudiaba lo que quería. Y era para él, no para las instituciones, porque la institución somos nosotros, no los edificios. Somos nosotros, las personas. Que si bien alguna vez desapareceremos, seremos cáscara y contenido mientras dure. Después nos quemaremos en barcas.
X
Los viajes a Baires por esa época yo los hacía sin previo aviso, y de contrabando. En los micros los conductores reían solos y parecían borrachos de aislación, pero eso sí, su manejo resultaba impecable. La noche y el día se proyectaba en sombras desplazadas que competían y fluctuaban en ocasiones. Me quedaban sobras de los sueños de ayer cuando todavía no podía ni bostezar un nombre de estación. No tenía mucho para decir. La radio sonaba demasiado fuerte. Llevaba un libro de Bentrand Russell, un apartado de Descartes y unos escritos futuros de Laura (esos eran secretos, incluso para ella).Todas estas cuestiones de parecer fuera del medio y la música me hacían sentir muy bien a pesar de lo que quisieran los que te querían incomodar. Resultaba difícil de clasificar. Mezclaba a Piston con Hume y llevaba a Kundera pegado a Donna Lee de Parker además de un amuleto de Fritz Lang. Y los consejos de la tana, que cómo la extrañaba. ¡Y la palabra me ahorca la muy parolaccia!: "Tenés que dejar cuestiones bohemias, también tenés que pagar impuestos y no te va a alcanzar". Tenés, tenés, ostinanta...
XI
El azar se dio porque no es azar, sino a veces más bien destino. Mientras Yure pasaba unas minivacaciones con Valeria en el Pushkin Center yo en una estación de Subte, en la línea B, di con su hermana que se abstraía en un cartel de la universidad Austral. ¿Cómo la reconocí? Era igual a Yure.-¿Vos sos de afuera, no?Me miró divertida-Sí, soy de Kiev, ucraniana, ¿se nota tanto?-No, la verdad que no se nota en lo más mínimo, aunque si seguís hablando tu pronunciación te va a delatar.-Jaja.
Casi un epílogo
Si algo aprendí con Yure es que la repulsión hacia el género humano, hacia nosotros mismos, puede volverse nuestro peor enemigo. Y decía que en sus diarios, luego de enterarse de un crimen, Dostoievski escribió carcomido por la epilepsia, que aunque se de con intermitencias la luz de la verdad es la suma de todas las noches, sobre todo las más oscuras, las que no tienen estrellas.
Nunca pude probar que en sus diarios haya escrito eso. Pero no creo que resulte tan importante. Tampoco nunca pude probar que Yure estaba realmente vivo. "La angustia adolescente ha valido la pena".
Jackie, desde Alemania, primera revelación. (2) Diarios.
Alejandro Leibowich
En la teoría conocida como "la armonía de las esferas", Pitágoras proponía que el Sol, la Luna y los planetas emitían un único zumbido basado en su revolución orbital. Hay cierto latido secreto allí, una suerte de "Frères du coeur". De forma extraña como que se comparte esa suerte de metrónomo sincopado, ese latido. La cualidad de la vida en la Tierra podría reflejar, el tenor de los sonidos celestiales que son imperceptibles para el oído humano. Está llegando un vuelo desde Alemania, cierta cuestión de constelaciones y espacios barrocos. A veces hay una cancrización bachiana, es inevitable. Como una banda de Moebius de discurrir un discurso interminable.
La percepción del tiempo cambia desde un avión, hay como un encapsulamiento de aire, aunque no se lo comprenda. Se puede entender cierta transición. Cuestiones perceptivas, comprender desde los sentidos, no es necesariamente comprender con la mente, pero no deja de ser comprender.
Llegaba la noche, la noche no como un momento del día, sino como un refugio, un lugar, y tal vez un punto de contacto, de comunicación.
"En su interminable travesía por el vacío, se pensó que la sonda podría cruzarse con vida extraterrestre. Para coronar ese momento, la Nasa decidió incluir discos de oro en cada una de ellas, con sonidos e imágenes de la Tierra. La idea, diseñada por el astrónomo Frank Drake, fue desarrollada por el equipo de Carl Sagan y Ann Druyal".
"Entre sus pistas se encuentran la canción 'Johnny B. Goode', del músico recientemente fallecido Chuck Berry, el aullido de un coyote, saludos en 55 idiomas y el sonido del beso de una madre a su bebé. Para escucharlas sólo es necesario colocar el disco en un fonógrafo que viaja por el espacio y seguir las instrucciones adjuntas". Y por supuesto Bach, tocado por Glenn Gould. Ahora mismo está sonando en el espacio de cierta forma.
Tamar se puso sus auriculares, y empezó a escuchar un concierto de Elgar. Miró por la ventana, había cierta reacción vacía en la oscuridad, como que intentaba despegarse en parpadeos de la realidad. ¿Cómo sería esa chica argentina llamada Laura?, se preguntó con una increíble y sutil profundidad. Superficial profundidad, males de esta época. En eso sonó un llamado. Era zona autorizada, para ser "dioses con prótesis" al decir de Freud. Esto de la tecnología moderna y ciertos sueños platónicos del mundo virtual. Era Guy Sternberg, hablando de un nuevo proyecto de manera muy animada. Se mezclaron ejemplares de The Guardian, Der Spiegel, Clarín y Página/12. Todo puede mezclarse en un tipo de recuerdo presente. El cual existe, ella lo sabe que existe. Sólo el misterio nos hace vivir, sólo el misterio… El violoncelo solista parecía sobresalir en la grabación, en una misteriosa topografía sonora. Desde los distintos relieves, las distintas capas de sonido, llegaba la voz más personal de Elgar en ese registro. Era un Davidov. Caer en sueño, un coma ligero, no es algo tan inusual, toda la gente suele frecuentar el mundo onírico. Como sea, con los auriculares puestos, ella se dejó llevar a otro nivel y empezó a mirar con más atención por la ventana. O tal vez con más atención desde la oscuridad se proyectaban sombras, incluso desde algunas nubes que se podían insinuar se vislumbraban como destellos, algún tipo de origen ígneo parecía manifestar eso. Una suerte de infierno del Dante como que alimentaba, destellaba y perfilaba llamas. Estatuas, también había estatuas.
-Tengo una terrible jaqueca o algo así, creo que estoy soñando pero estoy consciente.
-¿Quién está diciendo eso?
-Soy yo, Laura, ¿podés escucharme?
-Sí, claro que puedo, pero no te conozco del todo bien, sólo se tu nombre. Aunque tal vez te conozca, sí, pero de antes…
-¿De antes cuando? ¿Podés verme? Esas llamas son el engaño.
-Es todo muy confuso. Estoy poniendo mi mejor voluntad en entenderte.
-Pobre Ivo, lo estoy volviendo un poco loco.
-Ivo es tu pareja, ¿no? Creo que de alguna forma él nos hizo el contacto.
-No hagas caso a las llamas, Tamar. Son una ilusión del engaño. Están aletargando la verdad.
-¿De qué engaño me estás hablando, Laura? ¿Cuál sería la verdad? Soy una intérprete, soy música, no sé en qué puedo ayudarte.
-La verdad yo tampoco se mucho de todo este mundo, ni del tipo de la energía, ni del sistema nervioso. También soy una intérprete como vos. A todo esto ¿en qué idioma estamos hablando?
-Creo que en inglés, Laura. Aunque no te podría asegurar eso. No sé español, pero tal vez en sueños, el idioma sea uno.
No entiendo a quién te referís, con lo de el tipo de la energía, y el sistema nervioso. Sé que sos una intérprete también, tocás el cello, ¿no?
Como en un recuerdo impreso en sangre, cual modo de sello antiguo. se podía ver una sonrisa. Pero la sangre no era necesariamente sangre, tal vez. Había algo de Baco en la cuestión, de vino. Tal vez todo era etil. Tal vez una manifestación de una de las dos deidades primigenias. Además estaban esas estatuas, inmóviles y ubicuas al mismo tiempo, blancas, ajenas a las llamas de algún modo.
Las llamas crecían alrededor, y no podía definir qué era ese contexto, ese cuadro. Cuan Florestán y Eusebius, debían dictarle música, melodías independientes a Schumann, esta chica en una suerte de pasado, estaba en el presente, en mí presente y en tú presente. Era tiempo onírico, pero no dejaba de ser tiempo. La línea, la entrelínea, el subrayado de que son verdades, tenían una frontera muy difusa.
-Es una forma de recuerdo presente, Tamar. Vos misma te planteaste la cuestión. El recuerdo presente, y sólo el misterio. El misterio que nos hace vivir…
-Decíme cómo te puedo ayudar, Laura. Entiendo lo del recuerdo presente, aunque aquí se vive otra noción de tiempo.
-No necesariamente el portador de revelaciones, de epifanías, es consciente de su mensaje, de ser mensajero. De ser emisario o incluso receptor.
El dolor de cabeza, había sido una ilusión, una tortura de sueño. Onirico plantéo, una suerte de mantra de castigo, ¿quién sabe por qué? ¿A quién le he hecho daño? Laura despertó
-Ivo Friedenberg, despertáte, llegamos tarde.
Señores pasajeros de Aerolineas Argentinas, estamos por arribar al aeropuerto internacional de Ezeiza.
-¿Aerolineas Argentinas? Puede ser. ¿Cómo se llamaba nuestro contacto en Buenos Aires, Etienne?
Recién había llegado de revisar unas cosas relacionadas con el equipo de sonido y estaba sentado junto a ella. A un asiento del otro lado, revisando cosas en una Mac estaba Tomek. Había unas páginas que hablaban sobre el efecto de la resonancia Schumann, (más Schumannes). Que le llamaban poderosamente la atención.
-Te despertaste, Tamar. ¡Ni que hubieses soñado con alguna forma de infierno! Estás pálida, no te sobresaltes, creo que el tipo se llamaba Ivo Friendenberg, y la chica era una tal Laura, vos la trataste mejor.
-Sí, suspiró. La chellista. Quiero llamar a casa para ver cómo está Alma, ya tiene tres años y creo que la lejanía puede afectarla. Al menos escuchará mi voz.
-Aunque hubo problemas, ella vendría con su tía en el próximo vuelo. Es difícil despegarte ¿no?
Tamar sonrió, tenía un vestido rojo. El vuelo estaba por aterrizar.-¿Usted es Tamar Halperin? -dijo una muchacha rubia, delgada, de mediana altura, extendiéndole la mano
Ivo estaba a unos pasos en un kiosko del aeropuerto, comprando aspirinas, por las dudas. Con Laura, nunca se sabe.
Se dieron las manos, y como que se entrecruzaron en cierta energía, una energía, única energía. Hubo algo eléctrico en el saludo.
El invierno era bastante crudo, incluso para un europeo acostumbrado a la nieve.
-Sin embargo esto me recuerda a Italia, más bien al norte de Italia -dijo Etienne, en inglés- Mirando a dos chicas que pasaban por ahí y al resto de la gente
-Es cierto, es que hubo mucha afluencia italiana en las inmigraciones -dijo Ivo, también pero en un esforzado inglés -Esto se parece al norte de Italia, nuestro acento y el uso de ciertos pasados, para simplificar el lenguaje. Hay mucha, salsa y pasta. La tonada es italiana si la escuchás bien.
-Claro, sí se parece a Italia -agregó Etienne Abelin
-Sí, señor Abelin, y no necesariamente por el Papa, que también es argentino -bromeó o intentó bromear Ivo
-Ok. Llamáme Etienne.
-De acuerdo, usted es el señor Tomek Kolczynski (diablos, cuántas consonantes).
-Llamame Tomek, disculpá estoy revisando unos programas para unos videojuegos. Es mi música la que suena ahí.
-Señora Tamar Halperin, ¿buscámos una mesa para tomar y comer algo? De paso se libra un poco de su sombra que un poco es Laura.-Por favor, no seas tan formal Ivo. Llamáme Tamar, vos también Laura, y vamos a pedir una mesa en que entremos cinco personas.No entiendo lo de las estatuas, el tipo de la energía y el tema del sistema nervioso.
Laura me parece encantadora, pero hay cierto fuego en sus ojos, unas pupilas que no necesariamente se proyectan en el ahora. El tema del recuerdo presente, no se.
-¿Ya tienen hijos? Yo tengo a Alma, mi hija. Miren esta foto, ¿no es hermosa? -dijo Tamar
-También tengo un alma, en el violín, claro -dijo Etienne.
-Mi alma es digital -metaforizó Tomek
Claro que Alma era hermosa, una foto más impresionante que otra. En varias salía Andreas Scholl, un tremendo e importante contratenor. Era como se entenderá el padre de Alma. Difícil el tema de los hijos con Laura. Cómo explicarle eso a Tamar. Ivo sonrió y asintió con la cabeza. Ivo Friedenberg es un pobre tipo, pero hace lo mejor que puede, se dijo a sí mismo. Todos somos parte de esta cuestión.Creo que comprendí. El tema de la tónica, en literatura, se generaría a partir de la reiteración en el "aferrarse" de una palabra, oración o frase y repetirla con recurrencia. Pero debe contener una idea, y de ese modo no sería un simple obstinato. La Gestalt se refería a esto como "idea fuerza" = núcleo, por lo tanto resultaría un tipo de "tónica". Lo cual le da peso, y gravitación igual que la tónica en el discurso musical. Las comas y puntos, los adverbios, adjetivos, sustantivos, etc. Serían como las notas de paso, bordaduras, retardos, anticipaciones, etc, en un análisis formal armónico. Porque los lenguajes son "el" lenguaje, respetan un contexto. Ahí sí creo que hay uno sólo, soy monoteísta del lenguaje (que es una forma de politeísmo solapada). Resguardando el planteo del Sol inmanente de Aristóteles (hasta cierto punto). Por cierto, las otras dos cosas sobre la tonalidad y el registro, no tienen relación, pero podrían servir como ideas.Se había caído el cuaderno de Ivo con apuntes.
-¿Qué es eso, dice algo de tónicas? Traducí por favor, Ivo. Me interesa -dijo Tamar
Todos dicen decir, bueno ahí veo que hay una mesa vacía.
Era complicado a esa hora y en ese lugar hacer pedidos elaborados. El mozo fue claro en eso. Al menos parece que manejaba también bastante aceptablemente el inglés.
-Hahaha -Laura como que volvía en sí. Después de mucho silencio y mucho ser sombra. Se reía sentada a la mesa.
-Tráiganos cinco sandwich de pavita y queso. Y cinco Coca-cola
-pidió Tamar como unísono de voluntad
-Sí, porque la intuición… -comentó Ivo
-"Tomo todas mis decisiones en la intuición. Lanzo una lanza a la oscuridad. Eso es intuición. Entonces debo enviar un ejército a la oscuridad para encontrar la lanza. Eso es intelecto".
-Eso te gusta a vos Ivo, es Ingmar Bergman, el sueco loco -dijo Laura con un gesto de elevación de brazos
-Sí, Etienne, eso está si no me equivoco en los Cahiers du cinema. Donde Bergman con seudónimo o seudónimos se criticaba a sí mismo a veces.
-Es cierto, pero en el cine, y es más, toda obra en lo que importa, tiene un cuerpo que se genera por el conocimiento del receptor. Por lo tanto, distinto receptor distinto cuerpo. A lo que voy es que toda obra es un esqueleto. Como las películas de cine iraní, el neorrealismo italiano o por qué no, como un trabajo de contrapunto de Leonino y Perotino -contestó Etienne
-Entiendo el concepto -dijo Ivo o creyó decir
-Es genial, a mí me gusta mucho la "nouvelle vague". Truffaut, Rohmer, Godard, Chabrol. Me siento como si fuera niña cuando veo ese cine, no puedo explicar bien por qué.
-Godard... bueno (hubo como un eco compuesto en esto).
En eso, se acercó el mozo con los pedidos, e Ivo ya esperaba una suerte de guillotina con la cuenta y la propina en ese lugar.
-El otro día estuve practicando voces con el cello, tomaba partes de los corales de Bach y las adaptaba. Es un buen ejercicio -comentó Laura
-Claro, Laura. En los 386 corales el secreto en la dinámica y el movimiento de las voces es en realidad uno. ¿Ves este sandwich? Mirá, son cuatro partes, los dos panes y el relleno. Los panes son el bajo y la soprano. Pero lo más importante, son la pavita y el queso, o sea, el tenor y la contraalto. En cuando a darle una cuestión "orgánica" al coral es así. Claro que todas las voces son importantes -terminó de decir eso y dio una mordida al sandwich coral
Tomek salía de cierto ensimismamiento y empezó a hablar de las resonancia Schumann.
-La frecuencia más baja, y al mismo tiempo la intensidad más alta, de la resonancia de Schumann se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz. Los sobretonos detectables se extienden hasta el rango de los kHz (kilohercios).
-Si vos decís -dijo Laura
-Si vos decís -dijo Ivo pensando en cómo era el tema de las sinusoides.
Tamar y Etienne se descostillaban de la risa. Y Tomek continuó.
-"La resonancia de la Tierra (resonancia Schumann) ha sido de 7,8 Hz durante miles de años. Desde 1980 se ha elevado a más de 12 Hz.
Esto significa que un día de 24 horas equivale ahora a 16 horas.
¡El tiempo se está acelerando!" lo dice Gregg Braden
-Braden, me suena. Es un escritor new age, o algo así. No me simpatiza mucho, la verdad -dijo Ivo
-Hablenme un poco de la acústica del Colón y de la casa natal de Barenboim, la quiero conocer. Y más, de Argerich y Perón. De nuevos compositores. -Tamar de pronto se volvió algo hiperquinética en su entusiasmo, una suerte de Franz Liszt femenino
-Vamos por partes Tamar, dijo Jack the Ripper y digo yo, son muchos temas a la vez. El Colón es como una ciudad dentro de la ciudad. Su acústica supongo sabrás es una de las mejores del mundo. ¿Qué te parece la de la Scala de Milán? En cuanto a ir a ver la casa natal de Daniel Barenboim y la historia de Argerich y su primer viaje a Europa, es bastante largo para contar…
Un sujeto le empezó a hacer señas a Etienne y Tomek. Era parece ser uno de los encargados del equipo de sonido.
-Ahora volvemos -dijeron
-¡Qué problema muchachos, es que me emocioné por saber! ¡La Scala de Milán es genial! Pero ante todo, quiero hablar con vos, Laura.
-Decíme lo que quieras, Tamar
-Bueno, no me contestaron si tienen hijos, deberían tenerlos, al menos dos. Uno varón y otro niña. No importa, no importan los tiempos. No importa si todo se superpone, yuxtapone, imbrique, esté en espejo, como contrapunto. O lo que se suceda.
En eso tomó fuertemente de las manos a Laura, las puso entre las suyas y le dijo en un tono muy intimista:
-Por favor, no te pongas mal, Laura. Cuidá bien tus manos, y ante todo tené en cuenta, que en cierta forma, todo, y todos podemos ser una ficción…
-Me hicieron pensar en ustedes- dijo vaciando sus pulmones, Laura
Jackie, Dr. Gradus ad Parnassum
"It's about David, king of Jerusalem succumbing to temptation with Bathsheba. Ultimately, because he fulfilled his physical desires, his kingdom fell apart and his enemies took advantage of him".
Sting sobre su canción "Mad About You"
Alejandro Leibowich
Había dado dos vueltas a la llave de la puerta de entrada en la casa de la Avenida. ¿Qué son dos vueltas de llave dentro de todo lo que acontece en una mañana? Más aún, ¿qué es un día en toda una maldita vida? ¿Cuánto vale?, ¿cuánto pesa?, ¿cuándo cuesta? ¿La llave simboliza algo, tal vez seguridad? Las mañanas pueden ser imponentes, incluso en una ciudad que no te agrada si tiene algún sentido. Sin contar las variables que son las emociones. Siempre cambian de lugar, nunca están quietas. Somos personas y ya había caminado dos cuadras. Entrar en la fotocopiadora de alguien que murió por cáncer de páncreas a sacar una fotocopia de So What de Miles Davis, era y es un evento más. Era porque Carlos está muerto, su sonrisa ya no existe. Esa sonrisa de comerciante, tan servicial y de ocasión, pero que a veces de verdad era sincera. Era genuina, como ahora es su memoria, que es un poco la mía, desde lo que conozco de él. No es mucho, pero es un poco una sobrevida que le presto.
-¿Seguís con la música? ¿Era bueno el chocolate importado ese que le llevaste a Cecilia?Una sonrisa rápida sirve de respuesta, aunque en realidad es una mueca. Sin embargo no sé, Ceci era una idea en él, no la conocía. ¿Qué estaría haciendo ahora la tana? Era tal vez una de las mejores personas que conocía en este mundo.-¿Martín, no viste dónde dejé los anteojos, no veo nada sin ellos, soy rechicata?-No, ni idea Cecilia. -decía su hermano desde detrás de un diario, y preparándose para ir a la facultad. En dos materias se recibía, en dos.El auto estaba estacionado en la puerta, sólo lo manejaba él. Solía venir un amigo suyo a comer por las noches. Había mucho ruido de platos y cubiertos. Ceci se empezó a vestir en el mood más top romano. Usaba sus ojos rodeados de resaltador, eran tremendos y expresivos. Brillaban de lucidez. Se estaba volviendo obsesiva y creo que pensaba que era culpa del nuevo pupilo que le habían dejado a cargo, o sea yo. Es cierto, puedo alimentarme con electricidad, pero no se nota, de verdad soy tranquilo.Sólo tres personas sabíamos de que ella usaba lentes de contacto. Pareciera resultar algo trivial pero para ella era muy importante. Su madre, su hermano y bueno, yo. Más yo, pero debo ir último. En la gradación mancomu nada de famiglia en esa vida, pierdo la pulseada.En el pasado la Avenida 7 tan cercana al lugar, me parecía algo hecho por arquitectos babilónicos. Como una construcción orgánica, viva en sí misma, hasta casi me parecía que crepitaba, respiraba. Era Enero, estaba transpirando, hacía calor, y la partitura se estaba arrugando junto con el resto de papeles que llevaba.-Ciao, Dai, sii il mio jazzista, che è ancora più ossessivo tutti las giornadas. Vai avanti, vai avanti, la mattina è nostra.-Hola Ceci… esto no es el Consulado…Dimos unos pasos que ahora no sé en qué tiempo medir, pasando por un breve pasillo. Cuando me acordé estaba rodeado de una gran biblioteca que hacía las veces de acústica apagada, muy "seca" por cierto. Desde la calle no se escuchaba nada. En todo caso todo sonaba como una radio mono desde lejos, tipo spika al máximo. Si en la calle hubiese grillos se escucharían más fuerte. La podía ver los días que dejaba la ventana abierta dándole indicaciones a un alumno de turno, cortina de lado mediante. Sus voces no me llegaban, pero podía ver sus labios moviéndose y sobre todos sus gestos. Tan ampollosamente movía los brazos, dándole énfasis a sabe quién qué autor. ¿Podría volver a vivir al menos eso de nuevo?, sólo pasar por ahí... Es que los idiomas latinos suelen expresarse mejor con gestos que con palabras, sobre todo esa parte del Mediterráneo. Yo estuve en una que la gente gritaba y gritaba, y nunca entendía por qué.Ya en la sala como dije, y frente a un Petroff, empezaba a probar cosas, el hermano pasaba y se quedaba escuchando desde fuera. Me restaba un poco de privacidad al trato, parado cerca con su ambo de residente, pero no necesariamente me molestaba. Cecilia solía ponerse un poco lejos, entonces si girabas, la veías de cuerpo entero. Vestida de cuero negro, oliendo a DolceGabbana o alguna de esas cosas caras que compraba, y por cierto no creo que necesitara para ser quién era. Pero yo no quiero ni puedo opinar, ella ya estaba explorando posibilidades en un editor de partituras que no sabía usar.-Me vas a ayudar con esto, no entiendo nada. Vos sos el señor compositor. Si me ayudás, mientras hago café, aunque te noto como cargado para estimulantes.-Ceci, soy un estudiante, no soy señor de nada. Pero, creo que con los editores algo entiendo. Este nuevo me complica algunas cosas, está cargado de funciones nuevas. Andá, dale. La cocina no está tan cerca, pasás la mesa del comedor, esa que tiene mucho verde. Las ventanas grandes, y no hoy no va a haber olor al picante que cocina tu hermano, por lo que sé.-Dale vasco, jajaja. Gracias y después te pido una visita guiada por mi propia casa. Esperáme que ahora vuelvo. Traigo una bandeja china que compró mi vieja, toda llena de cosas que no se entienden. Porque traigo dos tazas y un plato con algo. No sé hacer instantaneo pero haré la prueba.-Sí…Miraba las obras nuevas para mí de Cage, que ella había dejado sobre el piano (que era media cola), aún con esas dimensiones desde afuera casi no sonaba. Antes me había pasado audios. Los experimentos con sonoridades me recordaban a Mallarmé, a todos esos poetas malditos, a los simbolistas franceses que decían que devolverían a las palabras lo que la música les había robado. No sé, Cecilia sabe tres idiomas, no es consciente o al menos no lo parece del efecto que produce en otras personas (en mí por citar a alguien). Me había regalado un disco de un autor local que ahora también acompaña a Carlos en la otra moradas que nos esperan. Omar Valente era impresionante, mezclaba el estilo compositivo de Chopin con el tango de Piazzolla. Nunca se me habría ocurrido ese tipo de cóctel de sonido, a él sí. No sé qué se entiende por una personalidad creativa, un sello propio, pero él definitivamente lo tenía. Todos tomamos cosas y las adaptamos, tal vez haya algún "click" secreto que avise, un momento que nos diga: "Ahí está Piazzolla". Algo así, como cuando Nadia Boulanger le explicó al mismo compositor que él era él mismo que se había encontrado. Todo eso entre corales, Bach, Bartok y aditivos Klesmer. Las personas que sirven como espejo de uno no abundan. Encima se mueren y deberían ser eternas. La vida no es justa, pero ¿qué es justo?Cecilia empujaba la puerta de entrada con el codo izquierdo, y venía cargando la bandeja. Caminaba más apurada que de costumbre, como si algo se le fuese a volcar.-Está llena de cosas y símbolos que no se entienden, mirá, mirá esto. A vos siempre te gusta lo que no se entiende.-Peut être, ja. -no pude sonreír, perdón por la descortesía, merezco ser guillotinado en la primera hora del alba más prometedora. Más afortunada, para todos. Para "la diosa razón", Robespierre, Guillot, pero no para mí. ¿Limpiarían mi sangre en el piso mientras reirían y brindarían por mi muerte?¿Igual qué importa? ¿Y qué importan ahora todo, empezando por mí mismo?
-Lo que vos tenés que hacer es focalizarte. El programa está bien, se divide como todo programa de estudios en períodos, tenemos lo barroco, lo clásico, lo romántico, lo contemporáneo. A ver lo clásico, eso creo que es lo que menos te gusta...Me miró de frente, con esa mirada que te puede matar y no lo busca. Más que todo por una franqueza que disparaba como rayos catódicos hacía mí. Y dijo lo que esperaba:-No te bancás mucho a Muzzio.-Probamos de nuevo, me molesta lo básico de su armonía. ¿Sabías que Mozart que lo detestaba, no sólo por ser italiano, sino porque que veían la música de otra forma? Pero en las cartas al padre escribía, pero sí, Clementi se "gastó" bastante escribiendo terceras, componiendo con ellas.-Sí, señor. -y sonríe, y se ríe. No es lo mismo. No era lo mismo. De todos modos Mozart quería componer, hacer valer su nombre. Clementi lo que quería era más bien crear una escuela pianística y hacer dinero con ella. Como Leschetitzky en Rusia, el polaco.Probamos algunas veces con los estudios. Era divertido que cuando me corría un poco de eje, la veía "bailar" Clementi. No me parecía que eso se pudiese bailar de ningún modo.-Sí, son las notas, está maduro lo tenés en "dedos". Ahora, me permito un comentario. Está bien que el compositor murió hace más de 200 años, pero la música debería sonar viva.Fue una crítica que me fusilaba desde el eufemismo más amable. Continuó:-Quiero aprender, quiero saber, quiero estar loca como vos lo estás. Ayer a la noche me quedé estudiando porque quiero parecerme. Mirá las anotaciones. -me mostraba unas partituras llenas de tachaduras y cifrados. Además de flores y no sé qué más que dibujada con lápiz y marcador.- En un comienzo quería que vos me enseñes a componer y a hacer arreglos…-Cecilia, vos ya estás más loca que yo. Creo estar ubicado, soy un estudiante, mi nivel de ejecución es medio para lo popular. Puede que tenga alguna que otra idea alguna vez, no lo niego. Pero no podés compararme con esa gente que admirás. No soy nadie, nadie."Y desde Rosario te mando un abrazo, grande grande, y tomamos una cerveza bien helada cuando hablemos".Me acordaba de eso. La persona de la frase no podía abrazar, (el recuerdo tampoco), sus brazos no funcionaban desde que nació. Pero sí su mente, y no podía dejar de pensar. Hoy, ahora, se habrá robado el cielo, él debe ser su dueño.-¿Qué te pasa? Parecés Judy Garland, ¿estás llorando?-Ja, no. Te voy a ahogar con dos cajas de Toblerone vencido, y Biznike. Por cierto, Nike, ja, ¿te gustan mis zapatillas? Lang Lang está vendiendo unas "especiales" para tocar el piano.-No, no sabía…Sí, ella no sabía sobre esa publicidad, pero sabía sobre el futuro. No había lágrimas en ese momento, incluso si después las hubo tal vez fueron invisibles. Tampoco muertes que las justifiquen.Estuve en mil guerras. ¿Sabías que las perdí todas? Pero acá estoy. Cecilia santa patrona no paraba, y me hablaba de Arlt y Erdosain. "¿Y vos te crees que uno puede vivir en este país de lo que estudió? En los recitales yo era el florero. Me ponían de adorno…"No entendí eso, y si entendí un cinco por ciento, lo di por porcentaje nulo y sordo. No entendí nada.-Cecilia, me siento mal, ¿podría dormir acá?-Si querés dormir andate a tu casa. ¿Acaso pensás dormir en el suelo? Es duro, aviso, nunca dormí ahí pero sé que debe serlo.La ventana estaba abierta, los cristales estaban tan limpios que una llamarada de sol me cegó por un momento. Cecilia parpadeaba con sus pupilas detrás de los lentes tóricos. -Está bien, me convenciste, te quedás.-No, pero no pienses nada malo, u oculto, de verdad me siento mal. Necesitaría dormir, algo de mi pasado se está por ir y no sé bien qué sería.-Otra vez hablando raro. Mi hermano creo que se fue podés usar su pieza.-No, no lo trato tanto, creo que mejor duermo en el suelo. No te ofendas, y te, les agradezco de verdad.-Está bien, podés usar mi pieza. ¿Sabías que en una época dormía con los brazos cruzados sobre el pecho y las manos en los hombros, como Morticia la de los Locos Adams?-No, ni idea. Debía ser tensión, ¿antes de recitales? Por favor.-Seguime, es esa escalera caracol al lado de la cocina.Caminábamos y todo se me deformaba alrededor, era como un observador impresionista. Las paredes tenían muchos cuadros de pintores nacionales renombrados. Recuerdo un Pettoruti.-Vasco, dormí que cuando despertés la seguimos.Quise cerrar los ojos, matar un poco de esta realidad. Ahí dormía Cecilia, y estaba todo lleno de fotos familiares, viajes y unas valijas con etiquetas en idiomas de babel. Un contrabajista tocando en La Scala. ¿Su expareja? -Ustedes los jazzman que se hacen los tan recios, y temblás como una hoja, jajaja.-Supongo, creo que mi sistema nervioso está colapsando. Ah, por cierto pusiste un espejo en la sala para verte tocar a vos misma. Eso hacía Gieseking, se estudiaba todos los gestos que le parecían superfluos y le podían quitar energía o efecto a sus ejecuciones. Me voy a apagar.
Lo último que recordaba de la realidad menos intensa, era la broma sobre Garland, habíamos escuchado miles de veces "Kind of Blue" de Miles Davis y en uno de los tracks no tocaba Bill Evans sino un tipo de ese apellido… aunque no, era Kelly, Wynton Kelly, un sonido más percusivo... Bueno, pensó en alguna cantante o actriz, estuvo cerca.Cerca del techo a altura media en la pared, cerca de una foto en blanco y negro que parecía de ella muy chica, colgaba un cazador de sueños. En toda esa temática de amerindios tuve charlas con dos brasileros y una uruguaya muy charrúa. Si bien estaba acostado me pesaban los brazos. No me dolía nada, pero los sentía como muertos. Aunque al rato, sí me empezaron a doler de manera muy aguda. Sin un foco definido recordé una escena de "Lolita" de Kubrick en que tomando el guión de Nabokov ella en un auto le "diagnostica" un infarto a su "captor": "te duelen los brazos, es un infarto, lo vi en una revista". No sé quién tenía razón. Ahora sí. El coma me hizo hundirme.Podía escuchar un latido muy fuerte, latía en mis oídos. En poco tiempo se fue expandiendo y me pareció ser todo latido. Cecilia no tengo idea de qué haría, pero si esto era resultaba sueño, era todo idea. No era tener o no tener, era una forma de fluir, en los más profundo, para bien o para mal."Su actuación comenzó con la fuga en mi menor de Händel, que fue interpretada por Liszt con la elusión de todo lo cercano al adorno ampuloso y, de hecho, casi cualquier adición, a excepción de una multitud de armonías ingeniosamente artificiosas y apropiadas, lanzando una luz de color sobre la belleza de la composición e infundiéndole un espíritu que de ninguna otra parte se ha recibido".Leía una crítica de The Times antigua sobre Liszt, alguien la había dejado ahí. Empezó a caminar por la sala, no había mucho espacio pero tampoco era para tropezarse con algo. Se debe haber sentido mal o cansada, porque se sentó en una de las dos sillas que había ahí, sin contar la butaca del piano. El corazón no puede pensarse a sí mismo, es una bomba, una bomba que late. Su función es bombear sangre para que circule por todo el cuerpo. Que llegue. ¿Te acordás del fan de AC/CD? De Renzi te estoy hablando. Te acordás de que antes de estudiar para su exámen en informática tiraba como mil pastillas sobre la mesa y decía: "Bueno amigos, ahora me voy a drogar", jajaja. El mejor humor, y Marcelo era cardíaco.-¿Así que venís a Buenos Aires con el mastodonte? -se refería a un Fender Jazz Bass japonés que cargaba por entonces.- Sabés que yo me acuerdo los números de teléfono pero marcando, marcando como si viera las teclas (hacía el gesto de marcar en el aire y se reía).-¿Cuándo te diste cuenta que tenías ese tipo de problemas?-Nada, viste que yo soy grande, ocupaba mucho espacio, me peleaba con los marcos de las puertas. En un boliche necesitaban seguridad y custodias. Y bueno, yo necesitaba laburo. A las dos noches que me dieron de turno me empecé a sentir cansado. No sabía bien el motivo. Llegaba a casa, y Natalia, mi ahora esposa me decía, pero Don Renzi ¿Por qué no visita al médico?-¿Te trata de usted?-Sí, jajaja. Le gusta mantener la distancia en algunas cosas. Supongo que es por eso más que por una cuestión de respeto.-Ah, sí. ¿Y con qué cargas en ese bolso? ¿Sólo ropa?-Videojuegos, hermano, me aburro sino. ¿Qué hago yo acá solo en una oficina y sin ellos?Recuerdo que en algunas clases andaba con esos aparatos que te hacen un testeo cardíaco continuo, son como pequeñas radios. Se lo ponía en un costado y solía comer galletas antes que llegue algún profesor. El tipo tenía una contextura importante, sin llegar a ser un monoblock porque parecía humano, me parecía muy cerebral. Su buen humor debía ser una forma de autodefensa. Trataba de contagiarlo y contagiarmelo, porque parecía que le caía muy bien. "Sobre todo porque usas palabras que nadie usa"."Sos el argentino más loco, le entiendo a todos a todos, menos a vos. No entiendo todo lo que decís, hahaha".Calculo que por esa época ella no debía tener suficiente vocabulario en español, siendo extranjera, era comprensible. Ella, y me refiero a quién dijo alguna vez eso.-No, dejá que te invito a Don Julio, y tomamos un café o un submarino, seguro tu abuelo te llevaba ahí y pedía eso cuando eras chico, ¿me equivoco, vasco? -seguía Marcelo.No se equivocaba. A veces detesto la exactitud, sobre todo cuando corroe lo que ya se volvió cepia. Pero bueno, todos tenemos un pasado, o varios.Dos aves empezaron a cantar muy fuerte cerca de la ventana donde estaba Cecilia leyendo partituras en silencio. Pensaba las funciones, memorizaba fragmentos, y tomaba algo. Pero no todo debía estar bien.-Cecilia, te llama la Regina del Consulado, es por el pasaporte. Unos trámites para la visa y esas cosas. ¿Estás bien, nena? -la madre dijo eso. Cecilia habló con la titular en el Consulado. -¿Hay un hombre durmiendo en tu pieza, qué estás haciendo, nena? ¿No estarás embarazada?, no me parece el momento…La verdad es que yo no sabía si estaba, si no estaba y ese profundo latido llegaba ahora desde abajo del piso, como el Corazón Delator de Poe. ¿Ella confesaría sus crímenes, ja? No creo.Las aves cantaban aún más fuerte, o los sentidos se habrían aguzado.Cecilia pensó en chocolates y el kiosko de la esquina.Lo último que recuerdo es que ella estaba apurada. El micro se iba, y me explicaba cosas de corales y el micro se escapaba y dibujaba esas flores por todos lados. "Más y más flores, tomá y me tengo que ir"... Llenaba los blancos en el papel, un montón de flores que sí, ahora lo entiendo, eran para nosotros. Para ella, para mí. Los pájaros tienen como mil latidos por minuto. No sé si son conscientes que alguna vez mutaron. Que fueron parientes de los dinosaurios, que incluso en lo gigante podía vivir lo diminuto. Según investigaciones como las de Pavlov, actúan por reflejo y Darwin agregaría las conductas de supervivencia. Son hábitos adquiridos desde hace miles de años. Buscar pequeñas ramas, crear un nido, incluso en la ciudad. Desde la realidad más profunda, incluso para nadie.
Jackie, Present Perfect Scale (4). Diarios. Alejandro Leibowich
Alejandro Leibowich
Detrás del escritorio
A-Supongo que en Oxford esto no se enseña. Haganme el favor de cerrar esas puertas.
A un lado
B-Puede tomar asiento. Creo que siempre lo hace, ¿incluso no toca sentada?
A-Le pediría por favor un poco de tacto en el trato ya que ella bien o mal es una especie de embajadora en estos momentos.
B-La vida es breve, y no es gentil. No conozco de embajadores artistas, ¿qué es lo que hacen?, supongo que un hecho cultural no supera las ambiciones de una farsa.
A-No me atrevería a usar la palabra farsa. Sin embargo hay que reconocer que los artistas, valga más por lo músicos, son demasiado músicos para ser diplomáticos, para ser políticos. Tienen otra forma de entender todo.
En muchos lados.
Jackie-¿Pero entonces qué sería entender? El violoncello tiene el registro más parecido a la voz humana. Es mi voz, y yo puedo transmitir eso. Si usted no lo puede entender, es su problema.
A-Jajaja. La flema o el temperamento inglés a veces son mal dote. Ninguna herencia es infalible. Hay ahí como un fuego latino, y la temperatura de estos lugares tiende a subir. Como resulte debo decirle que opino que los artistas son personas desbordadas. Por lo tanto inestables y al mismo tiempo peligrosas. Necesitamos equilibrio, más en estos tiempos que corren.
B-Por sobre todo señorita... perdón, señora. Debe saber que de ahora en más todo acto, toda acción suya es un hecho político, una acción que condiciona. Es una fotografía en el periódico, un titular y una responsabilidad que debe aprender a llevar y que encima, le excede.
A-Incluso su pasado será visto de otra forma. Será otro pasado…
B-Una gran sombra desmesurada. No entiendo cómo esta gente pasa tantas horas jugando con los ruidos.
Sí, no sé, una foto es una foto. El blanco y negro son formas equilibradas de balance o tal vez desequilibrio. Una foto implica algo fijo, estático. Una mirada congelada. Un pasado detenido. Algo como eso no es sólo algo. Creo que no podría figurar ni en "The New Yorker". Tal vez Sontag podría explicar aunque, no es lo mismo. Una forma de cuerpo, la fotografía como sujeto orgánico. El órgano que más cuerpo abarca, y protege o agrade. Como algo vivo, celular, en que todo circula. Pero es papel y es plano como la Tierra antigua. ¿Y por qué pensar en la polifonía, en Casals… ? Sobre todo por las suites, por Bach...
-El sonido no es el mismo. Los tiempos son interpretaciones y son verdades. Por supuesto, todas falsas. Pero sin algo a que asirnos, sin un suelo donde pisar. ¿A qué podríamos recurrir? Have you seen twilight? El presente es perfecto...
-...
-Siempre que lo veo creo que va a ser la última vez. De todos modos como cuando estudiamos cosas de contrapunto complejas. Las diseccionamos, las dividimos. son A, son B, ¿soy yo?
-...
-Ya sé que todos nos vamos a morir, pero no es lo mismo. Por cierto hay muchas muertes, y muchas formas de muerte. Te decía que al dividir los fragmentos quedan todos los comienzos, todos los finales.
Las formas de valor en realidad son las mismas, es cierto. Aunque no podría entender ciertas cuestiones. Y ahora aparece... El espejo más cercano me dice que no está ahí. Nada se proyecta. Y escribir esto…
-Podría escribir en los crepúsculos, ese fuego que a veces desborda y que es palabras. El blanco tampoco es blanco y el azul engaña. Nada es como parece.
"Una idea es una imágen".
Imaginar tiene ciertos riesgos. La recurrencia incluso es un riesgo, porque repetir es ver desde distintos tiempos. Desde distintos ángulos y desde distintas perspectivas.
-Casals tiene un sonido perfecto. También Rostropovich. Ellos son contemporáneos, si bien son distintos. No sé cómo juzgarán mi toque. Lo que puedo decir es que todo lo que nos rodea. Todo los muchos, los muchos lugares, los muchos tiempos hacen a las representaciones a los toques, únicos. El tocar en vivo es una forma muy extraña de estar dentro de estas verdades.
Un actor interpreta y representa. Sus posibilidades están reducidas a su propio ser. Persona, la máscara de turno. Un intérprete genuino está en comunión con su instrumento, todo Persona. Esa extensión amplifica y resuena en toda su representación, Porque un intérprete es su obra. La obra que en ese momento suena y es a la vez las lecturas que de ésta se puede tener.
-Era divertido robar los libros de Leimer-Gieseking sobre memoria a Ivo. Parecía un juego. Además de las obras de Piston que tuvo que aprenderse. La partitura se reproduce en la mente. Antes de sonar en la realidad, se está escribiendo. La guardo para mí. La obra soy yo. Jugar a los gestos, ¿a la envidia de mi hermana? Los espejos no mienten, si hay exageraciones o movimientos inútiles ellos me hacen culpable. Soy por cierto muy culpable y el sonido no sólo no se entera. Mejora.
¿Y entonces ahora qué sigue? ¿Qué hora es en la cena de Elgar? ¿Cuántos invitados secretos habría ahí? No creo en sonrisas fantasmas, pero no puedo negar que conmueven. Entonces estallar y tocar siendo descargas eléctricas. Una suerte de desbordamiento que…
-Es que nunca entendieron eso de que la música desinhibe. No sólo puede calmar o conjurar demonios. De todos modos creo que en alguna forma el sonido puede suspenderse. Ser la nada. Pero mientras dure, tendrá mi cinco sentidos en él.
No tolero ciertas acciones de divismo y estoy cansado de ciertos flashes en la prensa. ¿Por qué siempre hay que sonreír? Incluso cuando la gente te repugna, y por reflejo reacciona el asco. Voy a tomar algo frío, para eso sirve una heladera. Necesito algo real, aunque. Si me guio por lo lineal, por escribir esto. Hay un factor, un discurrir, un legato de tiempos.
-No son las grabaciones Ivo, al fin y al cabo los daños en el cuerpo también se escuchan, por más ediciones que hagan en Abbey Road. Puedo escuchar mis heridas. No son gestos, me refiero a ellas. Estamos hablando de otra cosa.
Chopin sonaba con menor tensión pero era la misma obra. Las tripas de gato. Los materiales condicionaban. La madera no es acero. Las cuerdas rectas tampoco son las cruzadas. El tráfico era menor. Mallorca no cura la tuberculosis. Sin embargo hay más silencio. Retrocediendo, Beethoven tenía ascendencia hispana, tal vez se aclare más el entender ciertas cosas. Las fuentes, los materiales se fueron cambiando. Encontrar en Londres un ingeniero de sonido fanático de Borges, y que en dos oraciones, más un hipercifrado gestual, explique "Funes". Acá estamos grabando, por don Peter Brown. ¿? Grabar en cintas es ser un memorioso. Ser un intérprete es pensar. Ese es mi trabajo, y lo disfruto bastante, don. Soy Funes. Aumentó cierta combustión perceptual. Pero siempre un sonido será muchos sonidos. Sin embargo uno sigue siendo persona.
Per sona en las lenguas muertas, pero por todos habladas.
Engranajes (Аня)
Alejandro Leibowich
Anya me arrancó la hoja y con eso me arrancó el resto de la historia. No puedo saber qué más sucedió...
(1991)-Te decidís. Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Escribir muchas novelas baratas que salvo la reina, nadie va a leer, o vas a estudiar la obra íntegra de Bach?
Realmente estaba irritada, el gesto de enojo, lo adusto, marcaba más su ascendencia. Como si en ese momento toda europa del este estuviera corriendo por sus venas. Un mapa invisible que se volvía rojo y líquido. Sus ojos, desde su gris azul eran como nostalgia y claridad al mismo tiempo. Los grises serían los intermedios. No sé si ella reflejaría siempre eso. El tono eslavo no podía esconderse en su conflictuado inglés. También Anya pensaba al mismo tiempo o a destiempo, por turnos en ruso y francés. No podía esconder el acné, ni ciertos prejuicios, incluso hacia sí misma.
En la casa había un cassette de Lionel Rogg que ella no paraba de escuchar, lo debe haber quemado de tanto pasarlo. Como suele pasar en ciertas simbiosis de conducta, algunas cosas se copian, se imitan, se contagian. Empecé a escucharlo yo también. En cierta forma ese tipo de composición y calidad interpretativa cambió o arruinó mi vida. Depende la persona que lo interpretase. Para Michael yo era un perdedor crónico, para Yael se podía entender alguna esperanza de sobrevida. Confiaba más en el criterio positivo de la pelirroja, que desde su sonrisa con pecas casi nunca se equivocaba. Michael era un poco como yo antes, o sea, una persona que está en un barco, agarra el ancla más pesada que puede levantar, va a cubierta, busca un extremo y la arroja al mar. Obviamente se ata a ella, porque es un suicida. Todo pesimista hace en cierta forma eso. Y todo pesimismo rehuye la tolerancia, espanta y se vuelve insoportable. Anya se estaba duchando, no me acostumbraba a las cuestiones en el uso energético de la zona. ¿Pagaste el gas? Eso no existía. La estufa era automática, el televisor vomitaba automatismos, y en ese momento hablaba un ecuménico y desconocido compositor dodecafónico. La cocina tenía los mecheros, los contactos eléctricos activados. Como sea, nada estaba más lejos del clima de Círculo Polar Ártico que respiraba el exterior. De hecho la respiración se podía congelar, pero era divertido, se veía. Era un poco ver la vida, que expira. Bien, Anya no come más pizza. Su dieta es vegetariana. En la mesa había dejado su libro preferido, no me quedaba claro que es lo preferido en algo. Pero por la ubicación parecía indicar eso. Lord Beaconsfield me sonreía desde un retrato en la tapa. A ese tipo lo tenía de algún lado, y no por libros, sino por alguna banda clásica londinense. Me acordé, los engranajes de Disraeli (Disraeli Gears). Era el disco de Jack Bruce, era Cream. Podría escuchar los paralelismos de Clapton mentalmente. "Sunshine of Your Love". Esos intentos de copiar el sonido de Hendrix pero con menor velocidad, y más frialdad.
Moscú
En 1982 pasaban muchas cosas en la todavía URSS. Entre otras nacía Anya en un hospital del Estado. No me quedó bien clara la situación, tampoco las circunstancias que rodeaban al hecho. Las imaginaba de todos modos bastante asépticas, pero no sé… Todo recuerdo, es un poco una mentira, un poco una verdad y un poco un deseo. Más en ella.
-Dicen que mamá contaba un cuento, yo no podía entenderlo, todavía no hablaba ningún idioma. Salvo llorar. ¿Podés creerlo? Y lo tengo acá, me lo dejó mi padre.
El cuento estaba en un libro, parecía un híbrido de naciones. Las tapas eran rojas, y tenían un estampado. Estaba el nombre de Anya en cirílico, unos sellos que no comprendía. Y una foto de James Joyce, que no entendí en comienzo la relación, se filtraba entre las hojas. Su padre era irlandés o tal vez los padres de su padre.
No sé por qué el frío calaba tan hondo en los huesos, tal vez era la suave ceremonia de una ganada resurrección. Aunque no creo que una transición pueda resultar suave. La sangre medular se coagulaba. El mar no dejaba ya rastros de su arena y la multitud de luciérnagas flotantes templaban el laúd en que se había convertido el pueblo.
Todas las noches en que la luna llena se elevaba por aquellos árboles, Asquer Lázaro el mago y hechicero hacía hablar a las hojas y doblaba el viento astral. Pero él no creía en gnomos irlandeses, incluso estando en esas ciudades de allí con extraños nombres, que parecían más construidos con melodías que con palabras. Tal vez las palabras son un recurso de la gente débil para justificar su inutilidad. Starbiq, contó algo a Lazaro. Contar algo de verdad, es regalar una porción de vida, aunque sea mínima. Decía que un día por la tarde (en tarde rojo sangre o sangre rojo en tarde). Con esa lluvia fina, intermitente de allí, infinita e interminable. Un carpintero que se había protegido de los chapuzones en el mismo lugar, una especie de gruta, le narró lo siguiente con mesura en las palabras, aunque con una gesticulación que casi roia por lo ridícula, de las manos y el rostro.
Su abuelo le había relatado antes de morir que los primeros habitantes de ese lugar luego denominado Irlanda se comunicaban con música. No existía la palabra tal como la conocemos. Existían las intensidades de sonido o algo así. Luego de dos siglos de habitar el lugar esta raza singular desapareció de forma extraña. No quedó descendencia alguna, aunque había utensillos y grabados de esos tiempos arcaicos. Libros de Paracelso cubiertos por la tierra del olvido. Eran testigos de la historia. Se podía aseverar una especie de Pompeya sin Vesubio.
Treinta y dos científicos provenientes de distintos lugares confirmaron milenios después su autenticidad. Y daban fe que estos hombres pisaron la tierra.
¿Y qué? pensaba Lázaro. Tampoco le inquietaban las Walkirias, ni las lágrimas de sangre de la Virgen de Lourdes. Ni Stonehendge, ni las Pascuas hebreas, ni las profecías de Ezequiel o Jeremías, ni el sueño de Mahoma. Todo es farsa en los horóscopos astrales: el anillo de los Nibelungos, el poder de Zeus, o todas esas leyendas que quieren inyectar magia en esas pobres gentes de pupilas muertas y vidas evanecidas.
Extraña clase de mago y hechicero resultaba Lázaro. No creía en religiones, mitos, leyendas, alquimia, y ni en la misma magia. Por las noches su consuelo era escuchar el latir de su propio corazón. Sabía que alguna vez dejaría de sonar. Así se dormía, hasta el último dormir, el permanente. Todo lo bueno que hace un ser atemporal, tal vez.
Se sabe que repetir la estadía de alguien es aceptar una forma de destino. Como sea, la historia ella ya la había escuchado varias veces. Había estado ahí. Para mí era la primera.-Yael está llamando…
Tres vocales, la superación del diptongo, pensaba un poco en el nexo de lo que podía ser música, antes que las palabras. La y era i. ¿Sin consonantes? No, no me convence. Es un espejo roto, falta una forma de ataque. Anya tenía un piano vertical, con dos teclas en mal estado. Ignoro si lo habían afinado recientemente, pero ella al modo de los primarios pianistas de jazz, con recursos más elementales se movía por el registro medio. No pedía mucho más, y todo sonaba aceptablemente. Sacando que ella estaba muy pop. Lo peor del pop. Y me estaba aburriendo.
-No era nada importante, seguramente…
No sé por qué algunas de estas personas demasiado apasionadas toman cambios tan bruscos. Y no quería contagiarme eso, aunque lo admiraba, en silencio, claro.
Anya se agarraba el rostro con las manos, el piano de diatonismos se había suspendido. Si bien sonreír, es una cosa que hacen incluso los monos. Reír implica otras cosas, es algo como más interno. Más visceral, ¿más humano? Me estaba riendo. No sé de qué. Pero al mismo tiempo las lágrimas de ella caían al piso. Era una persona gotera. Había una alfombra de un blanco que negaba su ascendiente. Y éramos un antagonismo orgánico.
-¿Qué te pasa? -le dije porque tenía que cortar la risa absurda. Las palabras al menos me podían orientar hacia algún pensamiento concreto, o no sé.
-No nada, me siento un poco así, ¿no?
-Así, ¿cómo? - no entendía.
-Una especie de beduina trasplantada, ¿no viste el libro del Lord?
-¿El de Eric Clapton…? Ah sí, no, no leí el autor ¿qué pasa?
-Estúpido. Se cuenta que Disraeli al servicio de la reina, siempre tenía disputas y peleas con Lord Gladstone. Peleaban con querellas, peleaban elevando su tono de voz. El apodo que Gladstone usaba para el entonces primer ministro era "beduino trasplantado". Yo me siento así… Y vos no deberías terminar escribiendo novelas que nadie lee, salvo su majestad. ¿Crees en algún tipo de realeza? ¿En la sangre azul?
No entendía tampoco una oscilación giratoria de su cuerpo, y su cabeza. No entendía nada. Su pelo estaba suelto y caía sobre sus hombros.
-Todavía no me lo corté, pero quiero hacerlo. Quiero estar lo más "liviana" posible para enfrentar la situación.
-¿Y cuál es la situación?
-En breve me voy, dejo mi país. ¿Podés comprender eso? La gente habla del desarraigo. Eso no se habla, se vive. ¿Podés entenderme? De donde vos venís no existen estos tipos de conflictos. No pueden comprender por ejemplo a un europeo que da dos pasos y ya tiene que aprender a hablar otro idioma. Todo está condicionado, cambia… Es como que se mueve, magma, y todos piensan distinto. Son dos pasos y todo es nuevo.
Salvo cuando estuve en Rio Grande Do Sul, donde traté un tiempo con una familia de raíces anglicanas, que no entendía qué hacía ahí, porque parecía sacada de un cuento de Borges. No conocía, lo que ella me quería explicar.
-Es como que te vas pero los recuerdos no te acompañan. No entran en las valijas. Ustedes los argentinos encima parecen falsos italianos. Hasta cuando hablan, y que una cae en que es español.-Vos sos argentino, los argentinos son todos ladrones y mentirosos. Hablalo con tus amigos. -la amabilidad del administrador me abrumaba. Los estereotipos son un gran logro institucional de los países. Un país es un invento, al igual que una religión o ciertas políticas. Más o menos viejo. Depende. Y me hablaban de ismos, y me sonaba a geografía. Por cierto siempre fui malo en esa materia.
-Moscú. Una rusa. Y ¿qué pensás hacer acá? ¿A qué te dedicás?
-...
-Disculpá, seré muy ladrón, mentiroso e impostor de nacionalidades, pero vos estás desubicado. Y estás hablando a un volumen muy alto. Conocí un tipo en Banfield que vendía audífonos. Su forma de publicitarse por las tardes, era gritar a voz de cuello. El tipo gritaba tan fuerte que parecía que te iban a explotar los tímpanos. Él observaba atentamente a todos los transeúntes. Si no notaba gesto de molestia o queja en alguien, le ofrecía sus servicios. Y sus productos. Gente pobre en esa zona, con métodos extravagantes de promocionarse. Sabrás entender.
-Me olvidaba que los argentinos también hablan muchas idioteces, pero lo daba incluido en lo de mentirosos.
Anya te miraba, si te miraba durante más de dos minutos, no parpadeaba y te petrificaba cual Medusa. Pero ésta no iba a perder la cabeza.
-Te decidís. Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Escribir muchas novelas baratas que salvo la reina, nadie va a leer, o vas a estudiar la obra íntegra de Bach?... Dicen que mamá contaba un cuento, yo no podía entenderlo, todavía no hablaba ningún idioma. Salvo llorar. ¿Podés creerlo? Y lo tengo acá, me lo dejó mi padre.
-Leelo.
Jackie, "Es malo para los huesos"
¿Qué máscara nos ponemos o qué máscara queda cuando estamos en soledad? ¿Cuando creemos que nadie, nadie nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca?
Ernesto Sabato
Alejandro Leibowich
La historia para ser comprendida, tiene que haber cambiado varias veces. Ahora mismo está cambiando, letra por letra, hecho por hecho y la estás leyendo. Es una cinética inevitable, ignoro si es buena o mala, acontece y eso resulta innegable. Esto implica tiempo, el cual consume, y te consume. Desde lejos se toman mejor todas las cuestiones, la respiración, el espíritu de la época, el Zeitgeist. Mimetizada, mutada incluso bífida, resulta una ciencia. El objetivo de toda ciencia es buscar una verdad. Que no sea necesariamente "la verdad" es una cuestión de apreciación de quién la interpreta. Sin embargo eso no le quita, ni mérito, ni razón, ni proezas en un intento de mantener cierto equilibrio. Cierta cordura. La historia puede generar mitos, leyendas que pueden derivar en incongruencias. Estas mismas pueden incluso ser leída, adaptadas y re aprendidas con razones viles y espúreas. Mi vida es la historia, soy parte de ella, no la niego, es mi memoria, mis recuerdos y también mi futuro, porque la historia no duerme en papeles corroídos por las ratas y el tiempo. Aunque sí, ahora la estás leyendo.
La deuda
Los cementerios se deberían visitar por la noche, caminar con frío y comiendo helado de pistacho y menta. No "es malo para los huesos".-¿Sabías que ayer estuve con tu amigo ese que se murió de tuberculosis en Mallorca?-¿En Père-Laichaise? ¿Dónde almuerzan y cenan los gusanos más ilustres de Europa?-Su esposa se vestía de hombre, ¿no?-George Sand. Ah, bien, no, mirá, tal vez no es muy reconocida, pero influenció mucho en lo que se conoce como novela psicológica moderna o algo así, junto a tipos como Thomas Mann, Zweig, etc. Sí, todos usaban sombrero.-No sé, ahora estoy en una casa de huéspedes, y está lleno de videos, de esos viejos, los VHS. Pero no entiendo bien el idioma y no hay subtitulados. ¿Vos qué elegirías?-Ni idea. Esperá que alguien viene, ya llamaron dos veces. -a lo lejos, se escuchaban gritos de nenes y ruidos de botellas rotas
-Estas bolsas pesan como demasiado, acercáme la mesa para apoyarlas. -el piso resultaba caminable, y el blanco de la mesa tolerable, ya se habían limpiadoEl cielorraso se había dañado porque el techo estaba fundido en goteras empeñado en tratar de resistir tanta lluvia. De tanto incesto político, de tanta lacra de mentiras. De tantas soberbias vacías, pero con bolsillos repletos, y no de lechugas. -Veo que se te cae eso, esperá que te ayudo.-¿Vos ayudando en algo mío? ¿Con quién hablás por teléfono?-No, es una conocida de Santa Tecla, queda en El Salvador, ¿lo tenés? Su bandera se parece a la nuestra, como varias otras y Fernando VII y los Borbones podrían tener que ver con eso.-Te ves muy animado, ¿desde hace cuánto que se hablan…? ¿Siempre quijotesco lo tuyo? Digo, por pelear contra molinos y estar solo o mal acompañado.-Años, también por los mensajeros de Internet y por email. Esos llamados no los paga ella, lo paga la familia que la aloja. El Quijote, ja. Wells nunca terminó su película sobre él, hay una rusa (dicen que la mejor). Si algo me fascina del Quijote es su lucidez que se confunde con un sueño, y cómo lo mata la realidad cuando despierta.-No te entiendo, ¿qué querés decir?-No sé, por ejemplo dicen que el sol es bueno, ahora en Londres es verano. Suponete que estamos en Brixton: arena, épica, mucha gente. Pero nos sobre exponemos, tomamos sol durante una semana, sólo con pausas lógicas por la noche. ¿Qué resultaría?-¿Qué me decís? ¡Nos terminaríamos insolando, el sol nos desolla vivos!-De eso murió el Quijote… al menos para mí. Por cierto, estas cosas varían, la idea de Dios, de algo inmanente, le vino a Aristóteles desde el sol. La Teología para muchos nació en ese momento.
En la puerta de entrada que no era mía, y no sé qué podría ser mío ahí salvo la salida, que es el afuera, el arrojo, había una nota. No se podía leer bien lo que decía, aunque abajo en letra gris se deletreaba: "Acerquece al fuego, no demasiado, un mechero de cocina le sería suficiente". La música de Chopin que ahora estaba sonando después de una ametralladora Jarrett que tocaba Bach creaba climas. Una atmósfera que Gabriel no entendía. ¿Y qué podía entender? Su mundo era otro, últimamente no hacía más que hablar de su madre muerta y me estaba agotando, y agotando mucho. "Lo que yo hago cuando mis alumnos me tienen cansada y no los quiero escuchar más, pero a la vez no quiero que se sientan mal es poner cara". Parecía una buena opción y otra no veía en esta ocasión como tantas otras. Cara, acompañando a una afirmación con la cabeza, o un monosílabo frío o un claro, lo siento. El hombre en azul vestido de musgo verde, podrido. ¿Realmente soy tan mala persona? ¿Cómo se mide eso? Supongo que en culpas, ¿cuántas culpas (gramos, kilos, toneladas) puede tolerar alguien sin exasperarse e implosionar? Sin inmolarse de culpa.
Siempre un nombre, una cosa, una mesa, una silla, lo que sea, evoca otras cosas. Como imanes de recuerdos que se van atrayendo y todo se pega (cazamoscas). Todo se conecta, y ese todo si no lo aprovechás en breve será la nada. ¡Atreyu, Atreyu… y la ciudad de insectos! Bah, basura. El teléfono quedó esperando. Tono modalidad sala de espera de neonatólogo: un semicalmo
-Che, ¿Lila estás ahí?La línea se entrecortaba entre chispazos ciegos y ruido blanco… "Just a Spark, baby". -Sí, sí, hay dos pelis que me gustaría ver, pero no sé dónde pasarlas. "Le derner metró" (ella ya no podía ver, tampoco oír, aunque eso nadie lo sabe en realidad), y "Tout le matin du monde", ahí trabaja el hijo de un muy buen actor, de uno famoso y te gustaría, hay cosas antiguas, instrumentos con muchas cuerdas (vi la foto de tapa).
"Qué tierna, y está llena de pecas, nada es perfecto, sólo la ves de lejos, es todo, isn't it?".-Ya sé, Truffaut y el hijo de Depardieu, "muerte al César, y el César ha muerto". A todo esto, ¿qué es lo que me gustaría ver? ¿Al hijo muerto actor de un muy buen actor? ¿o a la fama?, a esa te la regalo, evito el colapso, si la veo en la calle la piso con el auto. Siempre estoy a fuego moderado para ciertas cosas.-Deneuve ya no es tan joven ahí (se ríe) aunque algunos prefieren un buen vino de un buen año a una cerveza rancia. La cerveza es para adolescentes, y ya no lo somos.-Me pegó algo acá, o sea me surgió, hablamos en otro momento.La línea ya no tenía sonido, estaba muerta.
Lo de visitar cementerios es algo que detesto, sea donde sea, y en lo posible los evito. Siento como si me absorbieran de a poco la energía, y por cierto ahora no creo tener mucha. Toda esa mística a lo Castaneda de los "sitios sin poder", Don Juan, Ixlan, Spinetta mismo que la trajo Jade mediante, al menos en eso me podía y coincidía. Sin embargo, "recuerda que un guerrero jamás detiene su marcha". Como resulte se había llenado todo de papeles, deudas de tareas, gente en breve se mimetizaría en conductas, como hacen todos para adaptarse al medio. Sufrir es opcional y "la vida es un valle de lágrimas" para el que así lo desea. Definitivamente no es lo mío. En la casa de las afueras de Baires, cuando fuimos alguna vez con Matías y el Turco a ver a Caro, se pasaban todas películas de Eastwood. Caro era fan de Clint y su pareja además tenía una Gibson SG original que quería vender por Mercado Libre (creo que antes por Segunda Mano). La noche podía haber sido más sana si el Turco no la llenaba de humo. Sin embargo ya saturado de muchas cosas, y esperando en un sofá para tres personas "prefabricado" con patas hechas con resortes metálicos, Iván nos llamó a comer. El tipo era experto en hacer pastas y amasaba también, cosa que a Caro le encantaba, así se dedicaba a ver más películas de Eastwood. Una vez en broma le había sugerido a Iván que en el caso de que ella muriese antes que él, la enterrase con una proyectora encendida dentro del ataúd construida en titanio y con garantía por lo menos de mil años que pase en continuo todas las películas en las que Clint Eastwood tuvo algún tipo de participación. Por lo menos no se aburría, su muerte sería algo así como un gerundio eterno "muriendo". Antes el precio para cruzar al más allá incluía dos monedas antiguas sobre los ojos. Ni Moiras, barca mediante y las Walkirias de combate. "¿Por qué apegarnos a lo que vamos a perder de todos modos?". Encima eso lo dijo Isabel Allende... Las películas girarían y girarían en sus ojos vacíos de celuloide y…Hay un gesto extraño, mueca muda, como un corte abrupto de emociones, y a la vez un cambio radical, cuando se pasa de un extremo a otro en los gestos. De la risa al enojo, pueden resultar microsegundos, pero… Mejor salir a ver la noche que todavía tiene pies de barro y la juega de cielo. Sí "te quiero hasta el cielo", resulta por eso que no te puedo alcanzar y me estoy hundiendo, hundiendo. "Morir poco a poco, me muero". La música de Chopin, sus climas, la atmósfera parece gritar eso, el aire mella cuchillos y sin ningún tipo de censura en todos los tonos de voz de bel canto que a él tanto le gustaba. No resulta de extrañar que Sand se refiriese al polaco como "mi pequeño cadáver". Cita certera, aguda y muy cruel, porque se la decía ya no como una sugestión de adjetivo, sino casi como un apodo.
-Lila la que está en París, la salvadoreña, quiere aprender a tocar bien el chelo. Hizo algunas armas y se la pasa escuchando a Rostropovich, Casals, Tortelier, y obviamente a du Pré.-Ah, ¿y se viene para acá?-No sé, ahora le pego un llamado a Aquamán que en unos segundos te cruza el Atlántico. No me parece hora para llamar... después me fijo, o le mando algo, conozco alguien que la podría ayudar. No será un "On Cloud Nine Learning" pero está bien. Al menos por el momento. Hablando de Paul Tortelier, justamente ese alguien me alcanzó un método breve escrito por él. Muchas fotos, muchos dibujos, digitaciones, números y no entiendo nada. Sonreí.-Vodka y limón… Ahora vuelvo."Acerquece al fuego, no demasiado, un mechero de cocina le sería suficiente".
En los debidas nocturnas visitas a las Necrópolis, se debería caminar por el frío, siendo un helado de pistacho y menta mientras te devora el vacío. Te calcina el olvido y los gusanos se ponen a vajillar junto a la ruta bacteria. La final, porque lo que "es malo para los huesos" siempre lo fue y siempre lo será.
La victoriosa y el buscador de estrellas. En el Cairo (1)
"Un astrolabio es un antiguo instrumento astronómico que permite determinar la posición y altura de las estrellas sobre el cielo"."El sufrimiento y la sensibilidad del ser humano están sujetos y condicionados directamente a su verdad. Su verdad es lo mismo que decir su raza, su sexo, su edad. (...) Podía entender atendiendo a tantos padecientes, leprosos del alma, que el dolor "exquisito", ese que no se puede tolerar pero tampoco comprender, localizado y focalizado es el más certero e inevitable, es la no vida".
Tratado médico de las sombras reales
Imhotep (aprox. 2690 - 2610 a.c)El Cairo, Al-Qāhira "la fuerte", "la victoriosa".
Alejandro Leibowich
La arrugada mano abre el adminículo, se extiende, busca una guía. Pero hay un norte, un sur, un este y un oeste. Cierta geografía, la cartografía de las estrellas, debería aprender que toda subjetividad marca un curso válido.
El calor era insoportable por lo recurrente. Se generaba estática en todo lo que era transmisor de energía. Recibí un golpe eléctrico al entrar al taxi central. No señor, no nos quedan más esos cigarrillos, y acá esto no se consigue, no es Jordania. Sophie estaba en la esquina, el bar de Safí se aseguraba clientes. Pero si algo bueno produce el estímulo de la belleza, es que asegura la capacidad de asombro. Esa manera de seguir siendo niños sin ser tan niños. Ella ya estaba entrada en años, por las quejas, por ciertos abusos, por el saberlo todo. Tenía 24 años y no podía evitar sentir el olor de la habitación especial. La de invitados, humedad, y su amnesia voluntaria. ¿Cuántas veces habrá visto Abubakar esa misma película? En la calle el sol quemaba con sus ojos impiadosos y, los ojos de una forma de tiempo, los siniestros de un tipo de diálogo y una cotidianeidad hecha fuego. Estás leyendo un gran incendio, y todavía no lo notaste, sí a vos te hablo. "El jeque blanco" se proyectaba en la pared, y ésta le agregaba todo: grietas, inercias y mancillados a las tomas originales. La muerte del autor no existe, pensó Abubakar. Fellini se reproducía por enésima vez desde 1952. Alberto Sordi actuó sin su voluntad en todas las reproducciones. Porque esa película hace tiempo que no pertenecía a Fellini, y hacía tiempo que Sordi no pertenecía ni a sí mismo. Sin embargo ahí estaban. Es la película preferida de Eti y Abubakar, pero a ella mucho como que no la quieren por ser extranjera. Por lo tanto su opinión y su juicio tampoco valen gran cosa. Te decía que la muerte del autor es un error de concepción en una época en que deseaban la muerte de todo, en un país culpable, con conciencia no visible. Su lado oscuro, el lado oscuro de su culpa, tenía mucho lodo y sangre. El lado oscuro de su Luna. París es siempre bello, por eso es París, donde las luces siempre brillan. El mismo lugar que tiene a los Champs Elyseés y un vasto cementerio romano que le hace de suelo a un ingenuo paseante comprador de croissant, su perro Toto y a la dinámica de la vida burguesa. Te hablaba a vos, Sophie, no te había olvidado, y dejáste la pava silbadora para medir el tiempo. ¿Qué tiempo? ¿Qué entendés por tiempo, Sophie, si él parece que no te entiende a vos? Tome dos de esas pastillas y lea el prospecto. Dicen que construirán más altos esos dos edificios. La ciudad vieja, la ciudad museo se muere. Se repite mucho algo cuando es una especie de sufrimiento. La queja alivia. El obrero dio tres martillazos y se pegó en un dedo, insultó en árabe. Habría que tomar en cuenta el ritmo circadiano mi amigo. Mis colegas europeos traen las nuevas. Lo suyo no es nada grave. Tómese un descanso. Me tomaré varios descansos al mismo tiempo. Te volvía a hablar de la muerte del autor. En una obra el autor nunca muere, hay una cuestión semiótica ahí. Barthes estaba equivocado. Los signos, cambian por el intérprete, cambia el mensaje, cambian las vistas y relecturas. Todo cambia en toda aproximación a algo. Sobre todo a lo hecho por un ser humano. Pero eso no necesariamente implica la muerte. La semiótica es el estudio de los signos.
Pero en un momento, Abubakar, entre tabaco, un narguile importado y tres vasos de agua, se sintió mal. Empezó a caminar por la habitación a paso de sonámbulo.
-Me duelen los brazos, me duelen los brazos y no tengo fuerza…
Se sentó cerca del teléfono sin saber bien qué hacer ni a quién llamar. ¿El médico? "La medicina es el arte de acompañar al sepulcro con palabras griegas y latinas". pensó. ¿Eso cambió mucho desde el iluminismo? Se recostó, en esas camas que parecen para gente mucho más baja que la que tiene estatura normal. Es que son camas antiguas, de cuando la gente, era realmente más baja. La nueva mañana no se encontró con él. Abubakar tenía un gesto vago, la mirada ausente, los párpados crispados. Sería bueno pensar y sería justo, que lo último que tuve en mente fue una imagen de Eti. ¿Qué es una idea o recuerdo, sino una imagen? Eti desde lo onírico habrá sonreído, se iluminaba más cuando lo hacía. Le daba sentido a…bueno, no todo tiene que esperar un sentido. Él ya está cruzando el río, las monedas del piadoso suelen ponerse sobre los ojos asegurando un buen viaje. Isis, Osiris, ¿qué importa? Nada.
"Parte de la medicina que estudia los síntomas de las enfermedades, los cuales constituyen el instrumento de trabajo que permite apreciar la situación clínica de un enfermo y establecer un diagnóstico".
Nada, signos, translitera los sueños.
Un oasis es una ausencia de estado. Ayer estuve en el mercado, pero la ciudad estaba desierta. Lo que se busca y no es encuentra, yo estaba, pero yo en mí o sea lo que soy, era no presencia.
-¿Ahora me entendés? -dijo Sophie-mostrando una síntesis de elocuencia.
Safí se rascaba la cabeza. Pensaba en las ganancias de la noche, y en que tal vez las prostitutas eran grandes filósofas. Empezando por Cleopatra. Safí se golpeaba el vientre, satisfecho de sabe quién qué cosa. Mientras Sophie siga siendo atractiva, tengo asegurada esa entrada. Los valores, ¿qué son los valores? ¿cuáles valores? Salgan de acá mugrosos, vayan a jugar a otro lado, tengo que cuidar la puerta. Paso acelerado, y los cuatro amigos ya estaban a dos cuadras, se corre muy rápido cuando tenés 14 años o menos.
Eti, sensorialmente angustia. En el Cairo (2)
"Es sabido que Monet, veía mejor bajo las aguas, cuando estaba casi totalmente ciego"
Alejandro Leibowich
Había dejado las cosas cerca de la ventana. La ventana permite exteriores. Los libros, los ladrillos, las palabras, ¿Masada? Lo ajeno al cuerpo. Que yo le dije que caminar mucho cansa. No hay gran cuestión que debatir al respecto. Sin embargo Eti se estira. El brazo derecho junta al izquierdo. La nuca une sus manos, y cara al cielorraso se pone a pensar. Todo este tema de ser extranjera acá. Y Abubakar se la pasa en su mundo, o otros mundos, o en ninguno.
-Tengo que decirte algo... tengo miedo. La verdad no sé de qué, ni siquiera puedo decir bien qué es o sería el miedo. Y sobre todo qué fue, porque yo no lo recuerdo. Abubakar, necesito ayuda, por favor.
Dejar el despertador en la repisa más alta, de unas cuatro, cuando se tema no despertar. O quedarse toda la noche escribiendo con una sordera de alto volumen.-¿Podés apagar la música, Eti? Si no lo hacés en quince minutos corto la luz. Sí, sí, me lo trajeron ayer. La misteriosa suerte de las mitologías invisibles, ¿no? Creo que la maqueta y el libro pertenecían a un tal Thompson. También los apuntes. Había estado investigando antes en África y Medio Oriente. Haciendo estudios de campo. Por cierto, tratando de entender lo que no se puede entender, como hacen todos los arqueólogos. Pero después, viene el tema de la historia que justifica todo. Estamos salvados. ¿Qué hizo Eti, hoy? No, que debe estar dormida. Sin embargo a esta hora se piensa bastante, y escucho el reloj. Lo que me decía Abubakar de las canciones, de escribir canciones. Porque como bien decía su tío, no eran poesías, eran canciones. ¿Cuál era la diferencia? Las Willamas se parecen a las Walkirias de la mitología nórdica. Al caer heroicamente en el campo de batalla. Los más valientes, los que realmente habían dado todo por su causa, eran recompensados con una vida futura. Nadie conocía esta mitología salvo los Thompson. Es que incluso Inglaterra toda, sabía que tenía un corazón. Un corazón que era el idealismo que latía. Sin embargo, como impensada piedra fundacional. Fundacional de idealismo, por lo tanto fundacional de muchas cosas. Latía, sí, secreta, en una casa en las afueras de Leeds, aunque podía ser Londres. Sophie habría dicho, es el clima de esas islas. Es la culpa de esa niebla. El aire que ahí se respira está enrarecido y provoca sueños de conquista. Así le ha ido al mundo. Sophie, solía tener razón, tal vez desde cierta perspectiva la tenía siempre. Sólo que podía olvidarse de ella misma, de cierto pasado que tampoco estaba exento de culpa, y en las cronologías privadas, de los que se atrevían a un mea culpa, se codeaba con los muertos. Abubakar siempre analizando todo, los cuádriceps. Cierto, son los que más se resienten en las subidas, en los claros de memoria romana o semita. Había un empuje en ese muchacho. Tiene algo de atractivo, no puedo decir bien qué es. Pero tampoco puedo dejar de sentirlo como un hermano. Aunque bueno, yo soy la rara, la exótica, la extranjera. La que no encaja con una forma de realidad, incluso pasados los años. Lo de las canciones, que sí, no son poesía. ¿Por qué Abubakar?
-Hay una estructura formal que hace a las palabras dentro de un gran significado, y un gran significante... A todo esto, ¿en qué año estamos Eti? Pero te decía, (el tiempo está como conjugado de manera múltiple, y envejecemos nosotros, y podemos revisar nuestro pasado. Que es individuo, que es nuestro tiempo, plural, de cuatro). ¿Y qué pasa con Safí?, seguro anda por mal camino. No el mal camino de Sophie, tanto espejo y maquillaje. Las cuestiones de Narciso ahogado. Sino mal camino de delincuente, incluso de criminal ¿es lo mismo? Un crimen implica quitar algo, algo vivo. Delinquir...Las canciones son como un soplo etéreo, por cierto, son el espíritu que habitó en lo que. Después vinieron los historiadores...Otra vez ellos. Y entonces Dadaísmo, Surrealismo, incluso Futurismo. Lo masificado del totalitarismo no quita cierta mística y espiritualidad, Marinetti sabía de eso. Incluso Mussolini al levantar el mentón y cruzarse de brazos sobre el pecho sabía que cargaba consigo toda la historia del imperio romano. O al menos, la parte más importante, la de los césares. "La patria del Dante y de Virgilio". La canción tiene forma libre. Si alguien nos tomase a los cuatro desde afuera, un tercero múltiple. Podría entender que somos algo así como un continuo. Como una pluralidad individual. Me acordé de Conan Doyle por "El signo de los cuatro". Y este tipo Thompson, se sentaría con su esposa en su jardín de las afueras de Leeds o de Londres a tomar el té de la tarde, y contar sus pretéritas caminatas de campo. El color verde y los cielos despejados distienden y animan un diálogo de ocio. El tema de los hábitos y costumbres. Algo que bien se iba a aprender Safí. Por su trabajo, y por su "trabajo". Bueno, también a gano o desgano, Sophie estaba en otra forma en lo mismo. Un oasis es una ausencia de estado. Otro desequilibrio, y se puso a llorar. Puede entenderse, la ciudad para ella también estaba desierta. Una poesía se puede sostener por sí misma. Las palabras crean una construcción tan sólida que no necesitan auxilios externos. Mozart sin embargo, decía que la poesía era la hija obediente de la música. Creo que era por ser clasisista, y porque en realidad quería decir canciones. "Across the Universe" es realmente poesía, o sea, se vale por sí misma. Incluso podés sacar la música y sigue ahí. No hablamos de "Love Me Do", en este caso. Además nadie va a cambiar mi mundo, ni el nuestro, ni el tuyo. No hablemos de canciones. En una grabación perdida Lennon habría dicho casi todo eso. Eso sólo se desgrabó parcialmente. Se editó, y se hizo palabra. Pero ahora viene usted, el que está leyendo el gran incendio, y tal vez no se dio cuenta. El fuego, no se puede controlar por lógica. O sí, pero, si existe una lógica ígnea, es autoconciente y te quema. Sólo él se entiende a él. ¡Eti, las horas están pasando! -Te sirvo algo para tomar Abubakar, y ¿podría ponerte una mano en el pecho? No seas mal pensado, quiero tener cierta noción de latido, que no sea el mío propio. Aunque no estoy segura de poder recibir o sentir mi propio corazón. Ni recibir, porque a veces siento que no tuviera sangre que me circule. Ni sentir porque, a veces, extraño subir, vos sabés. Las historias de Masada, cierto heroísmo que debería tener, y… Bueno, soy una extranjera. Las historias que no se conocen por más épicas y llenas de recuerdos de gloria que estén. Si no se conocen, no existen.
Cuando terminen de sacar la maqueta y los libros, los apuntes, y no sé que trajo Thompson, incluso de Lisboa. Tu latido parece normal, Abubakar. ¿Te han leído el destino? ¿Conocés algo del tarot de Marsella? -No sé, me identifico con una carta, sí. El ahorcado, el que aparece colgando de un pie. Ahí desde una rama esquelética de un árbol. Eti vestía un blanco transparente. Cierta taquicardia podría haber estado justificada, sobre todo por la forma de sus senos. Que bueno, sabían que la sabra, tenía pechos desafiantes. -Pero yo te digo, pero te dije todo. Igual no me importa, yo no. No puedo ver todos los futuros, aunque me parece que a veces en ciertas cosas hay uno solo. Y el tema de los hermanos. -Abubakar, tenés taquicardia.
-Lo vi en un sueño. Transpira. Se me suelen dormir los brazos, y no entiendo bien por qué. Aunque en ese sueño tal vez lo entendí y me entendí. La revelación o epifanía de un sueño, no debería quedar aislada. Cuando estás cerca del sueño, puede parecer una revolución. Al alejarse del episodio de estadio mental, te puede parecer la insignificancia suprema. Lo superlativamente vano. No lo voy a saber con certeza en el momento que pase. Porque los momentos decisivos revisten tal inminencia que ciegan la memoria. Un infarto de miocardio, lo leí por ahí. Dicen que no sentís nada. Sin embargo no estoy tan seguro.
Eti se llevó una mano, la misma mano a la boca. No por hacer silencio o llamarse a tal. Sino para besar la conmoción que había sentido, no directamente. Era su mano, y era también un poco él, que era parte de la multiplicidad individual. Fleming pensó en probar que la generación espontánea no existía. ¿Pero en qué se podía basar? La carne se convertía en larvas. Los gusanos eran los hijos predestinados de los seres vivos primarios. Sin embargo, si aislaba una porción de los cortes de carne que había dejado en el refrigerador. Generando un vacío, una nada privada. Algo podía cambiar. Pasó el tiempo necesario. Los gusanos no aparecían. ¿La inmortalidad? No, eso tampoco, la carne se estaba pudriendo. Igual que el corazón de Abubakar cuando estuviese el turno de la parca. Cualquier parca, la personal, la particular. La lectura es una tecnología primitiva. No es tan directa como la vista hacia la realidad mediata, o en segundo lugar el oído, partiendo de alguna metafísica. La decodificación del texto, y su posterior construcción mental introdujo al lector, un poco sagrado quizás justamente por no serlo en absoluto, en una forma de destino.
Infierno, brotan ojos de la tierra (1)
Un nombre en vez de sólo el soplo de la vida.
"Cuando el hombre nace, él no es el nombre, sino su aliento.
Si sólo hay en todo, un todo sin nombre. Es el mundo cuando se muere, pero no habrá aliento.
Pero hay una distancia entre el nombre y el aliento de la vida.
Como la acción en relación con el devenir.
Incluso si no hay aliento, el nombre será inmortal".
Fundación Ravi Shankar
Alejandro Leibowich
Empieza con una explosión. Siempre supe que iba a empezar así. Sin embargo no sé qué tipo de explosión es ni qué exactamente la refiere. Hay una fiebre invisible. Los ánimos pueden estar en huelga cuando no se comprende. Por lo tanto si resulta así, y todo es inexacto, te pido disculpas. Podía ser un destello que se veía en primera persona, podía ser algo que acontecía porque un tercero le daba testimonio. Incluso el mismo espacio, aunque le dicen paisaje, ¿llamamos a esto paisaje también? ¿De verdad? Tengo que ir con cuidado y tenemos que ir con cuidado, es peligroso donde se pisa. el suelo de polvo nunca está quieto. Hay grietas e incluso magma. Brotan ojos de la tierra. Habían montado un puente provisorio, no sé con certeza con que material está construído, creo que fue en la mañana. Siempre me da la impresión de que alguien se ríe de mí, bueno, de nosotros. A veces no entiendo del todo a las personas, tal vez porque no me entiendo a mí. ¿Qué es pertenecer a algo? ¿Qué significa el ser parte de una situación, de una tierra, de un testimonio, o de una "verdad"? Sí, sé que la gente suele ser muy hija de puta en la mayoría de los casos. Es natural que quieran aplastarte la cabeza, pero, siempre queda algo de fe, esperanza y caridad. ¿Le dicen virtudes teologales, no? Es que vos podés creer sin necesariamente entender, ¿a todo esto, el cristianismo nació acá, al menos como idea, cierto? Creo alguna vez haberle preguntado a alguien sobre ellas, si no me equivoco fue en una entrevista. Radio Hyderabad , los hábitos que Dios infunde en la inteligencia y en la voluntad del hombre para ordenar sus acciones a Dios mismo. ¿De verdad te creíste eso? Tengo algunos buenos recuerdos de ahí. Ali Akbar Khan y su sarode con 25 cuerdas sonaba en la radio y los pequeños cines de la zona. La música clásica del norte de la India tiene cientos de años de antigüedad, y ahora aparecía en bandas sonoras. Pero ahora tengo otras cuerdas en la mente. El adagio de Barber no para de sonar. ¿Nunca creíste que se podía estar solo con tanta gente alrededor? La soledad no es en realidad un problema de comunicación, es cierta parálisis en el entender, comprender. El pasado debería ser algo seguro, los recuerdos nos dan cierta garantía de vida, y hasta de postvida. Sin embargo, no, no me lagrimees ahora, eso no es justo para nadie, y no es por el sol. Ya sé que el dolor puede llegar a congelar todas las expectativas cuando el máximo umbral fue superado, pero hablaba de eso, ¿no? Una abulia a querer seguir viviendo, tal vez. Ella creía ver sal en la tierra, entre esos ojos, esas grietas y ese magma, ¿por qué justo sal? Salario deriva del latín salarium, que significa pago de sal o por sal. Esto proviene del antiguo imperio romano, donde muchas veces se hacían pagos a los soldados con sal, la cual valía su peso en oro. De ahí viene la palabra salario. La gravedad a veces es un problema serio, lo digo más ahora que la veo arrodillarse. El suelo, la tierra, los ojos que brotan queman. Las rodillas le podían sangrar, busqué algo, creo que tenía una cantimplora con agua, de esas que usan en algunas ciudades por acá. Plástico, aunque el plástico recalienta. En el cielo no hay ninguna nube,¿se habrán evaporado?, y creo que se cae la oscuridad que trae la noche. Te voy a pegar tan fuerte que te vas a quedar sin ideas, te vas quedar sin palabras, te vas a quedar sin deseos y sin dientes, te vas a quedar sin nada. Siempre me molesta cuando hablás. ¿Qué es eso de pedir permiso? Pero un lugar con tantos dioses, con tanta fe, con tanta miseria, con tanto dolor, antes hablabas de eso. Y si hay que pedir, bueno, hay muchos a quienes pedir, por lo tanto hay muchos que no van a contestar ni cumplir. Nadie dijo que esto iba a ser justo. En cierta forma yo algunos años también estuve muerto, ¿te crees que de verdad a alguien le importó? Levantáte, las cuerdas frotadas dicen que producen el sonido perfecto, el que sale de la nada, el que se mantiene y puede de nuevo dirigirse hacia la nada. Es una cuestión de "ataque". Te dije que las rodillas podían sangrar. Vos y tus problemas de equilibrio. La bailarina pakistaní paraba en el mismo lugar, si no llegamos tan tarde tal vez nos den algo para comer y tomar. Antes hablabamos de pertenencia. Ya había tratado a Amul, el dueño del reducto, prostíbulo, bar, hostel, basurero, todo junto. Me dijo, la palabra hindú proviene del persa, significa comedores de pan, que era la manera en que los persas pronunciaban el nombre del río Sindhu, que antiguamente era la frontera de Indostán. Y el problema viene ya de 1947, sin embargo lo subjetivo tal vez acá nos engañe, la temperatura, el espacio (¿paisaje?), incluso alguna de las formas de la realidad. La independencia de India habría consistido en revoluciones, una especie de "estado de interpretado" para un pueblo en un continuo brainstorm de estómagos vacíos. El latido había comenzado en 1857. "Al principio, los sueños eran caóticos; poco después, fueron de naturaleza dialéctica. El forastero se soñaba en el centro de un anfiteatro circular que era de algún modo el templo incendiado(...) Buscaba un alma que mereciera participar en el universo." Bajo el liderazgo de Mahatma Gandhi entre 1942 y 1947, el cuerpo tomó forma y el corazón se hizo visible y su latido sonoro. En una suerte de ruinas circulares el tema del eterno retorno podría estar ahí, como tal vez pensó Borges, ¿quién sabe?. Pero nadie dijo que las cosas estaban solucionadas, el Imperio Británico tenía un tremendo historial y prontuario por destrozo de civilizaciones. Sin embargo, el valle de Kashmir resulta relativamente bajo y muy fértil. Está rodeado por numerosas montañas y numerosos y también anticuados fantasmas ancestrales. Dioses. Naraka, tenía los ojos pegados en el suelo, con pupilas infinitas hacia Indra. También era una forma de verlo y contarlo todo desde ahí. Garantizaba una vida intraterrena, y de nulidad copernicana. Para muchos "se me cae el mundo abajo", es un claro entender de que la Madre Tierra, Bhudevi, está sostenida en los cuatro puntos cardinales por elefantes, hay un riesgo potencial de movimiento. La realidad, la noción de gravedad de muchos, resultaría ectopía para muchos más.
Infierno, el jardín de un ciego (2)
Alejandro Leibowich
Ella ya estaba completamente abstraída, miró al cielo, que tal vez era la verdad abstraída, y verdad subsecuente. Ella miró al cielo o tal vez era el cielo que lo hacía. El tiempo a veces parecía congelarse, tal vez el cielo tomaba una fotografía. Las palabras no podían evitar teñirse de cierto acento, pero obstinaban la lengua franca, porque querían comunicar, y querían transmitir, a lo que fuere, como fuese.
"Dios ha dividido la misericordia en cien partes, ha colocado una de estas partes en la creación para que se tengan clemencia unos a otros, y ha reservado las noventa y nueve partes restantes para el juicio, como una gracia hacia sus siervos".
Esas influencias de educación británica, tan de colegio inglés mezclado con narguila, bohemia oriental e idea de absoluto. Con la naturaleza pakistaní. Usted es un civil servant...ustedes son sirvientes civiles. Es que la lengua dice tanto de la cultura y la sociedad. La hermenéutica es una cadencia siempre vigente.
Tres o cuatro golpes en la puerta. Para los hijos de ciertas matemáticas, lo aleatorio también se imponía.
Amul, era todo, porque Amul todavía no había abierto la puerta, pero era todo. Hablamos de unas horas antes, y antes significaba retiro, y también introspección. Estaba tirado en su habitación single, en su cama. Era un poco apartada de todo el potencial y efectivo ruido. Le habían traído un libro de Nadeem Aslam. Qué complicado ser un intelectual en un país como Pakistán. Pero él pensaba desde afuera, aunque volvía.
"Una noche, Jeo puso un gesto de preocupación cuando su padre le contaba un cuento. Rohan dejó de hablar, se acercó hasta él y lo tomó en brazos, sintiendo los temblores del pequeño cuerpo. Cuando llegaba el anochecer, el niño intentaba convencerse a sí mismo de que el mundo seguiría existiendo cuando cayera dormido, que lograría salir a la luz al otro lado. Pero esa noche era distinta. Al cabo de unos minutos le confesó a su padre que la angustia se debía a la aparición del malo del cuento. Rohan soltó una pequeña risa:
-Pero ¿alguna vez has oído un cuento en el que el malo acabe ganando? -preguntó el padre.
El niño meditó la respuesta.
-No -dijo al final-, pero antes de perder hacen daño a los buenos. Eso es lo que me da miedo".
Pero Amul, también tenía sus achaques, le aquejaba un problema hepático y una reciente nefritis que el médico de la zona no había podido erradicar. Itis, inflamación. Territorio de grises, de esfumados y difusos grises. ¿Dónde estaban los límites? Los verdaderos e importantes, no las fronteras de convención política o religiosa.
Porque ya se sabe que condiciona el medio, que es una suerte de dogma selectivo. Y su forma de pensar, esa es la verdadera religión.
Y si se comprendía que apareciera Hydra, el monstruo de siete cabezas. Y que para el autor no había un mal, ni un tipo de maldad, sino que eran diversos en origen e iguales en consecuencia, con una hegemonía inexorable en los daños. Amul, pensaba en grises, no podía empatizar con planteos de polaridad, tantas naturalezas humanas habían cincelado su existencia. El tema de ser valioso, de ser Amul, de ser todo. Ser hindú, pakistaní e inglés, todo, y nada. La razón en la sinrazón era una efigie que estaba viva y que incluso parecía sonreír. Padre pakistaní, madre hindú, educación y tíos ingleses, y esta bailarina hebrea que le había pedido auxilio. Cuando tenía que alcanzar bebidas para extranjeros, y siempre estaba también el problema del alcohol, el problema de la carne de vaca, el problema del opio, el problema de proyectar una sombra. Todo. Amul se paraba en un banquito (reiteraba) cuando tenía que alcanzar las bebidas para los extranjeros. Serían unos dos escalones de altura, y el artilugio era de madera barata. Como si estuviera en Londres y quisiera hablar mal de la reina. Pero no podía, porque pisaba suelo inglés. Entonces el banco y el suelo en la India. Cuando Amul pensaba mal de los gobiernos, era efectivo no tocar suelo. Era tal vez un reflejo condicionado de conciencia.
Tres o cuatro golpes en la puerta.
Amul se levantó, le molestaba el hígado, era como si pesara, como si tuviese una especie de resaca crónica. Se escuchaban voces, una mujer, un hombre, conocía a los dos. Mujeres de independencia anhelante en países de castas y dependencia y pseudohindúes ingleses con pies de plomo.
La mujer gritó fuerte, tenía una bella voz con claro registro de mezzo, él había aprendido eso del tipo de la Radio Hyderabad. Ella gritó de nuevo, y dijo algo sobre unos aros y el color de cierta vestimenta. "Woman is a rebel" se autoexplicó Amul, citando a Wilde.
Estaban todas las paredes llenas de fotos, recortes de diario en árabe, hindú e inglés. Fotos clásicas, Bollywood, recortes de todo esquema de recuerdos.
-Salam- dijo ella al entrar. La noche traía a la noche.
-Es lo que hubiese dicho mi padre, Laila. Aunque él habría agregado que Byron en realidad te bautizó Leila en su obra "The Giaouer". Pero esos tiempos medievales...Tomen asiento por favor, les serviré algo para comer y tomar.
-Gracias por todo, como siempre, Amul.
Se escucharon risas apagadas, ruido de platos, y algunas cuestiones metálicas desde una cocina. Laila y James tomaron asiento. Desde una foto en blanco y negro, Yehuda Minujim y Ravi Shankar, se debatían en un complejo duelo. En la misma pared cercano, había un televisor encendido y sin sonido. Amul era todo y era nada. Amul, era ser todo y ser nada, pero no era un momento para ser un doom thinker, ni un doomthinker consideró James. La luz de la luna se filtraba por una ventana con algunos cristales rajados y bañaba el perfil de Laila, claro está, la consideraba propia.Asha saca de su bolso una carta de su mejor amiga pakistaní, con quien compartió tantas cosas en Inglaterra, mientras se sirve un segundo té.Querida Asha, desde que nos conocemos, ya hace tanto, que no recuerdo los recuerdos. Me acordaba de vos y de tu madre. Siempre tu madre fue algo muy presente en todo lo que nombrabas. Lamentablemente para mí, no tuve el gusto de conocerla. Todo parece indicar que fue una persona muy iluminada. Siempre me lamento no conocer a las personas iluminadas, por el fuego, por la pasión. La enfermedad, a veces opera de una manera muy extraña, como que en ciertas situaciones humaniza más a la gente. Habrás escuchado noticias sobre personas que en las últimas instancias de la vida dadas causas límites como asfixia, hambre, etc, son encontradas muertas y abrazadas, como si por fin entendieran, con la tardanza en la llegada de su razón, lo que es el vínculo humano, lo que alguien llamó naturaleza sangre. Se sabe que mientras ella circule en nuestras venas y haya descendencia, la muerte no existe. Tu forma de expresarte, tu pensamiento filtra lo que es India, por todas partes, hasta se respira. Supongo que se debe mezclar tu educación con tu pasión, nadie mejor que vos sabe eso. Y prestá atención amiga, siempre mencionamos nacionalidades u orígenes, pero no religiones, al menos no directamente. Te dejo pensando.
Vos sos el sol, Vos sos la luna, vos sos el aire, vos sos el fuego, vos sos el agua, el éter y la tierra, vos sos el Yo, una forma de ánima, mi yo.Alguien miraba la hora y hacía un llamado.